Friday, June 22, 2012

En los indecisos está la clave

En los indecisos está la clave
Eugenio G. Martínez
Viernes, 22 de junio de 2012

A un poco más de tres meses de una elección histórica todas las
variables de los estudios de opinión pública sugieren que existe una
leve ventaja a favor de la reelección de Chávez. No obstante, esto no le
garantiza la victoria al oficialismo; al contrario, en términos globales
la oposición se encuentra ante su mejor oportunidad electoral en una década.

Algo ocurre con las encuestas. Las diferencias significativas que se
registran entre los principales estudios de opinión pública sugieren que
no existe una noción clara de lo que está ocurriendo en el país,
especialmente con el segmento de los indecisos. La disparidad en los
resultados de intención de voto es un indicativo de que las encuestas
están fallando en medir la opinión de uno de los tres sectores en los
que se divide el electorado venezolano (pro oposición, independientes,
pro gobierno).

Veamos algunos ejemplos: La diferencia en la intención de voto entre
Henrique Capriles Radonski y Hugo Chávez varía desde una brecha
(diferencia entre la intención de voto de los dos candidatos) de siete
puntos porcentuales a favor de Capriles Radonski hasta 36 puntos
porcentuales a favor del presidente Hugo Chávez.

Si utilizamos como referencia los resultados de los estudios de opinión
pública -difundidos en mayo, con fecha de campo en abril- veremos la
siguiente disparidad en la brecha de votación:

Predigmática: 7 puntos porcentuales a favor de Capriles Radonski

JDP Consultores: 3 puntos porcentuales a favor de Capriles Radonski

Varianzas: 5 puntos porcentuales a favor de Capriles Radonski

Consultores 21: empate técnico entre todos los electores

Datanálisis: Diferencia de 17 puntos porcentuales a favor de Chávez

Hinterlaces: Diferencia de 22 puntos porcentuales a favor de Chávez

Consultores 3011: Diferencia de 30 puntos porcentuales a favor de Chávez

IVAD: Diferencia de 21 puntos porcentuales a favor de Chávez

GISXXI: Diferencia de 36 puntos porcentuales a favor de Chávez.

Si se analiza cada uno de estos estudios se encuentra que entre más alta
es la brecha entre los candidatos más alto es el segmento de personas
que no precisan por quién votarán, incluso en algunos casos el
porcentaje de indecisos es superior a la diferencia entre los
candidatos. Por ejemplo, según Datanálisis 33% de los encuestados no
responde por quién votará, mientras IVAD sitúa este segmento en 32% de
los electores.

En otras encuestas como la de GISXXI la diferencia entre los candidatos
(con 16% de indecisos) puede explicarse por la naturaleza y orden de las
preguntas que realizan en sus trabajos de campo. Valga la acotación que
la decisión del CNE de exigir a las encuestadoras que se registren ante
el organismo comicial para poder difundir sus estudios no va a resolver
este problema, porque entre los requerimientos para dicho registro no se
incluye la presentación del cuestionario empleado para cada estudio
(para poder analizar una encuesta es necesario conocer, no sólo las
preguntas que se realizan, sino el orden en que se presentan esas
preguntas).

Retomando el tema de los indecisos, cualquier lector podría indicar que
no existe certeza de cómo votará este segmento: podrían inclinarse
mayoritariamente a votar por Capriles Radonski, podrían hacerlo por
Chávez o podrían distribuirse entre los dos candidatos.

La duda de cómo se comportarán los indecisos -y su impacto en los
resultados de las encuestas- no puede desestimarse. Algo ocurre con los
estudios de opinión pública que en su mayoría no logran precisar cómo
votarán 1/3 de los electores el 7 de octubre. Si el problema no son los
estudios (su cuestionario y distribución muestral) entonces el problema
se ubica en un sector importante de la sociedad que teme hablar de sus
preferencias políticas.

Según Datanálisis la cifra de indecisos en mayo llegó a 33%. Si se
disgrega esta cifra por grupos etarios se obtiene que al menos cuatro de
cada 10 electores entre los 18 y 29 años se autodefina como
independiente; mientras que entre los 36 y 41 años la cifra de indecisos
alcanza a 34% de los electores potenciales.

Por clase social la situación no es distinta. Tres de cada 10 electores
de los segmentos A/B y C se dicen independientes ¿Y en los segmentos D y
E? Tres de cada 10 electores también se dicen independientes.

Con estos números es sencillo concluir que la clave del 7 de octubre
está en poder comprender a los indecisos (algo de Perogrullo dirán
muchos lectores) especialmente cuando en la mayoría de los estudios de
opinión pública tres de cada 10 electores en Venezuela no quieran fijar
posición sobre su preferencia electoral, una postura llamativa porque
tenemos más de una década viviendo bajo los efectos de una polarización
extrema.

No obstante, cuando logra filtrarse el segmento de indecisos -en función
de cómo responden a otras interrogantes- resulta más sencillo entender
el panorama del 7 de octubre.

A un poco más de tres meses de una elección histórica todas las
variables de los estudios de opinión pública sugieren que existe una
leve ventaja a favor de la reelección de Chávez. No obstante, esto no le
garantiza la victoria al oficialismo; al contrario, en términos globales
la oposición se encuentra ante su mejor oportunidad electoral en una década.

Los estudios de opinión pública -en su conjunto y no sólo con la
interrogante de intención de voto- sugieren que el escenario electoral
será muy similar al de los resultados del referendo constitucional de
2007. Si no ocurren eventos extraordinarios en los próximos tres meses
el 7 de octubre presenciaremos un resultado cerrado entre Capriles
Radonski y Chávez.

A una semana que comience -oficialmente, aunque no en la práctica- la
campaña electoral el poder comprender el silencio de los indecisos será
clave para el resultado de la elección presidencial.

La mejor prueba de que el 7 de octubre será un evento con una diferencia
pequeña se encuentra en la recientes decisiones del Ejecutivo Nacional:
Mantener cerrado el consulado en Miami, otorgar el control de PPT y
Podemos a dirigentes pro-Chávez, el constante uso de cadenas y
ventajismo electoral, la negativa a permitir la presencia de misiones
técnicas de observación electoral, reactivar el uso de la Lista Tascón,
promover el rumor de que el voto no es secreto, etc.


emartinez@movistar.ve.blackberry.com

http://www.analitica.com/va/politica/opinion/4934681.asp

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