Friday, December 2, 2011

Déjà vú alimenticio

Déjà vú alimenticio
Max Römer Pieretti
Viernes, 2 de diciembre de 2011

Lo que falta en Venezuela para dar de comer es voluntad, gónadas para
emprender transformaciones en materia agrícola, no shows mediáticos

Ahora resulta que es la oligarquía venezolana la que esconde alimentos.
Ahora resulta, otra vez, que los militares irrumpen en los depósitos de
víveres para decir que es la oposición la que acapara. ¿Recuerdan los
lectores al general Acosta Carlés dando una lección de urbanidad y
buenas costumbres? Por si lo olvidaron, les copio este enlace de sus
buenas maneras http://www.youtube.com/watch?v=px04jhigE-0 También
resulta que todo el aparato del gobierno a través de Mercal, sus marcas
creadas ad-hoc y sus criterios de importación desde todo aquel país que
les venda cualquier cosa que se pueda comer, son meras especulaciones de
los medios de comunicación.

Resulta, ministro de la alimentación Osorio que ya está. Que el cuentico
nos lo sabemos, que la gente sabe de los contenedores repletos de comida
que dejaron podrir en los puertos por la inoperancia del gobierno
militar y despótico que gobierna a Venezuela desde el siglo pasado. Es
patético ver cómo con una cámara de TV y un par de periodistas, sean los
chavistas tan manipuladores y hacer creer que la crisis alimentaria
venezolana se debe a los pocos distribuidores privados que quedan en el
mercado de abastecimiento de comestibles. Si no hay leche es porque no
se ha fomentado el agro, si no hay legumbres, igual.

Lo que falta en Venezuela para dar de comer es voluntad, gónadas para
emprender transformaciones en materia agrícola, no shows mediáticos, ni
acusaciones a la oligarquía. Observe que, de tanto señalarla, ha quedado
minimizada a una especie de sombra a la que hay que acusar de cualquier
manera, así como se acusa a los gatos cuando alguna cosa falta en la
batea (artesa para lavar).

Lleva tanto tiempo en el poder el comandante colorado que se les olvida
la larga lista de estrategias comunicativas que emprendieron un día.
Lleva tanto tiempo la desmedida política que la falta de alimentos ya no
es noticia, es lo ordinario, es lo que falta en los anaqueles de los
mercados desde hace tanto que da igual lo que se ponga en ellos.

Total, como me dijo un cubano hace dos décadas, cuando tenemos
dentífrico no tenemos con qué ensuciarnos los dientes y cuando tenemos
qué comer, no sabemos con qué limpiarnos. Como ha sido la consigna, hay
que hacer que la sociedad venezolana se iguale con la revolución. Se
iguale hacia abajo.

Que si le quedaba alguna cosa era dignidad y ya, de tanto manoseársela
el comandante y sus secuaces no queda ni eso. ¿Cómo se llamaba? ¿Honor?
¿Era esa la divisa de la Guardia Nacional? ¿No era una de las frases del
himno nacional venezolano? ¿No decía la virtud y honor? De tanto
bolivarianismo las palabras del comandante ya lucen a Caribe (piraña)
disecado, a baba (caimán bebé) con liqui-liqui, a chinchorro (hamaca)
con tricolor patrio tan mancillado. Un venezolanismo que es una
caricatura, no un orgullo de serlo, sino una especie de sorna
permanente, de mofa insulsa, de risita de adolescentes en un patio de
recreo. Si hay una vergüenza planetaria es lo que ha hecho Chávez con
Venezuela.

Un país que le confió su futuro, que creyó en que lo libertaría de la
corrupción, que le sacaría del hambre, de la falta de trabajo, que le
devolvería la dignidad y le diferenciaría de aquellos tiempos del "ta'
barato mayamero", es hoy un país devastado, acabado, con una población
diezmada a balazos o, que de tanto horror, huyó fuera de las fronteras y
hace vida en otras latitudes.

Si en algo se parece el comandante mandante venezolano y su gobierno es
a un sábado por la tarde haciendo zapping. Seguramente nos topamos con
las mismas noticias de hace 10 o 12 años. Un déjà vu. Esta vez alimenticio.

romer.max@gmail.com

http://www.analitica.com/va/economia/opinion/9535479.asp

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