Friday, June 1, 2012

Epitafios bolivarianos

Epitafios bolivarianos
Enrique Viloria Vera
Viernes, 1 de junio de 2012

Como la única certeza de la vida es la muerte, esa que nos diferencia de
los otros seres vivos que no tienen conciencia de su mortalidad, siempre
es conveniente ir pensando no en el cuándo inevitable sino en el cómo
previsible.Hay epitafios de epitafios como el de Groucho Marx: Perdonen
que no me levante, el del Marqués de Sade: Sí no viví más fue porque no
me dio tiempo, o el de Winston Churchill: Estoy dispuesto a encontrarme
con mi Creador. Si mi Creador está preparado para la gran prueba de
reunirse conmigo, es otra cuestión.

Un epitafio es el texto que honra al difunto, la mayoría normalmente
inscrito en una lápida o placa; epitaphium en latín, es compuesto de
dos voces griegas epi, sobre, y taphos, tumba, es decir inscripción
puesta sobre una tumba, inscripción sepulcral.

Como la única certeza de la vida es la muerte, esa que nos diferencia de
los otros seres vivos que no tienen conciencia de su mortalidad, siempre
es conveniente ir pensando no en el cuándo inevitable sino en el cómo
previsible. Hay epitafios de epitafios como el de Groucho Marx: Perdonen
que no me levante, el del Marqués de Sade: Sí no viví más fue porque no
me dio tiempo, o el de Winston Churchill: Estoy dispuesto a encontrarme
con mi Creador. Si mi Creador está preparado para la gran prueba de
reunirse conmigo, es otra cuestión.

La Revolución Bolivariana, en su permanente y loable esfuerzo de aportar
modelos, paradigmas, nociones, conceptos totalmente inéditos y sin
parangón, ha preparado un conjunto de epitafios para que los dirigentes
y militantes del proceso puedan, a la hora de enfrentarse con la Pelona,
escojan el que más sea cónsono con su personalidad, oficio o
circunstancia u oficio, por ejemplo:

Aquí yace el Almirante del Mar Rojo rojito; no llegó a serlo de
los océanos del mundo porque no sabía nadar.
Está en el cielo, le cedió su lista al Diablo.
Fue el Ministro preferido del Líder, el más regañado.
En el féretro grande reposa su cuerpo, en el más pequeño su lengua.
De su deceso sólo se conoce la bala perdida.
Aquí yace un record mundial: fue el asesinado No 150.000 de la V
República.
Fue el muerto mejor pagado del Proceso.
Murió enredada es sus propias greñas.
Buen conversador: hablo, habló, habló, hasta el último minuto de su
vida.
Murió al darse cuenta de que ya nadie lo escuchaba.
Aquí yace por ahora.
Murió merecidamente: era escuálido.
Brille para ÉL la luz perpetua (Oración a CORPOELEC en lápida
financiada por el Colectivo La Piedrita).
Chavista hasta la muerte, yace con una gigantografía del Líder.
¡Coño Cristo! ¡No me paraste bola!
En urna redonda reposa, era miltante fanático del Círculo.
Creyó en la vida eterna pero en la Tierra.
¡Prepárate Papa Dios! Al llegar te montó una Constituyente.

http://www.analitica.com/va/sociedad/articulos/4459425.asp

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