Sunday, August 28, 2011

Yo seguiré destruyendo a Venezuela

Yo seguiré destruyendo a Venezuela
Agustín Blanco Muñoz
Domingo, 28 de agosto de 2011

Pero es a la vez una política destinada a pisotear todo proyecto
independentista. Y esto tiene que ver con la capacidad de destrucción
de que ha hecho gala este régimen y, en particular, su máximo
conductor, el golpista-presidente (GP).

Herma Marksman, su compañera de vida y conspiración en la década de los
80 y comienzos de los 90, señala lo que muchas veces le confesó el
personaje: me deprimo porque yo todo lo que toco lo destruyo. (ABM,
Chávez me utilizó, 2004, p. 114)

Y esta ha sido su mayor obra: la destrucción de las instituciones para
acabar con toda pretensión de país-nación y democracia e imponer un
supuesto modelo internacional y socialista.

Sin embargo, el régimen se empeña en vender la idea de que ahora si la
independencia logró su verdadero cauce. Su auténtica grandeza. Desde
Bolívar a esta parte nadie había podido lograrlo.

El bolivarianismo de López Contreras o la llamada Revolución de Octubre
de 1945 aludieron a la segunda y definitiva independencia. Pero aquello
no pasó del discurso.

En esta oportunidad si va la vencida. Al fin la
independencia-libertad-país-nación-pueblo.

Por ello, el nuevo Libertador marca la diferencia con el viejo ideal de
independencia: "Nosotros representamos, que nadie lo dude, la Voluntad
Patria de Poder. El Poder Ser. El Poder Existir como país, como Nación.
Como Patria, como Venezuela pues…" Es lo que nunca antes había existido.
Llegó, al fin, la hora de los verdaderos patriotas.

Y frente a estos patriotas está el antipatriotismo de la supuesta
polarización: "los voceros opositores representan precisamente lo
contrario, y vaya que lo demuestran sin duda: es la voluntad imperial de
poder, la voluntad sin patria, el no-país, la no-Venezuela. La nada,
pues…" (Correo del Orinoco, Notas de Retaguardia, 20-08-11, p. 1)

El GP deja correr la confusión de manera interesada. Las oposiciones no
asumen la confrontación radical para hacer frente a quienes destruyen
hoy a Venezuela. Lo de ellos es el aparato electoral para tratar de
conseguir más fracciones de poder a la par que avalar el fraude-trampa
del régimen.

El GP, a conciencia de que aquí el juego por el poder lo adelantan las
dos minorías, se siente obligado a ignorar la otra Venezuela: la
constituida por la inmensa mayoría.

Y es precisamente esta tercera posición la que más preocupa y mortifica
al GP. Porque sabe que allí están ubicados los no dispuestos a conciliar
ni a negociar a cambio de otros espacios de la supuesta administración
democrática.

Hemos mantenido que aquí sigue la independencia sin independencia y que
en este momento es muy poderosa la posición de y para la destrucción.

Aquí ha desaparecido la legalidad de las instituciones. Y sólo procede
la concentración de todos los poderes en manos de un Jefe que merece
todo el respeto, la veneración, el culto. Él es nuestro nuevo Padre
Libertador.

Por ello aquí todo tiene su sello, su tono y guión. Hasta hace poco se
dijo que se construía la patria socialista o la muerte. Y ante la alerta
de su enfermedad, el GP y Libertador cambió la consigna y ahora junta su
independencia a su socialismo y clama por la vida para vencer.

Y vencer significa imponer el llamado socialismo cuyo fracaso nadie hoy
niega. A la hora de la caída del régimen Gadafi está más claro aún el
destino de estas prácticas. Su derrocamiento está ligado al imperio
norte, la comunidad europea (Francia, Alemania, Italia), la OTAN, ONU
con el apoyo de las potencias ex socialistas Rusia y China.

Entonces, en este contexto ¿cuál independencia-socialismo-revolución
definitiva? ¿La que se financia en términos populistas a punta de
petróleo con el agregado del patrón oro?

¿Pero de qué país puede hablarse desde una realidad que ha sido
institucionalmente destruida para dar paso a la Confederación de Venecuba?

Por eso Venezuela no existe hoy en nación. Pasamos a ex Venezuela, ex
República de Venezuela. A un ex país.

Este señalamiento, por no hablar de denuncia, l0 hacemos desde la
perspectiva de la gran mayoría de los venezolanos, que no forma parte de
las dos minorías que juegan al negocito electoral, con miras a continuar
la falsedad de una democracia que ni ha sido ni es.

Comprensible en este contexto que las oposiciones se lancen hoy a la
farsa de unas elecciones primarias para imponerle a la gente
"democráticamente" el candidato partidista previamente escogido en las
conocidas Jornadas Panameñas.

Esta es la pieza clave escogida en el evento de y para la relegitimación
del Libertador de la definitiva independencia-socialista-revolución que
nos convirtió en venecubanos y ex venezolanos.

Estamos a la espera de las nuevas cédulas de identidad firmadas por
Fidel Castro. ¡Que historia Amigos! T:@ablancomunoz /


abm333@gmail.com

http://www.analitica.com/va/politica/opinion/3743057.asp

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