Thursday, October 27, 2011

El desempleo sobra

Editorial | 27/10/2011

El desempleo sobra

Oficialmente, el INE habla de una cifra de desempleo que se mueve entre
8% y 10%, pero, simultáneamente, informa que la población que se mueve
en el sector informal de la economía fluctúa entre el 45% y el 48%. En
definitiva, el alto volumen de trabajadores en el sector informal oculta
la realidad de un nivel de desempleo muchísimo mayor que el oficialmente
presentado por el INE
TEODORO PETKOFF

De acuerdo con un cierto análisis en profundidad realizado por el Centro
Gumilla, resulta que a los sectores populares (llamados por los
encuestólogos D y E) el problema que más les preocupa, contrariamente a
la opinión más generalizada (y más difundida por las encuestadoras
convencionales) es el del desempleo y no el de la inseguridad.

Si se piensa un poco sobre el asunto se puede convenir en que esta
apreciación está más cerca de la realidad que la más corriente y
universalmente aceptada. Simplemente porque afecta a mucha más gente.

Ante todo habría que señalar que el concepto de desempleo que maneja el
INE (y no sólo desde ahora) no es el que se utiliza en el barrio.

Oficialmente, el INE habla de una cifra de desempleo que se mueve entre
8% y 10%, pero, simultáneamente, informa que la población que se mueve
en el sector informal de la economía fluctúa entre el 45% y el 48%.

Pues bien, ese venezolano que el INE considera "empleado" porque
trabaja, por ejemplo, vendiendo chucherías en una autopista, se ve a sí
mismo como un desempleado que sorteando carros en la autopista apenas si
se "resuelve".

De igual manera ese venezolano que informa haber trabajado dos horas
durante la semana previa a la encuesta tampoco es calificado como
desempleado. En definitiva, el alto volumen de trabajadores en el sector
informal oculta la realidad de un nivel de desempleo muchísimo mayor que
el oficialmente presentado por el INE.

De no ser así no se entendería por qué para los venezolanos de los
sectores más humildes la calamidad más acuciante es la falta de un
trabajo que ellos puedan considerar como tal: uno con su horario y su
salario, amén de la cobertura que suponen les presta la legislación
laboral. En otras palabras, los llamados trabajadores informales se
conceptúan a sí mismos como desempleados.

En este campo, el de la creación de empleos, el fracaso de la
"revolución bonita" es francamente estruendoso. Es cierto que ha elevado
la nómina pública de 900 mil a 2,3 millones de trabajadores y que en
este sentido, por muy improductivo, burocrático o simplemente ficticio
que sea, puede jactarse de haber "creado" empleo.

Por supuesto, esa ha sido la respuesta de un régimen sin idea de qué
hacer con la economía: desarrollar un inmenso sector público, que
"ocupa" casi el 20% de la población activa del país, pero que no añade
ni un centésimo de punto al Producto Interno Bruto, no produce nada. Los
precios del petróleo explican el sostenimiento de esa enorme burocracia.
No es la economía nacional.

En la esfera productiva la destrucción de puestos de trabajo, no sólo de
empleos, ha sido catastrófica. Por eso las cifras reales de desempleo
permanecen prácticamente estables desde hace años. La economía
productiva, la creadora de empleos formales, no sólo no crece sino que
ha venido siendo destruida sistemáticamente.

Un desempleado o un trabajador informal no es sólo una persona que muy
precariamente puede atender las necesidades de su familia sino que
además su propia autoestima está severamente lastimada por una
percepción de inutilidad o de vivir al margen de la vida.

Por eso, la mayoría de ellos responde que las "misiones" están muy bien
pero que ellos preferirían un trabajo estable y digno. Que es
precisamente lo que la chavoeconomía no es capaz de proporcionar.

http://talcualdigital.com/Nota/visor.aspx?id=60853&tipo=AVA

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