Alberto Franceschi G
Jueves, 29 de diciembre de 2011
Confieso que ya daba por perdida cualquier batalla por varios años,
contra el despotismo atornillado en el coroto del poder en Venezuela,
hasta que el 30 de junio de 2011 vi gravado, por la TV cubana a aquel
cojo de días antes, bajar de su pedestal de dioses de la historia, según
se bombean ellos mismos, en aquella tierra arrasada por otro de esos
dioses capaces de maldad infinita….y decir: "Me han sacado un tumor del
tamaño una pelota de beisbol y es canceroso"….eso anunció en resumen.
En cuestión de minutos decidí involucrarme decididamente de nuevo en el
debate político, para sumar mi voz a quien pudiera expresar ante
millones, lo que yo puedo solo ante algunas decenas de miles, por la
sencilla razón que nunca resulté, después del año 2000, agradable a los
oídos y prescripciones de quienes se subrogaron de hecho o de derecho la
representación de la opinión pública venezolana.
A la llamada de Diego Arria, hace un par de meses, para que le ayudase
en su proyectada candidatura y conociendo luego que no existía en su
entorno ni anillos de seguridad ideológica de asesores caros, ni de
conveniencias con el régimen o con la defensa de intereses creados, me
bastaron pocos minutos para darme cuenta que la coincidencia desde hace
12 años con Diego, esta vez tendría un escenario de debate y promoción
para las propuestas que nos son comunes:
1.-El régimen chavista debe ser desmantelado
2.- Chávez y su entorno delincuencial debe ser enjuiciado
3.- El país debe marchar resueltamente hacia una nueva democracia, real
y profunda que solo puede existir con ley y orden
4.- Hay que rehacer nuestra alianza con occidente y dejar de ser un
estado chuleado por Castro y otros tiranos.
5.- Solo una fuerte y vigorosa libertad económica, puede sacarnos del
atraso, la escases, la inflación y el desamparo social.
6.-Solo con la descentralización, con IVA al 100% y del grueso de las
competencias, administrados por Estados y Municipios, podemos ocuparnos
eficientemente de todos servicios públicos, con una administración de
justicia electa, que permita impedir la robadera de los presupuestos a
todos los niveles.
7.- La propuesta de gobierno de Transición por tres años y la
convocatoria de una Constituyente que reordene, en cuestión de muy pocos
meses, la legitimación de nuevos poderes y otras cuestiones puntuales,
resume el acuerdo nacional con todos los venezolanos que quieran de
verdad salir de esta pesadilla de régimen.
Otras alternativas o son incompletas, o ilusorias, o renuentes a
entender que se trata es de sacar a este país de esta tronera política,
económica y social y no de proponernos la coexistencia o la cohabitación
cómplice con estos sepultureros de la nación.
Por supuesto que creo llegado el día en que las propuestas de Diego
Arria representan la mayoría nacional y que le sobran votos, para
derrotar el continuismo fraudulento de Chávez, en este poder eterno de
la degradación.
Mas aun, creo que aquí se le ha ganado a Chávez en otras oportunidades,
pero ha faltado quien en verdad este dispuesto a asumir el poder contra
el chantaje de la banda político militar castrista.
Y Diego Arria ha demostrado tener la voluntad para hacer viable, con el
apoyo mayoritario, el transito entre la dictadura y la democracia.
Ese es el dilema y felizmente tenemos una dirección para logarlo. El
resto es más sencillo: contar con el apoyo de la mayoría.
Si ocurriera que por el voto parcial en las primarias se prefiere, una
ausencia de objetivos claros, o propósitos de subordinación con el
régimen , queda establecido sin embargo, que quienes estamos preparados
para el cisma de Estado que viene, tendremos de nuevo oportunidad para
hacer viable esa transición cuando la imponga la irrefrenable crisis en
ciernes.
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