Alberto Franceschi G
Miércoles, 31 de agosto de 2011
Por supuesto me refiero al cáncer del presidente, que él estima ya
superado cuando sostiene, en las reiteradas oportunidades, de su
exacerbada presencia mediática, que "fue" una enfermedad "que tuve", o
"he tenido" lo cual es distinto a "tengo".
Si leen bien el título, me refiero al cáncer que ha afectado por aquí en
el trópico, porque el designado como el paralelo de latitud norte
23°26'16" tiene su etimología de denominación que les transcribo al final.
Por supuesto me refiero al cáncer del presidente, que él estima ya
superado cuando sostiene, en las reiteradas oportunidades, de su
exacerbada presencia mediática, que "fue" una enfermedad "que tuve", o
"he tenido" lo cual es distinto a "tengo".
La convicción de todos, incluyéndole, es que esto último lo declara por
necesidad política.
No voy a detenerme en la prédica realmente propia del realismo mágico
garcia-marquiano, según la cual para muchos compatriotas y hasta para
gente algo culta entre ellos, que concluyeron por fatalismos varios en
que: Chávez no solo no está enfermo, sino que solo busca ganar votos,
apareciéndose sanito, semanas adelante, luego de una cirugía de José
Gregorio, o aduciendo que fue arropado por el manto de la virgen, aunque
su preferencia sea por los Espíritus de la Sabana.
Por cierto que, vaya usted a saber a quién o quienes se refiere, si al
Silbón, a la Sayona, a alguna de las muchas ánimas que pueblan los
oscuros caminos, porque la competencia en esos lugares es fuerte, porque
y aunque dicho sea de paso, la mayoría de esas potestades desaparecieron
con la llegada de CADAFE, por los años sesenta, cuando no había apagones
de semanas, y con esos adecos que acabaron con esa legión de dioses
propios del irredentismo campesino y transfirieron sus oraciones al
Instituto Agrario Nacional IAN proveedor de muchísimos favores tangibles.
He repetido la conseja de facultativos según la cual el cáncer es
curable, si es tratado a tiempo. Lo que no tiene cura es la estupidez
política que azota nuestros propios rangos. El Cáncer del presidente es
un dato político objetivo, por supuesto independiente de lo que él
quiera, en primer lugar de él mismo que clama que ojala no fuese así y
pudiera derrotarle obviamente como aspira.
Si Chávez muere o si colapsa su salud, al punto que se haga inviable su
permanencia en la presidencia: EL REGIMEN NO VA MÁS y solo les queda
negociar su abandono de la escena central del poder.
En el caso venezolano el gobierno es consustancial con el régimen, si el
gobierno de Chávez termina, teóricamente puede seguir el régimen, pero
solo por el tiempo que la cadena de abusos de instituciones en pleno
desorden, puedan contener la repulsa general y esto puede ser días u horas.
Creo firmemente que al terminar el gobierno Chávez, CAE EL REGIMEN,
porque su persona y no otra, es la consustancial con el funcionamiento
institucional.
Cuando se supo que emprendió vuelo "la vaca sagrada" que trasladaba a
Pérez Jiménez, en la madrugada del 23 de Enero de 1958, hacia
Dominicana, CAYO EL REGIMEN, porque el gobierno de MPJ era consustancial
a la dictadura militar, que constituía la columna vertebral
institucional de ese régimen.
Si algún avispado cree que puede sustituir a Chávez, estando éste
impedido de ejercer la presidencia, que se olvide, eso es como sustituir
a Gadafi, o a Mubarak. Por eso es pertinente el ejemplo cubano, aunque
el marco institucional venezolano esté a distancia sideral del esquema
TOTALITARIO de Cuba.
Quienes vayan a sustituir a Chávez deben saber que hay que arrancar de
raíz su régimen político y lo inverso, que supone poder reconciliar ese
régimen chavista con quienes amenazarían con su destrucción, es solo un
sueño de imberbes o aprendices de la política, o lo que es peor de
redomados cínicos… los mismos que aquí nos tienen de elección en
elección, esperando siempre que Chávez les dé el chance de poder ganarle
a su sistema electoral de control político de tinte fascista.
Yo no estoy planteando adjetivaciones gratuitas. Hablo en serio sobre la
naturaleza política de cada Estado, Régimen y Gobierno.
Dentro de un Estado Totalitario comunista, con un Régimen Totalitario de
PARTIDO UNICO, eventualmente, aunque la figura de Fidel pudo colocarse
fuera del mando directo, es un hecho notorio que bajo forma dinástica,
el mando de su hermano Raúl es viable, aunque precariamente, por cuanto
aun siendo casi consustancial a los Castro, la naturaleza totalitaria
así lo determina y posibilita.
De la misma manera fueron viables las decenas de cambios de gobierno en
los sistemas totalitarios comunistas de URSS y Europa del Este y Asia.
Perdóneseme volver sobre lo obvio: una cosa es el Estado, otra los
distintos tipos de Régimen que puede contener, y lo mas especifico aún,
el Gobierno, de los que pueden haber una sucesión dentro de un mismo
régimen.
Hay Por ejemplo Estados que al propio tiempo solo pueden existir como un
régimen y gobierno, confundidos en una sola entidad, por ejemplo como el
de Gadafi que al ser destruido deja a la nación Libia, en fase casi
cero, de construcción de TODA su arquitectura institucional.
El Estado comunista cubano, igual de totalitario que su régimen, puede
resistir la prueba del cambio de gobierno, incluso hasta luego
desaparecidos Fidel y Raúl, así como el Estado integrista Iraní, o el Chino.
La drástica diferencia con Venezuela, es que NUESTRO Estado, es en
definitiva incompatible con el régimen y gobierno chavista, que si son
uno solo, pero impuestos desde la persona Chávez, como ajeno a las
tradiciones usos y costumbres de la sociedad democrática.
Chávez nunca pudo destruir el Estado capitalista venezolano, solo ha
buscado pervertirlo hasta los tuétanos, para hacerlo armónico con su
régimen.
Me complace decirle que no lo ha logrado, ni lo logrará precisamente
porque su revolución solo constituye un soberano montaje ridículo de
parlanchines y no un fundamento estructural, que permanezca en el tiempo
más allá de su preeminencia como presidente.
Este régimen NO es ni heredable ni traspasable. Y si lo fuera, es
mientras se note que el Chávez conserve sus facultades con
"competencia", vale decir para hacer aplaudir las focas y generar alguna
esperanza en sus huestes.
Estos no son preciosismos teóricos, son duras realidades y/o
eventualidades, que condenan a quien ande "inventando meterse a brujo
sin conocer la yerba".
Venezuela bajo Pérez Jiménez, tenía un régimen dictatorial oprobioso,
igual por ejemplo que el de Pinochet, pero el Estado Venezolano, así
como el chileno, NO ERAN ESTADOS TOTALITARIOS.
El régimen de Irán, otro ejemplo si es totalitario, aunque haya
elecciones parlamentarias y designen presidentes responsables ante ese
parlamento ante quienes supuestamente son responsables y exista aunque
precariamente oposiciones políticas.
El verdadero poder sin embargo es delegado por el Imán y la razón última
es que ese es un estado diseñado para que la Jerarquía Chiita de los
Ayatolas, mantengan un régimen TEOCRATICO, es decir basado en el
integrismo religioso, como era también el régimen del Talibán de Afganistán.
Siendo el Estado venezolano un Estado Capitalista, donde sobrevive aún
un tejido social consustanciado con las prácticas democráticas, es fácil
determinar que nuestro desarrollo político, no tendrá mucho que ver con
lo característico de los Estados comunistas, con sustantivo control
totalitario sobre lo económico, político, social e institucional, por
parte de la casta gobernante. Eso hubiera querido Chávez pero NO PUDO
imponérnoslo.. hasta ahora.
Pero tampoco padecemos, por otro orden de circunstancias, y se ha
evitado un régimen de tipo fascista, como el de Juan Vicente Gómez,
Pinochet, las Juntas Militares argentinas, o las más cercanas
experiencias de Somoza, Duvalier, Trujillo y hasta cierto punto menos
pavorosos: las del propio régimen Pérez Jiménez, del General Noriega,
Gen. Garrastazu Medici, Gen. Castello Branco, etc.
Somos una sociedad que padece todo el estatismo que aceptamos resignados
o auspiciamos incluso antes de Chávez, y todo el estilo fascista que nos
han pedido aguantar nuestras tradiciones de tolerancias extremas y
nuestros dirigentes, que entre derrota y derrota nos presentan como
única la ruta electoral pacifica, como esperanza para salir de la
tronera en que nos metieron los viejos y nuevos políticos y las elites
empresariales.
Lo del título EL CANCER DEL TROPICO tiene que ver con que nuestra
suerte, querámoslo no, ya fue INEXTRICABLEMENTE UNIDA, para decirlo con
palabras que resultan rebuscadas, por cuanto en la ABSTRUSA comprensión
del comandante, le ha parecido conveniente que nosotros paguemos el 15 y
el ultimo de mes, a más de 2 millones de burócratas cubanos del Partido
Comunista y que arrastremos el pesado fardo de una economía fallida, en
todo y por todo, que ya era un cáncer para la URSS y ahora se nos
transformó a nosotros en una pesadilla, por cuanto todo lo que falta
aquí es pensable atribuirlo a que se envió a Cuba, para sostener el
régimen pestilente de Papi-Papi Castro.
Nosotros como sociedad muy frívola en sus juicios, por padecer de la
curiosa satisfacción propia de la pedantería del ignorante y cuya mejor
expresión es al que eligieron presidente, en su primera oportunidad,
incluso por revanchistas de altos círculos sociales, hablo de editores,
magnates, mediáticos banqueros, etc ; no le para mucho a frases o
discursos de gente que moldea nuestro destino y que son verdaderos,
programas guía para una etapa histórica.
Yo le creí y le creo a Fidel Castro cuando hace unos años proclamó, que
la suerte de la revolución cubana estaba ligada, comprometida, dependía,
de la revolución bolivariana. Y efectivamente la suerte de Chávez y su
régimen deciden por antonomasia la suerte de la Cuba Castrista de
economía y sociedad ahora chula de Venezuela, como lo fue de la URSS
durante 30 años.
El trópico del cáncer une a los dos países caribeños, en una suerte
común, como pocos y donde sus regímenes solo pueden retroalimentar sus
cada vez mayores calamidades, solo mensurables en comparación con la
codicias de sus castas gobernantes y en esa sed enfermiza de poder
omnímodo, que exhiben sus líderes para desgracia de ambas naciones.
(*) Se le denomina «de Cáncer» porque en la antigüedad, cuando se
producía el solsticio de verano en el hemisferio norte, el Sol estaba en
la constelación de Cáncer. En la actualidad está en la constelación de
Géminis, muy cerca del borde que la separa de Tauro. La palabra tropos
proviene del Griego y significa devolver, señalando así que en los
solsticios, el sol aparenta devolverse.
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