La Fuerza Armada y las elecciones
Fernando Ochoa Antich
Martes, 26 de junio de 2012
La Fuerza Armada Nacional tendrá ese día una inmensa responsabilidad y
un importante reto. Sus miembros deberán demostrar a los venezolanos
que, a pesar de los permanentes intentos del régimen chavista de
politizarlos.
Venezuela enfrentará el 7 de octubre uno de los momentos más complejos
de su historia. Los miembros de la Fuerza Armada deben conocer esta
realidad. Durante estos últimos trece años nuestra sociedad se ha
dividido en dos grandes sectores, con posiciones políticas antagónicas y
sin ninguna posibilidad de diálogo, como consecuencia a la prédica
disolvente de Hugo Chávez, que decidido a establecer una hegemonía
política, viola permanentemente la Constitución Nacional y el Estado de
Derecho. Sorprendentemente, ese régimen de vocación totalitaria no ha
logrado doblegar la voluntad de lucha de los venezolanos, que en cada
oportunidad que se consulta su opinión a través de elecciones muestra su
profunda adhesión a los valores democráticos y pluralistas que, desde
hace cincuenta años, han caracterizado nuestro sistema político.
La Fuerza Armada Nacional tendrá ese día una inmensa responsabilidad y
un importante reto. Sus miembros deberán demostrar a los venezolanos
que, a pesar de los permanentes intentos del régimen chavista de
politizarlos y ponerlos a su servicio, mantienen su sentido
institucional tal como lo establece el artículo 328 de nuestra
Constitución Nacional. Lamentablemente, el régimen chavista ha venido
violentando los principios de ecuanimidad y justicia que deben
caracterizar las elecciones democráticas con un descarado ventajismo que
compromete la legitimidad del resultado electoral si es favorable a Hugo
Chávez. De manera permanente, los sectores democráticos han denunciado
este abuso de poder sin lograr que el Consejo Nacional Electoral ni la
Corte Suprema de Justicia restablezcan el necesario equilibrio.
Esta realidad coloca a los miembros de la Fuerza Armada en un verdadero
disparadero. Su obligación es mantener una manifiesta imparcialidad en
todos sus actos, más en aquellos que se refieren a un proceso electoral,
pero es imposible cumplir ese deber cuando el presidente de la República
trata de vincular a la Institución Armada con su desmedida ambición de
poder. No es fácil de explicar, por ejemplo, la intención que tuvo Hugo
Chávez al enviar durante la presentación de su candidatura un mensaje a
la Fuerza Armada, y cantar el himno del Ejército. Mucho menos se puede
justificar la rueda de prensa, hecha pública a través de una cadena,
realizada en el Ministerio de la Defensa con presencia de los altos
mandos. Ustedes bien saben que los planteamientos que allí hizo Hugo
Chávez comprometen el honor militar.
Estoy seguro que más de uno de los miembros activos de la Fuerza Armada
se pregunta diariamente cómo deben actuar ante tan complicada situación.
La tendencia electoral indica que las elecciones serán muy competidas,
observándose un marcado fortalecimiento de la oposición. Si triunfa en
las elecciones Henrique Capriles no hay discusión: el deber de la Fuerza
Armada es hacer respetar el resultado electoral y garantizar la difícil
transición política. El problema se complica si el Consejo Nacional
Electoral, de clara mayoría oficialista, anuncia el día de las
elecciones que el ganador es Hugo Chávez, en medio del abuso de poder
que caracteriza su actual campaña electoral, y la oposición no reconoce
el resultado. Este tipo de fraude no surge de la sumatoria de los votos,
sino de las inconvenientes condiciones que caracterizan el proceso
electoral.
De ocurrir esta situación, no es fácil definir la posición de la Fuerza
Armada. La razón la tendría la oposición, ya que el abuso de poder del
régimen ilegitima el resultado. Esa situación es difícil de resolver el
día de las elecciones sin que surja una crisis política que puede llegar
a comprometer la estabilidad de la nación. La solución hay que
conseguirla en el tiempo presionando a Hugo Chávez y a su gobierno para
que disminuya de manera inmediata el actual abuso de poder. Esto se
puede lograr si un importante sector de la Institución Armada presiona a
los Altos Mandos para que ellos le exijan a Hugo Chávez cumplir con este
requisito. Además, es imprescindible que todos los miembros activos de
la Fuerza Armada respeten el artículo 328 de la Constitución Nacional y
se sancione severamente a quien incumpla sus deberes militares.
Lamentablemente, ya no hay tiempo para diseñar unas elecciones realmente
equilibradas. Se requeriría modificar la correlación de fuerzas
existentes en el Tribunal Supremo de Justicia y en el Consejo Nacional
Electoral. De todas maneras, se pueden tomar algunas medidas para
disminuir en parte el abuso de poder existente y evitar de esa manera
deslegitimar el resultado electoral: establecer, por ejemplo, una
comisión constituida paritariamente entre oficialismo y oposición con el
fin de controlar la programación de los medios de comunicación y evitar
la actual hegemonía comunicacional. Otro aspecto importante sería
permitir a la oposición invitar como testigos electorales a
instituciones reconocidas internacionalmente. Los miembros de la Fuerza
Armada tienen una inmensa responsabilidad histórica. Ojalá la cumplan
cabalmente.
fochoaantich@gmail.com
http://www.analitica.com/va/politica/opinion/1035906.asp
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