Gustavo Coronel
Jueves, 27 de octubre de 2011
Pienso en esto cuando veo que el el pirata petrolero Rafaél Ramírez
anuncia inversiones por $16.000 millones de dinero venezolano en
PetroCaribe, pero ya ni se molesta en decir cuales son los proyectos. En
efecto, en una reunión de esa fantochada llamada PetroCaribe, en
Nicaragua, el pirata petrolero Rafaél Ramírez anunció la inversión de
U.S. 16690 millones en "ocho proyectos de infraestructura energética".
Seguramente los considera "secretos" puesto que no los enumeró.Como es
posible que sigamos soportando a este tipo de gente a cargo de la
industria petrolera venezolana? Hasta cuando tendremos que oir tantas
estupideces y observar el deterioro y la corrupción galopantes en PDVSA?
Cuando PDVSA era manejada profesionalmente, antes de la llegada de
Chávez, los políticos y universitarios nuestros le criticaban cualquier
pendejada. Que si las colitas, la falta de información o los altos
salarios. Ahora, desaparecen los millones de dólares de la empresa, se
hunden las gabarras, se dan contratos a los amigotes, la producción se
viene abajo, se regala el petróleo y la gasolina y nuestros políticos y
universitarios guardan silencio, los venezolanos callan.
ES QUE TODOS SOMOS UNOS CHÁVEZ CUALQUIERA?
Estaremos al fin encontrando nuestra verdadera identidad como pueblo?
Que es lo que explica que un paracaidista ignorante, con un canciller
chofer de autobús, un terrorista semi-analfabeto como presidente de la
Asamblea Nacional y una loquita exhibicionista como ministro de
prisiones se mantenga con una gran popularidad, a pesar del desastre que
presiden? Como se explica que hayamos sacado a CAP de la presidencia por
hacer uso ilegal de unos $5 millones de dineros de la nación y que se
mantenga Chávez en la presidencia a pesar de haber dilapidado, regalado
y sustraído criminalmente miles de millones de dólares de los
venezolanos? Como podemos justificar esta singular interpretación de la
ética que hoy exhibe la sociedad venezolana, cuando solía ser tan
exigente con él liderazgo anterior?
La exhibición de cobardía colectiva que estamos dando frente a estos
piratas que manejan el petróleo y el país no tiene precedentes en
nuestra historia. Es un letargo vergonzoso.
Apoyado en ese letargo, la indiferencia y el paterrolismo de los
venezolanos frente al gigantesco colapso nacional, Chávez está haciendo
con los restos del país lo que "le da su gana", como diría la virginal
Desirée Santos Amarral. No hay protestas colectivas contra una Iris
Varela haciendo desastres en las prisiones. O contra Carlos Escarrá
prostituyendo la Procuradoría General. O contra Luisa Estella Morales
embarrando de indignidades la figura de la justicia. Hemos dejado a
Laureano Márquez llevar la solitaria bandera de la protesta contra este
estado de cosas.
Será que lo que nos está sucediendo refleja nuestra verdadera identidad
como pueblo? Y que sea cierto un escenario que pudiera llamarse: "Que
bravo pueblo ni que pamplinas".
Será que realmente somos así? Por años he tenido el consuelo de pensar
que somos Betancourts, Gallegos, Picón Salas, Uslar Pietris y Briceño
Iragorries. Que somos Inocentes Carreños y no Pedros Carreños o Ramírez
Carreños.
Pero, y si aquellos fueran la excepción? Y si somos más bien Cháveces,
madúroses, varélases y sotorrójases? Lo racional sería pensar que somos
una mezcla de ambas tendencias, la luminosa y la excrementicia. Pero lo
racional no parece tener cabida en este dilema.
Es más bien un asunto de dilucidar, de una vez por todas, cual es
nuestra verdadera alma nacional, si somos moluscos o marisco
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