Es esencial que se implementen mecanismos efectivos de protección de
defensoras y defensores
PABLO FERNÁNDEZ BLANCO | EL UNIVERSAL
lunes 26 de diciembre de 2011 12:00 AM
Convocados por el Centro de Estudios Legales y Sociales (CELS) de
Argentina, defensoras y defensores de 14 países de América Latina nos
encontramos en Buenos Aires para reflexionar sobre los desafíos,
experiencias y agendas compartidas en la región.
Las conclusiones se reflejaron en un pronunciamiento, en el cual
manifestamos los riesgos que por nuestro compromiso con la promoción,
protección y defensa de los derechos humanos, enfrentamos. Asesinatos,
crímenes de odio, amenazas, persecución judicial, detenciones ilegales,
violaciones, tratos ultrajantes y campañas de desprestigio, entre muchas
otras formas de amedrentamiento, abundan en la región. Los altos índices
de impunidad frente a estos crímenes son preocupantes y esta situación
incrementa el riesgo de la tarea de las y los defensores.
A pesar de que la labor que desarrollamos es fundamental para la
garantía y salvaguarda de democracias sustantivas en la región, en
muchos países existen la aplicación de leyes antiterroristas y
actividades de inteligencia, la represión y criminalización de la
protesta social, los obstáculos legales o administrativos para la
libertad de asociación, las limitaciones para el acceso a recursos y el
silenciamiento de voces disidentes.
Muchos de estos actos son ejecutados por agentes públicos, permitidos
por funcionarios judiciales y consentidos por la inacción del aparato
estatal, que en muchos casos, no evita ni protege a defensoras y
defensores de las agresiones que también sufren por parte de empresas y
otros actores no estatales.
Es por ello esencial que se diseñen e implementen mecanismos efectivos
de protección de defensoras y defensores de derechos humanos a nivel
local, regional e internacional. También es necesario plantear una
articulación entre estas distintas estrategias y generar instancias que
incluyan la identificación oportuna de aquellos contextos de riesgo y
las herramientas adecuadas para abordar el fenómeno y sus particularidades.
Algunos colectivos de defensoras y defensores de derechos humanos, como
las mujeres, activistas LGBT (lesbianas, gays, bisexuales y
transgénero), grupos campesinos, miembros de pueblos indígenas,
migrantes, líderes afrodescendientes, sindicalistas, feministas,
ambientalistas, periodistas y estudiantes, están más expuestos en su
lucha, a pesar de que muchas veces su trabajo se invisibiliza y no es
reconocido.
Los participantes del encuentro expresamos especial preocupación por la
crítica situación actual de las defensoras y defensores en Honduras,
país que desde el golpe de Estado del año 2009, exige una respuesta
urgente y firme de la comunidad internacional. En el presente, no se
encuentran garantizadas las condiciones mínimas para la defensa de los
derechos humanos en ese país.
Exhortamos a los estados de América Latina y a los órganos de protección
y sus mecanismos, tanto universales como regionales, a atender
particularmente esta situación en tanto estamos convencidos que sin
garantías para el trabajo de las personas que los defendemos, la plena
vigencia de los derechos humanos en la región no será posible.
http://www.eluniversal.com/opinion/111226/defensores-de-ddhh-retos-del-momento
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