Humberto Seijas Pittaluga
Miércoles, 28 de diciembre de 2011
Desde hace veintipico de años, he intentado que el último artículo del
año esté pleno de buenos deseos, chascarrillos, anécdotas y cosas así.
Busco que los lectores queden con un sabor dulce en la boca, ya que a lo
largo del año lo que he hecho es amargarles el ánimo. Y sale Mussolini
de a locha —haciendo uso de su muy sui géneris democracia
"participativa"— a "participarnos" su imperial decisión de que el chofer
de Zelaya sea el candidato del PUS para la Carabobo. Nada de estar
consultándole a nadie, porque él sabe mejor que ninguno lo que le
conviene a cada una de las regiones venezolanas. Por eso fue que, sin
buscar asesoría alguna, para las elecciones regionales pasadas, impuso
al drogo del ocho como su candidato. ¿Se imaginan algo más truculento
que ese señor en funciones de gobierno? Menos mal que no ganó porque, en
sus discursos —previo su usual pase de polvo blanco—, en vez del usual
"señoras y señores", comenzaría con "hijos e hijas de piiiiii".
Ya antes nos había mandado otro candidato, que sí ganó y que no era de
por aquí. Vale decir, que no le dolía la región, que no se sentía
comprometido con sus habitantes —ni siquiera con el Flamante Dedo que lo
designó— sino con su prosperidad personal y la de su familia. Por eso,
"importó" de su estado natal a una media docena de hermanos para
designarlos en los más "jugosos" cargos del gabinete, a unos cuantos
contratistas fuereños para que se encargaran de millonarias obras que
les asignaba sin licitación, y a varios colegas de profesión para que
—al estilo Gillette, "lo que a la primera se le pasa, la segunda lo
repasa"— restañaran lo que parentela y socios hubiesen dejado. Ya los
carabobeños estamos curados de espanto; ya tenemos claro que el
desarrollo del estado tiene que ser liderado por alguien que venere a
esta tierra, cuyos ascendientes le hayan insuflado el amor por esta
región, y que anhele que sus hijos y nietos reciban un Carabobo cada vez
más pujante, más hermoso, más vivible. Nuestro gobernador debe ser
alguien que desde el primer día en el cargo pueda cantar el himno del
estado, porque lo aprendió desde chiquito. Alguien que logre el concurso
de todos para hacer buenas las palabras de dicho himno; que en verdad
vele "por el suelo que patria nos dio", que impida que nuestra tierra
sea "esclava de la púrpura", y que "radiante, hermosa y libre, del
pecho salga y vibre autónoma su voz".
Carabobo es el estado que tiene la mayor concentración de profesionales
universitarios por cada cien mil habitantes. Siempre ha sido un polo de
atracción; a él han llegado migraciones internas e internacionales. En
él actúan factores académicos, empresariales y sociales de importancia
capital para el país. No hay en la república una región más fundamental
en lo que se refiere a transporte intermodal; las encrucijadas
terrestres y el puerto más importante de la república están aquí. ¿Y
vamos a aceptar pasivamente que un chofer de autobús, sin mayor
ilustración, con una cultura deleznable sea su gobernante porque se le
antojó al Gran Patán? ¡Ni de vainas!
Si nos hubieran informado el nombre de algún carabobeño del PUS, no
sería tanta la indignación que sentimos. ¿Pero alguien que no sabe
siquiera dónde queda el "Palacio de los Iturriza", ni qué es la "Casa de
la Estrella"? Es como mucho. ¿Por qué no escogió al viejo Agüero, que es
leal, escribe bien, es gente decente y ha manejado con tino al partido
aquí? ¿Por qué no designó a Saúl Ortega, que con todo y lo bocón que es
(dijo que el Metro de Valencia estaba paralizado por culpa del gobierno
estadal), por lo menos tiene un diploma universitario y no se ha
despegado del terruño? Peor que Maduro, solo el Alka-Parra.
Uno no le encuentra explicación a la decisión. ¿Será que en verdad están
tan mal en las encuestas que tiene que poner toda la carne en el asador
y mandar a los más genuflexos e incondicionales suyos a las regiones?
Porque eso de designar al encapuchado El Aissamí para Táchira, al infame
de Arias Cárdenas para el Zulia, al intrigante del Jaua para Miranda y
al Maduro para acá es una movida desesperada. Adobada con el chantaje de
siempre: a esos estados, con gobernantes opositores, les negó los
recursos que sí dio a los de los estados rojos-rojitos, siendo que son
dineros del situado y, como tal, deben ser repartidos entre todos.
¿O, pensándolo mejor, será que necesita quitárselos de encima, como se
quitó a Cilia y a Aristóbulo y los manda para que se quemen?
Con mis mejores votos porque los dos últimos párrafos resulten ciertos,
reciban mis sinceros deseos para Navidad y Año Nuevo. Hasta el 17 de enero…
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