Marco Negrón
Jueves, 29 de diciembre de 2011
El caso del rescate del Guaire tiene rasgos de ópera bufa: en agosto de
2005, teniendo como testigo a una Jacqueline Faría entre embarazada y
complaciente, Chávez invitaba a Daniel Ortega para bañarse en el Guaire
al año siguiente; en cambio, la oferta de convertir el Palacio de
Miraflores en sede de una universidad reviste contornos de chiste cruel.
Una de las características más notables del régimen ha sido su enorme
talento para hacer caer por inocentes a quienes han creído en sus
promesas. El caso del hasta ahora frustrado parque de La Carlota, aunque
no único, es emblemático. La cosa empezó en noviembre de 2001, cuando en
uno de sus habituales gestos demagógicos Chávez, como si fuera el dueño,
ofreció regalarles a los caraqueños un parque en el lugar ocupado por la
Base Aérea.
Lo ocurrido después es bien conocido: un año más tarde la declara "zona
de seguridad", pero en paralelo se instalan plantas de ensamblaje de
equipos electrónicos; la crisis estalla en 2006, cuando las
organizaciones de la sociedad civil detectan unos movimientos de tierra
cuya finalidad era la construcción de viviendas. Para capear el
temporal, en 2008 el Ministerio de Ciencia y Tecnología contrata el
desarrollo de un Plan Maestro para, así se dijo, la creación del parque;
en febrero de 2009 la directora de la contratista declara a los medios
que sólo falta el visto bueno de la Presidencia de la República para
iniciar su ejecución. Sin explicar qué pasó con él ni con los recursos
invertidos, este año el ubicuo Farruco Sesto anunció un nuevo plan para
La Carlota, advirtiendo que en noviembre comenzarían a verse las obras.
Estamos entrando a enero.
El caso del rescate del Guaire tiene rasgos de ópera bufa: en agosto de
2005, teniendo como testigo a una Jacqueline Faría entre embarazada y
complaciente, Chávez invitaba a Daniel Ortega para bañarse en el Guaire
al año siguiente; en cambio, la oferta de convertir el Palacio de
Miraflores en sede de una universidad reviste contornos de chiste cruel.
Para no hablar de las más de cien mil casas que dice haber construido su
gobierno este año, mientras en los refugios permanecen no sólo los
damnificados de las lluvias del año pasado sino incluso algunos de los
del deslave de Vargas de 1999 y la Asamblea aprueba recursos para
hacerlos menos indignos. Para no ser menos, su alabardero Jorge
Rodríguez anunciaba hace apenas días la intención de poner en marcha
sistemas de buses BTR en las avenidas Sucre y Baralt cuando, después de
haber dilapidado millones y agotado la paciencia de vecinos y
transeúntes, han sido incapaces de terminar el BusCaracas. Alerta
entonces a no volver a caer por inocentes en octubre de 2012.
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