Sunday, June 17, 2012

De vida o muerte

Publicado el sábado, 06.16.12

De vida o muerte
Américo Martín

Dos elecciones presidenciales faltan para cerrar el ciclo del presente
año. Hablo, claro está, de México –1 de julio– y Venezuela –7 de
octubre–. Queda cuando menos en evidencia el fortalecimiento del
mecanismo electoral en un subhemisferio que fue ocupado durante la
guerra fría por militares y sables. Si exceptuamos a Cuba que, aislada y
contumaz, no celebra elecciones libres, otros regímenes autoritarios no
han podido romper plenamente el cauce constitucional.

Una añagaza para velar su naturaleza autocrática, dicen algunos escépticos.

Personalmente no lo veo así por más que quienes repelen la democracia
sin tener suficiente fuerza para abolirla del todo, la utilicen para
ocultar su verdadera naturaleza. Aunque la autocracia haga del vicio
virtud, las fuerzas democráticas pueden ampliar espacios entreabiertos
en medio de tormentosos asedios. Y ese tira y encoge es el contenido del
sordo enfrentamiento latinoamericano entre autoritarismo y libertad

Las elecciones de nuestra región han sido sacudidas por influencias de
signo contrario. Por una parte, la economía viene mejorando, salvo el
sorprendente rezago de Venezuela, el país con más recursos dinerarios y
naturales; y el comprensible estancamiento de los estructuralmente
pobres. Por la otra, subsiste la tensión entre las reclamaciones
sociales y la posibilidad de satisfacerlas. Vilfredo Pareto afirmaba que
a mayor productividad menor desigualdad, circunstancia que favorece la
estabilidad en todos los planos. Es un equilibrio más bien positivo sin
grandilocuencia: Latinoamérica se ha ido situando en el centro del
pentagrama político, con predominio de gobiernos moderados.

Pudiera decirse que nada distinto ocurrirá en México y Venezuela, lo que
muy probablemente sea cierto en el país azteca pero para nada en esa
curiosidad hemisférica que es el anacrónico modelo acaudillado por el
presidente Chávez.

No creo que México se jugará el pellejo el 1 de julio. Es la segunda
economía de la región y sus variables no son malas, salvo la plaga de la
narcoviolencia. Ya Humala supo entender que no podía sacrificar a
quimeras ideológicas el consistente crecimiento de Perú, razón por la
cual le dio continuidad al auspicioso proceso que encontró. El viraje no
es sorprendente. Sucedió primero en Brasil, de Cardozo a Lula,
precedente que trazó una ruta en la turbulencia latinoamericana. En los
quince días que nos separan de la gran prueba, las encuestas mexicanas
enloquecen. No obstante que Peña Nieto parece conservar una ventaja de
al menos diez puntos, las fluctuaciones de última hora pudieran todavía
favorecer a López Obrador o a Josefina Vásquez Mota. Las elecciones
mexicanas son tajantes: está prohibida de manera absoluta la reelección
y no se incluye el balotaje.

Venezuela se debate entre el anhelado consenso y un conflicto agravado,
cuyas implicaciones institucionales comienzan a verse. El contraste es
visible en el estilo de los dos abanderados. Al momento de su
inscripción Capriles Radonski, animado por una colosal manifestación
pública, reiteró nítidamente su mensaje: unidad nacional, paz y no
violencia, progreso para todos, diálogo y reencuentro. Por desgracia, el
presidente Chávez también repitió el suyo, con el acostumbrado basural
de insultos y retórica sin obra.

@AmericoMartin

http://www.elnuevoherald.com/2012/06/16/1230661/americo-martin-de-vida-o-muerte.html

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