Sadio Garavini di Turno
Miércoles, 28 de diciembre de 2011
l gobierno guyanés ha reiterado el llamado del Embajador Ishmael para
que Venezuela abandone definitivamente la reclamación, sustentándose en
las declaraciones del Presidente Chávez, que, increíblemente, asume la
posición de los grupos más chauvinistas del Gobierno guyanés,
deslegitimando políticamente la reclamación en sí, al afirmar que fue
sólo un espurio instrumento de la Guerra Fría.
En febrero del 2007, el Presidente Chávez afirmó, y desde entonces lo
ha repetido en varias ocasiones, que la reactivación de la reclamación
venezolana sobre el territorio Esequibo en 1962, por parte del Gobierno
de Rómulo Betancourt, fue producto de la presión de los Estados Unidos,
supuestamente interesados en desestabilizar el gobierno autónomo (pero
todavía no independiente) del Primer Ministro de la entonces Guayana
Británica, Cheddi Jagan, quien era un marxista –leninista confeso. El
entonces embajador guyanés en Caracas, Odeen Ishmael., en una
entrevista concedida a El Nacional, sustentándose, en esa declaración
presidencial y en la supuesta hermandad entre los dos gobiernos
"socialistas y antiimperialistas", afirmó que el Presidente Chávez
debería "dar un paso al frente para retirar el reclamo venezolano.
La afirmación de que los EEUU presionaron a Venezuela para que
reactivara su reclamación territorial, aunque incierta, podría tener
una relativa credibilidad histórica. Recordemos que en 1961, en plena
"Guerra Fría", la Cuba castrista se pasó al bloque de la Unión Soviética
y en abril de ese año se dio la fracasada invasión de Bahía de Cochinos.
En el gobierno de EE. UU., se desarrolló la llamada "no second Cuba
policy", que se convirtió en el eje central de la política exterior
norteamericana hacia la América Latina y el Caribe, durante la mayor
parte de la década de los '60. En ese contexto, una Guyana
independiente, con Jagan al poder, tenía, a los ojos de Washington,
todas las características de una potencial "segunda Cuba". Por su
parte, el Gobierno de Betancourt se enfrentaba, en los primeros años de
la década del '60, a un movimiento insurreccional, que era inspirado y
financiado por Cuba, dentro de la tesis guevarista de la "exportación de
la revolución". En 1962, Betancourt, tuvo que sofocar dos sangrientos
conatos de golpe de Estado, conocidos como el "Carupanazo" y el
"Porteñazo", provocados por la infiltración de elementos "castristas" en
la Fuerzas Armadas. La coincidencia de intereses entre Betancourt y el
Presidente Kennedy es evidente.
Betancourt necesitaba el apoyo norteamericano para enfrentar tanto la
insurrección izquierdista, como las conspiraciones de la derecha
militarista, auspiciadas hasta su muerte, en mayo de 1961, por el
dictador dominicano Rafael Leonidas Trujillo. También, a nivel
económico, Betancourt requería del apoyo norteamericano por la grave
crisis, que se desató por una caída de los precios del petróleo. Para
Kennedy, la democracia representativa venezolana era el modelo
alternativo a la Cuba castrista en América Latina. Un modelo para ser
atractivo debe ser exitoso, por tanto gran parte de la política de
Kennedy hacia la América Latina pasaba por el éxito del experimento
democrático venezolano.
En el marco de esta "special relationship", entre Kennedy y Betancourt,
reafirmada en lo personal durante la visita de Kennedy a Caracas, a
fines de 1961, no sería inconcebible la hipótesis de un acuerdo
Betancourt-Kennedy de utilizar la reclamación venezolana para impedir el
surgimiento de una "segunda Cuba"en el hemisferio.
Para Venezuela no se trataba solamente de aprovechar una coyuntura
histórica única, para recuperar el territorio perdido con el injusto
Laudo Arbitral de 1899, sino de evitar el establecimiento de un régimen
que, podría convertirse en una base de apoyo para un potencial foco
guerrillero en el oriente del país. Ahora bien, un acontecimiento, que
tiene credibilidad histórica, no necesariamente es verdadero.
Obviamente, el gobierno de Betancourt buscó y logró el apoyo de la
administración Kennedy, por la mencionada coincidencia coyuntural de sus
intereses, al respecto. Coincidencia, por cierto , que se terminó ,
después de la muerte de Kennedy, con la llegada al poder en 1964 de
Burnham , que, en esos años, enfatizaba ,hábilmente, su anticomunismo,
para obtener el apoyo de los EEUU y de la Gran Bretaña para sus
aspiraciones.
En efecto, con Burnham al poder, los EEUU dejaron de apoyar nuestra
reclamación En realidad, la posición guyanesa es una absoluta falsedad
histórica. La reactivación de la reclamación fue un proceso
absolutamente autónomo, dentro del gobierno venezolano, provocado por la
inminencia de la independencia de Guyana.
Además, es obvio por todo lo dicho que, siendo Guyana en 1962 una
colonia británica, para evitar que, en el futuro Estado independiente,
surgiese un gobierno filocomunista no fue necesario "utilizar" la
reclamación venezolana, sólo bastó que el Gobierno Británico postergara
la independencia hasta que Burnham y sus aliados anticomunistas ganaran
las elecciones.
Más recientemente, el gobierno guyanés ha reiterado el llamado del
Embajador Ishmael para que Venezuela abandone definitivamente la
reclamación, sustentándose en las declaraciones del Presidente Chávez,
que, increíblemente, asume la posición de los grupos más chauvinistas
del Gobierno guyanés, deslegitimando políticamente la reclamación en sí,
al afirmar que fue sólo un espurio instrumento de la Guerra Fría.
El Presidente Chávez podría ser acusado de traición a la patria.
No comments:
Post a Comment