Thursday, October 27, 2011

La revolución endeuda al país

La revolución endeuda al país
José Guerra
Jueves, 27 de octubre de 2011

Cuando se termine de escribir la historia de un endeudamiento absurdo,
se tendrá que relatar con precisión de orfebre, lo que ha sucedido en
Venezuela especialmente desde 2008, cuando la administración de Hugo
Chávez, su ministro de Finanzas, Jorge Giordani y el presidente del BCV,
Nelson Merentes, de forma temeraria incrementaron la deuda pública y
algún día tendrán que comparecer ante tribunales de honor para que
expliquen cómo ha sucedido el milagro de que en el mayor auge de los
precios petroleros que ha experimentado el país, simultáneamente la
deuda pública está alcanzando proporciones siderales, que va a
cuestionar la estabilidad financiera y política, tal vez en el mediano
plazo. Emitir deuda es algo tan tentador como peligroso. Los gobiernos
usan la deuda para posponer las medidas que corrijan el desajuste que
conduce a la colocación de deuda, todo ello para financiar el déficit
fiscal.

Sin embargo, en Venezuela está sucediendo algo realmente novedoso con al
creación del SITME. Este engendro financiero funciona de la siguiente
manera: quienes requieran las divisas que no les otorga CADIVI en vista
del racionamiento que aplica este organismo, concurren a sus bancos para
que le haga la tramitación ante el BCV. El ente emisor a cambio de los
bolívares del cliente le entrega un bono de la deuda pública o de PDVSA
denominado en dólares y ese bono es negociado con un descuento en el
mercado mundial y el cliente obtiene sus divisas a la tasa de cambio de
Bs 5,50 por US$. El asunto crítico del SITME reside en que se alimenta
con bonos y sin bonos no hay transacciones. Y esta adicción a los bonos
es lo que ha hecho que la República y PDVSA tengan que estar emitiendo
deuda en dólares que luego se transa en el BCV para que llegue a los
demandantes de divisas. En promedio el SITME negocia diariamente entre
US$ 35 millones y US$ 40 millones para tratar de satisfacer algo que no
se puede satisfacer: el exceso de demanda de dólares a tasas de cambio
bajas como la mencionada. El resultado de ello es que el SITME ha
creado, a parte de toda la corrupción que ya está generando para acceder
a esos dólares baratos, un mecanismo perverso de endeudamiento en
divisas para financiar importaciones baratas o salidas de capital. Las
operaciones que realiza el SITME no son otra cosa que una venta de
divisas a futuro para acumular la devaluación del bolívar. Así de simple.

Siempre se justificó el endeudamiento de una economía porque con los
préstamos en divisas se financiaban proyectos para generar divisas para
a futuro cancelar la deuda y construir un sector exportador. La política
de endeudamiento que ha seguido el presidente Chávez, Giordani y
Merentes es para otra cosa. Se trata de un endeudamiento para financiar
el sostenimiento de un régimen político inviable por donde quiera que se
le mire y para intentar oxigenar a un muerto: el sistema de tipo de
cambio fijo como mecanismo para importar de todo y así procurar contener
la inflación. En el camino están construyendo un cementerio de empresas
quebradas, aniquilando el acervo de capital de la economía, creando
empleos en el exterior y de paso imponiendo un peso muerto sobre las
generaciones venideras. La deuda aumenta y la inversión disminuye. La
deuda aumenta y las exportaciones no petroleras declinan. Este es el
absurdo económico de Venezuela. Entonces presidente Chávez ¿para qué
endeuda usted a Venezuela de esta forma tan ilógica? ¿Será por qué usted
no estará como presidente cuando esa deuda haya que cancelarla?

En el gráfico que se adjunta se puede ver la trayectoria del
endeudamiento y su composición entre externa e interna, sin incluir en
esos montos lo adeudado a China que ya remonta los US$ 30.000 millones y
la deuda de PDVSA que hace rato paso la cota de los US$ 25.000 millones.
El gráfico refleja el festival de deuda que con Venezuela ha montado la
administración del presidente Chávez. También resulta explicable, en
vista de lo comentado sobre la mecánica del SITME, que las deuda que
emite y coloca Venezuela tenga tasas de país en quiebra. Las últimas
colocaciones de bonos de PDVSA y la República se han hecho a tasas entre
11,75% y 12,00% con todo y un precio petrolero que supera los US$ 100
por barril, mientras que los bonos de Colombia y el modesto Uruguay
tienen tasas cercanas al 6,0%. La deuda se pagará como siempre se ha
hecho en Venezuela: cargándola como pasivo sobre el gasto social y los
jóvenes que hoy no perciben todavía el sacrificio que están haciendo y
el que tendrán que hacer.

joguerra@gmail.com

http://www.analitica.com/va/economia/opinion/1631901.asp

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