Lunes, 31 de octubre de 2011
Las primarias no deben ser un camino para la polarización sino para una
unidad superior. Es necesario creer firmemente en el futuro para poder
avanzar, pero eso si, no se va a tratar de un concurso floral
No es referencia al ensayo de José Ortega y Gasset, sino a la situación
actual de nuestro país. Tenemos un gobierno que no gobierna, un
presidente que no se sabe si está más de acá que de allá, una oposición
que sigue su camino hacia la reconstrucción democrática sin tomar en
cuenta los escollos, los terrenos minados y las truhanerías que les
tiene preparadas el régimen saliente.
Tal vez sea necesario creer firmemente en el futuro para poder avanzar,
pero eso si, no se va a tratar de un concurso floral. Esta bien que la
alternativa democrática presente varios rostros válidos pero no puede
confundirse y creer que el debate entre estos y la campaña para las
primarias es la salida a la crisis. Aquí lo que debemos pensar es que
poco importa quien al final seleccionemos como abanderado de la unidad
ya que el o ella deberán ser, en el mejor de los casos el manager de un
equipo cohesionado, que esté preparado a combatir como un solo hombre,
la campaña feroz y sin escrúpulos que desatarán Chávez y sus adláteres.
Aquí no hay espacio para considerar que si mejor es Henrique, Leopoldo,
María Corina , Pablo o cualquier otro. Mejor será quién esté en
condiciones de conducir, sin fisuras, la unidad en la lucha cuerpo a
cuerpo, con el régimen y convencer a la gran mayoría de los venezolanos
que sustituir a Chávez en el gobierno no representa un salto al vacío
sino todo lo contrario la esperanza de reconstruir al país en paz y con
iguales oportunidades para todos.
Esta bien que cada pre candidato recorra el país, que se hagan alianzas
políticas en torno a ellos pero que eso no sea obstáculo para que,
conocidos los resultados del 12 de febrero, se reintegren todos, sin
heridas ni resentimientos por no haber vencido en las primarias y se
unan con todas sus fuerzas para lograr que quien haya ganado sea la
figura que reciba todo el apoyo y pueda despertar el entusiasmo y la
esperanza a todos los venezolanos y no solo a los que participaron en
las primarias.
Tal vez podría ayudar a lograr ese objetivo si la MUD convence a todos
los candidatos para que firmen un acuerdo en el que quién llegue de
primero sea el candidato a Presidente y el que llegue de segundo sea su
vicepresidente.
En todo caso las primarias no deben ser un camino para la polarización
sino para una unidad superior.
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