Este gobierno es un reality-show
RUBENS YANES | EL UNIVERSAL
miércoles 6 de junio de 2012 02:32 PM
El gobierno del Comandante-Presidente se ha caracterizado por ser muy
mediático, a nivel de infraestructura y a nivel de producción, podría
ser la envidia de países con más tradición en la creación de sistemas de
información pública como Inglaterra -con su famosa BBC- o Francia, que
creó Radio France.
El Sistema Nacional de Medios Públicos, engordado con cierres y
concesiones finiquitadas, le brinda la mayor presencia individual en el
espacio radioeléctrico al gobierno central. Además, la Ley Resorte
confisca parte del tiempo-aire en canales privados y funge como espada
de Damocles sobre quienes articulan una política editorial independiente.
Además, Chávez cuenta con una bien cimentada y mejor financiada
estructura de medios tele-informáticos, entre los que se cuentan blogs,
micro-blogs (incluyendo el propio @ChavezCandanga), páginas y un buen
número de community managers.
Lo multimedia y lo multiplataforma ha sido entendido perfectamente por
la revolución.
Sin embargo, todos estos activos comunicacionales se han puesto en
función de un hombre y de sus oscuras circunstancias. No son servicios
públicos auténticos, no transmiten mensajes dirigidos a mejorar la
calidad de vida de todos los ciudadanos, sino se utilizan para mantener
campañas que buscan ensalzar al Comandante-Presidente y su obra de gobierno.
En este uso personalísimo se ha rayado en lo ridículo: Chávez acaba de
obsequiar una casa a su seguidora 3 millones en Twitter y hace poco se
celebraron los aniversarios de @ChavezCandanga y de "Aló Presidente";
los medios públicos se usan cotidianamente para mostrar los entretelones
de episodios tan poco televisivos como los consejos de ministros o, más
recientemente, para dejarnos saber los vaivenes de la salud presidencial.
Como en un reality show, que sería la envidia de Kim Kardashian, vemos a
Chávez aprobando millones, regañando a algún subalterno, o jugando bolas
con el único mono deportivo que usa desde hace meses, mostrando cuán
recuperado está de su enfermedad.
Lo más triste es que -como buenos televidentes de telenovelas- sufrimos
y nos alegramos con él. Cuando no aparece a diario, lo extrañamos o nos
angustiamos pensando que puede estar ausente. Y mientras no está en
pantalla nos parece que no hay gobierno y que estamos a la deriva, o
peor: en manos de sus acólitos, que son mucho menos carismáticos y
eficientes que él, para entretenernos.
@rubensyanes
http://www.eluniversal.com/opinion/120606/este-gobierno-es-un-reality-show
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