Las autoridades saben que el alza en los precios siempre es provocada
por una política fiscal indisciplinada. El presidente del BCV parece
sugerir que los otros problemas económicos del país son poco relevantes
Según el presidente del BCV, Nelson Merentes, "el problema de la
economía venezolana sigue siendo la inflación, por lo que hay que
concentrar la capacidad creativa, de trabajo y de conocimiento para que
en máximo tres años se llegue a un dígito".
Esta afirmación de Merentes parece sugerir la idea que los otros
problemas económicos que presenta el país son de menor monta o
importancia, entre ellos: la exacerbada dependencia de Venezuela de la
renta petrolera en los últimos 12 años de gobierno revolucionario. La
crisis gerencial, financiera y operativa que exhibe la más importante
empresa de la nación, PDVSA.
La desordenada e ineficiente política de gasto público y su
contrapartida, el desenfrenado ritmo y monto del endeudamiento público
en medio de una bonanza petrolera.
La pérdida de valor del bolívar y la creciente falta de confianza en él
como consecuencia precisamente de la alta y persistente inflación. El
control de cambio y la marcada apreciación del bolívar con las
consiguientes distorsiones y restricciones que provoca en el
funcionamiento de la economía.
La afectación sobre la capacidad de ahorro debido a las tasas de interés
reales negativas. La devastación de buena parte del aparato productivo,
particularmente en los sectores agroindustrial, manufacturero,
construcción, producto de la política de expropiaciones y apropiación de
empresas y tierras de propiedad privada.
También está la quiebra de las empresas de Guayana ocasionando una caída
de la producción de insumos necesarios para diversas actividades
productivas (metalmecánica, construcción, etc.) y de servicios como la
electricidad, indispensables para el crecimiento de la economía.
Como puede apreciar, Dr. Merentes, la inflación es parte de una realidad
económica mucho más crítica y compleja y no puede ser superada si no hay
un cambio radical en el modelo y la política económica que viene
imponiendo el gobierno en lo que ha sido etiquetado como "Socialismo del
Siglo XXI".
La afirmación de Merentes también parece sugerir la idea, no desmentida
por él ni por ningún miembro del directorio del BCV, de que la causa de
la inflación es la práctica y conducta especulativa de los empresarios
venezolanos, según la tesis sostenida por el presidente Chávez y su
ministro de Planificación y Finanzas, Jorge Giordani; entonces ni el
gobierno ni el BCV tienen responsabilidad alguna y, por supuesto, menos
aún en las consecuencias negativas que este flagelo tiene.
Esta idea es absolutamente falsa y debe ser cuestionada y enfrentada en
honor a la verdad y en defensa del derecho a vivir en un país donde el
esfuerzo y el trabajo de cada uno de los ciudadanos no se vea arruinado
por la pérdida de poder adquisitivo que experimenta la moneda cuando hay
una inflación crónica como la que padece Venezuela.
Las autoridades del BCV saben que la inflación siempre y en todo lugar
del mundo es provocada por la política fiscal indisciplinada de los
gobiernos, por la falta de una eficiente coordinación macroeconómica
entre la política fiscal responsabilidad del gobierno y la política
monetaria competencia del Banco Central, que el financiamiento monetario
por parte de esta institución de los déficit fiscales produce presiones
inflacionarios y que es incongruente el desarrollo de una política de
gasto pública expansiva con una política de desincentivos y contracción
de la producción de bienes y servicios.
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