¡Chávez encadenado!
Freddy Lepage Scribani
Domingo, 24 de junio de 2012
Más expropiaciones, mayor control sobre la economía, más autoritarismo
militarista, menos libertades ciudadanas, más arbitrariedades, más
corrupción, más inseguridad ciudadana; más de la misma medicina de estos
larguísimos 13 años de gobierno de Chávez.
La afirmación es pertinente porque, al menos hasta ahora, Chávez luce en
esta campaña electoral como un candidato encadenado. Encadenado doble:
por una parte, el cáncer que lo aqueja lo mantiene alejado de la gente.
Son muy pocas sus apariciones públicas fuera de Miraflores y, además,
son intermitentes.
Es decir, no tienen una continuidad que le permitan contar con un
trabajo proselitista eficiente.
Y, por la otra, como consecuencia directa de la anterior, le ha dado por
utilizar, de forma ventajista, el poderoso aparato publicitario del
Estado, para realizar interminables cadenas de radio y televisión, para
hablar de cuanta pendejada se le ocurra, con tal de tratar de minimizar
los impresionantes actos masivos realizados por Capriles. Las
concentraciones de Maturín, Maracaibo, San Cristóbal, Barcelona y otras
han sido demasiado evidentes, como para asustar a cualquier picado de
culebra.
Podríamos hablar de que, en esta atípico momento, es muy marcado el
contraste entre un candidato que representa el pasado (Chávez), coreando
las mismas promesas gastadas que, de tanto repetirlas, se convierten en
palabrería hueca, sin nada nuevo que aportar, y otro candidato
(Capriles) lleno de energía, capacidad e ideas frescas, renovadoras,
para sacar a Venezuela del marasmo en que se encuentra.
En fin, dos contendientes y dos propuestas diametralmente opuestas. Más
expropiaciones, mayor control sobre la economía, más autoritarismo
militarista, menos libertades ciudadanas, más arbitrariedades, más
corrupción, más inseguridad ciudadana; más de la misma medicina de estos
larguísimos 13 años de gobierno de Chávez. Un país destruido por un
"socialismo" que ya no se sabe de qué siglo es; cada día más dependiente
del petróleo porque ya no se produce nada. La iniciativa privada está
cada vez más acorralada.
La mayoría de los bienes y servicios son importados, gracias al chorro
de petrodólares que todavía ingresan.
En la otra esquina hay una oferta inclusiva, que llama al encuentro de
todos los venezolanos, independientemente de nuestras posiciones
políticas. En la cual se le da el lugar que se merece a las libertades
individuales, sin atropellos y despropósitos aberrantes y alienantes.
Un país donde el empeño individual y colectivo se convierta en pilar
fundamental del desarrollo nacional, para la generación de empleos de
calidad, y recuperar el tan anhelado bienestar colectivo, que nos ha
sido arrebatado por esta mal llamada "revolución" trasnochada. Donde se
pueda transitar con tranquilidad, sin el temor de ser asaltado, por las
calles de la ciudades y pueblos. En suma, un país donde se pueda vivir
en paz y tranquilidad.
Veo muy difícil que un aspirante a la Presidencia de la República,
encerrado, encapsulado en las cuatro paredes de Miraflores, por más
exposición mediática que tenga, pueda llegarle al alma, al corazón de la
gente...
Podrán fabricar encuestas tarifadas, podrán hacer larguísimas cadenas,
podrán amenazar con que hay que salvar la revolución, porque ese épico
esfuerzo significa salvar la independencia nacional (aun cuando cada día
somos más dependientes del petróleo y del exterior), podrán contar
veinte veces el cuento del gallo pelón, pero no podrán convencer a un
pueblo que a medida que transcurre el tiempo va abriendo los ojos,
cansado de tanto engaño.
Las caminatas de Capriles, el contacto directo casa por casa, el abrazo
del venezolano de a pie, sudado, pero esperanzado por un futuro mejor,
no tienen sustituto. En Miraflores hay demasiado aire acondicionado que
entumece los huesos...
http://www.analitica.com/va/politica/opinion/8917073.asp
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