13-Oct 05:41 am|Katiuska Hernández
El presidente de Fedeagro, Pedro Rivas, insiste en que se apruebe una
subvención para cubrir los costos de producción de rubros como el maíz y
otros que están regulados. Advierte que la seguridad alimentaria depende
de las importaciones
Los precios regulados de rubros como el maíz, la caña de azúcar, el
café, el girasol y otros no cubren los costos de producción.
El presidente de Fedeagro, Pedro Rivas, señala que sin unos precios
justos es difícil motivar a los agricultores, razón por la cual insiste
en que se apruebe una compensación económica. Asimismo, indica que es
necesario revertir la dependencia de las importaciones de alimentos con
mayor producción nacional.
--¿Consideran que hay suficiente abastecimiento de rubros alimenticios?
--Hay un déficit en varios como café, maíz, arroz, azúcar, entre otros,
porque no se pudieron alcanzar las metas de siembra. Anhelamos lograr la
soberanía alimentaria, porque en gran parte se cubre con importaciones.
Necesitamos producir más para tener menos dependencia de la producción
foránea y por eso estamos comprometidos a seguir sembrando. Sin embargo,
en algunos momentos las políticas no son coherentes, hay algunas
ineficiencias y además se presentan problemas climáticos que terminan
afectando la producción agrícola. Cuando los productores y el Gobierno
dialogamos y nos ponemos de acuerdo las cosas salen bien, por eso
tenemos que empeñarnos en conciliar posiciones y lograr las metas de
siembra.
--¿Por qué no se ha logrado producir más? --Una de las cosas que ha
influido es el precio. La motivación de los agricultores se mide a
través de precios y si estos no alcanzan para cubrir los costos se
genera una caída en la producción. Los precios que se fijaron para los
distintos rubros no son justos y necesitamos una compensación económica
o subsidio.
Principalmente para aquellos en los que el diferencial entre el precio y
los costos son muy altos todavía, como el caso del maíz, caña de azúcar,
girasol y la mayoría que están regulados. Necesitamos que se revisen de
nuevo los precios o que se autorice un subsidio.
--¿Cuál es la evaluación de los ciclos de siembra? --En el ciclo de
invierno se hizo un esfuerzo, pero no se logró la meta debido a la
situación climatológica adversa que afectó la siembra. Salvo en el caso
del arroz, que sí se logró la expectativa de siembra que se tenía de más
de 86.000 hectáreas.
--¿Qué ocurrió con el maíz? --Las lluvias no dejaron acometer el plan de
siembra de maíz, que era de 400.000 hectáreas por parte de los
productores privados. Estamos esperando que termine la cosecha para
hacer un informe completo. En algunas zonas se han logrado buenos
rendimientos y en otras no tanto.
Reconocemos que debido a esto se generará un déficit que deberá cubrirse
con importaciones. Estamos programando el próximo ciclo de siembra de
maíz para minimizar esas importaciones a futuro, siempre y cuando las
condiciones que se le den al agricultor sean las más óptimas en cuanto a
insumos, créditos, precios y que el clima esté a favor.
--¿Cuál es la situación con las hortalizas? --En este caso ha habido
muchos inconvenientes por el tema de las lluvias y se ha complicado la
situación en las zonas productoras de estos rubros. Aparte del tomate,
la cebolla y el pimentón, que son las más comunes, también se vio
afectado el cultivo de acelgas, lechugas, brócoli, repollo y berenjena.
Otras han registrado problemas porque las vías agrícolas de las zonas de
cultivo quedaron muy afectadas y siguen los inconvenientes para el
traslado de la cosecha a los centros de venta. Por eso estamos
dialogando con el Ejecutivo para retomar planes que permitan recuperar
las áreas de siembra de hortalizas.
--¿Qué efecto ha tenido esta situación sobre los precios? --Ciertamente
se afectan los precios, por eso insistimos en que la única vía para
frenar la inflación en hortalizas es aumentar las hectáreas de siembra y
poder satisfacer la demanda a un bajo precio para el consumidor. También
estamos evaluando planes para almacenar y preservar un poco más los
rubros. Queremos, por ejemplo, tener suficiente producción para pasta de
tomate y en ese sentido analizamos un plan con el Ejecutivo para
aumentar la producción de tomate industrial. Igualmente, para el próximo
ciclo de siembra de hortalizas comenzaremos la venta directa al Gobierno
que ya tiene las unidades de transporte disponibles.
--¿En qué consiste ese plan? --La propuesta es elevar el área de cultivo
del tomate para el consumo industrial y que a su vez se controlen las
importaciones de pasta de tomate. Se trata de establecer un mecanismo
para que sólo se otorguen los certificados para importar pasta de tomate
a quienes compren la cosecha nacional. Anualmente se importan 30.000
toneladas de pasta de tomate para la industria, pero este año la
producción nacional de tomate sólo alcanzó para procesar 1.500 toneladas
de pasta de tomate. El objetivo con este plan es lograr abastecer la
totalidad de la demanda en 5 años, es decir, cosechar 250.000 toneladas
de tomate fresco destinado a la industria para procesar 30.000 toneladas
de pasta. Esto contribuirá a equilibrar el mercado y a bajar los precios.
--A un año de la expropiación de Agroisleña y la creación de Agropatria,
¿cuál ha sido el efecto de estas medidas? --El Ejecutivo nos suministró
a través de Agropatria los insumos que requería el sector agrícola
representado en Fedeagro de manera más o menos oportuna. Hubo algunas
deficiencias en cuanto al despacho, pero se resolvieron en el camino. En
este momento, en el ciclo norte verano, para el caso de las hortalizas
también se han suministrado los insumos, claro que hay algunas
deficiencias propias del manejo de esta empresa, pero se han corregido,
como la falta de alguna producción y la poca fluidez de algunas
importaciones. Hay que decir que existen productores que no se sienten
complacidos con Agropatria, pero nosotros sí hemos sido atendidos.
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