Hugo Chávez y la violencia en Colombia
Fernando Ochoa Antich
Jueves, 7 de junio de 2012
La responsabilidad de las FARC y del narcotráfico en el atentado contra
Fernando Londoño no debe generar duda. Inicialmente, el gobierno del
presidente Santos mantuvo equivocadamente que dicho atentado podía
provenir de cualquier grupo subversivo de izquierda o de derecha.
El sangriento e injustificado atentado contra Fernando Londoño y la
emboscada de una patrulla militar del Ejército colombiano por un
numeroso contingente de las FARC, que cruzó la frontera desde Venezuela
y regresó a nuestro país, ha colocado de nuevo en el debate público la
responsabilidad que tienen Hugo Chávez y su gobierno en la violencia que
vive Colombia. Los venezolanos deberían reflexionar sobre los graves
señalamientos y los delicados rumores que han surgido en estos días con
la finalidad de valorarlos con objetividad para determinar sus posibles
consecuencias para nuestro país. La violencia en Colombia no puede
verse como un hecho específico de ese país, ya que las vinculaciones que
tienen los grupos subversivos con los carteles de la droga transforma
dicho asunto en un delicado problema internacional.
La responsabilidad de las FARC y del narcotráfico en el atentado contra
Fernando Londoño no debe generar duda. Inicialmente, el gobierno del
presidente Santos mantuvo equivocadamente que dicho atentado podía
provenir de cualquier grupo subversivo de izquierda o de derecha. Los
hechos descarnados han obligado al gobierno colombiano a reconocer que
los responsables del atentado fue un grupo de las FARC, entrenado en el
uso específico de ese tipo de bomba por la ETA. Si había alguna duda, el
propio Fernando Londoño, con valor admirable, lo ratificó recientemente
en un editorial de su programa radial: "He sido un luchador contra el
narcotráfico. Con el presidente Uribe sabíamos que la paz no podía
llegar sino con su derrota. Los narcotraficantes, es decir las FARC,
habían jurado que algún día se vengarían de mi".
De inmediato, un sorprendente rumor empezó a circular en Colombia y en
Venezuela Es verdad, que un rumor no es prueba suficiente para aceptar
o rechazar tan grave señalamiento, pero es imposible negar que nuestra
política exterior compromete a Venezuela en aventuras tan riesgosas que
permite que un rumor obtenga suficiente credibilidad para que amplios
sectores de la opinión internacional consideren como posible la
vinculación del gobierno chavista en un hecho tan condenable. Fernando
Londoño lo señala con firmeza en su editorial: "Nuestro "nuevo mejor
amigo", que es una amistad detestable, es el amigo de Gadafi, de
Ahmadinejad, y de Bashar al Assad, y eso no nos parece tolerable porque
no es tolerable ninguna forma de terrorismo". Esa frase no es de
ocasión. Es un claro señalamiento que apunta hacia Hugo Chávez.
Esta difícil situación se complicó aún más ante la sangrienta emboscada
de una patrulla del Ejército colombiano, con un doloroso balance de 12
muertos, realizada por un frente de las FARC. Lo más delicado fueron las
declaraciones del general Sergio Mantilla, comandante del Ejército: "Lo
que sabemos es que este frente de las FARC salió de Venezuela para
atacar nuestros efectivos y posteriormente huyó de nuevo hacia el vecino
país". Estas firmes declaraciones obligaron al ministro de la Defensa
colombiano, Juan Carlos Pinzón, a reconocer "que el frente 59 de las
FARC, se esconde en Venezuela". Hugo Chávez, ante esta realidad, ordenó
movilizar dos brigadas a esa zona. Estos hechos muestran el inmenso
fracaso de la política del presidente Santos y confirma la veracidad de
los señalamientos que hizo el presidente Uribe en la OEA.
Mis lectores requieren conocer la verdad. Trataré de darle algunos
elementos para que puedan formarse sus propias conclusiones. Los grupos
subversivos y los delincuentes siempre han pasado la frontera para
evitar que se les persiga. Eso se superó en la democracia venezolana
mediante acuerdos que facilitaron las coordinaciones directas entre los
comandantes de unidades militares de menor nivel. Ese no es el problema.
La situación actual es que las FARC y el ELN permanecen en Venezuela en
zonas de alivio que les permite fortalecerse para volver al combate. Eso
sólo puede ocurrir con la complicidad del gobierno. Otro aspecto que hay
que considerar en el análisis es el debilitamiento del profesionalismo
militar durante el gobierno de Hugo Chávez. Esta acción ha limitado la
capacidad operativa de la Fuerza Armada. Además, hay que recordar los
señalamientos del coronel Aponte Aponte sobre la penetración del
narcotráfico en los cuadros militares y la existencia del cartel de los
soles.
Esta situación es muy grave Todos los ciudadanos, sin importar su
condición social, sufrimos sus implicaciones. La inseguridad, que con
angustia enfrenta el pueblo venezolano, se origina en el innegable
fortalecimiento de los carteles de la droga en Venezuela y la
penetración que han logrado en sus instituciones. Esta inexplicable
penetración ha hecho que Venezuela se transforme de país de tránsito
en depósito de grandes cargamentos de drogas que esperan seguros la
oportunidad para salir por nuestras costas hacia los Estados Unidos y
Europa. La falta de un real compromiso del Estado venezolano en la lucha
contra los grupos subversivos colombianos y el narcotráfico ha originado
duras críticas en algunos gobiernos de la región y en organismos
internacionales. Este hecho tendrá delicadas consecuencias para el
destino de Venezuela…
fochoaantich@gmail.com
http://www.analitica.com/va/internacionales/opinion/5228276.asp
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