30-Dic 08:11 am|Álex Vásquez S.
Francisco Coello opina que los programas reflejan la necesidad de
amarrar votos y para que funcionen deben engranarse con políticas sociales
Hugo Chávez asistirá a la batalla electoral con tres armas pesadas: las
misiones Vivienda, Hijos de Venezuela y Amor Mayor. El 27 de diciembre
caminó por el sector Las Mayas para entregar 20 casas. En el lugar, el
Presidente cargó niños, se tomó fotos, inspeccionó la resistencia de las
rejas y se llevó a un par de familias a vivir a Miraflores porque los
ranchos de la zona se están cayendo.
Luego se sentó a lucir sus municiones: aseguró que el Gobierno trabajará
hasta el 31 de diciembre para cumplir más de 90% de la meta de 153.000
viviendas para 2011 y prometió que en 2012 llegarán a 200.000.
A los beneficiados, mientras lo escuchaban sentados, les dijo: "No se
dejen engañar, sólo por la vía bolivariana y el socialismo pueden tener
viviendas".
Las misiones no son malas, nadie puede estar en contra de que alguien
saque una cédula o acceda a una pensión, opina Francisco Coello,
profesor de Sociología Política de la Universidad Católica Andrés Bello.
Pero aclara que esos programas arrastran ciertas fallas: errores por
problemas técnicos al implantarlos, falta de profesionalismo y
sectarismo, pues se les otorga beneficios a unos los que se identifican
con el oficialismo en detrimento de otros.
Coello considera que las misiones deberían estar engranadas con otras
políticas sociales que favorezcan la generación de empleos y el estudio,
en lugar de limitarse a formar parte de una política asistencialista.
Criticó el uso politizado que se les da a los programas sociales, ya que
generalmente se intensifican cuando se acerca un proceso electoral y no
responden a una política de Estado. "Son una respuesta compulsiva ante
las encuestas que refleja la necesidad de amarrar votos. Surgen de la
improvisación, sin sustento ni estudios adecuados".
Dijo que la improvisación evidencia que el objetivo de las misiones no
es conseguir mejoras sociales, sino canalizar recursos hacia la calle.
Lanzar o relanzar las misiones antes de las elecciones es una fórmula de
vieja data que le funciona al Gobierno. Coello recordó unas palabras del
Presidente en la época del referendo revocatorio, en las que admitía que
estaba perdiendo 70-30, por lo que Cuba le inventó las misiones. "El CNE
incluso retrasó un año el proceso revocatorio para que tuvieran el
efecto que se quería", agregó.
Lo cierto es que esos programas aparecen ante la inminencia de las
elecciones. Antes del revocatorio, en 2003, nacieron varias: Sucre,
Robinson, Ribas, Piar, Miranda, Hábitat, Guaicaipuro y Barrio Adentro.
En 2004 aparecieron las misiones Identidad, Alimentación (Mercal) y Cultura.
La directora del Instituto Venezolano de Estudios Sociales y Políticos,
Francine Jácome, considera que la ventaja electoral de las misiones es
que se manejan a discreción a partir de un presupuesto paralelo.
"Eso le da la posibilidad al Gobierno de invertir una serie de recursos
que no tienen que ser auditados", añadió.
Ahora con datos. Un elemento claro diferencia la operatividad de las
misiones que han surgido en 2011 de las de años anteriores: en las
nuevas es necesario que las personas registren sus datos para poder
beneficiarse. ¿Esto ocurre para mejorarlas o por razones políticas?
Coello justifica la medida porque se trata de subsidios focalizados y es
necesario asegurar que quienes los reciben realmente los necesitan. Sin
embargo, aclara el sociólogo, el registro para la Misión Vivienda tuvo
un efecto político.
"Se trata de crear una ilusión de que ahora sí se solucionará el
problema de la vivienda con todo el movimiento de la prensa alrededor de
los puestos de registro", dijo.
Sobre los registros, Jácome opina que es una manera hacer creer a las
personas que existe un control político del Gobierno ante las elecciones.
"El mensaje que se interpreta es: si quieres tu vivienda, tienes que
votar por mí".
Se mantendrán. Coello calificó de falaz el discurso oficial de que si la
oposición gana las elecciones, las misiones se acabarán. Aclaró que todo
Estado debe tener políticas sociales y cree que las que existen en
Venezuela se mantendrán.
"El problema en Venezuela es que se hacen de forma coyuntural, sin
profesionalismo y con un tinte político. Nadie puede decir que un
programa de alfabetización es malo, eso hay que mantenerlo. Es una
mentira que vaya a desaparecer", subrayó.
http://www.el-nacional.com/noticia/15972/16/Chavez-afila-las-misiones-como-arma-electoral.html
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