Thursday, November 3, 2011

Vuelve el presupuesto enmascarado

Vuelve el presupuesto enmascarado
José Guerra
Jueves, 3 de noviembre de 2011

La estimación del precio petrolero en $50 por barril tiene el fin de
expoliarle los recursos a las gobernaciones y alcaldías El Ejecutivo
renunció a seguir luchando contra el alza de precios y se conforma con
las altas tasas de inflación

Cumplieron las autoridades fiscales con el ritual de costumbre en
octubre de cada año y consignaron ante la Asamblea Nacional el proyecto
de Ley de Presupuesto correspondiente a 2012. Nada nuevo. La misma copia
del presupuesto de 2011, que a su vez fue una copia del de 2010.

Y es que el presupuesto de ingresos y gastos en Venezuela está dejando
de ser un instrumento válido para el análisis de la política fiscal toda
vez que existen al menos un par de presupuestos adicionales que dejan
corto lo que establece la ley. Ha sido una práctica reiterada del
Gobierno la de constituir unos fondos especiales para gastar de forma
discrecional y sin la debida rendición de cuenta de esas erogaciones que
se realizan a través de Fonden, Fondo Miranda y el ya famoso Fondo
Chino. Todo ello ha derivado en el hecho que se termina gastando 60% más
de lo que se contempló en la ley de presupuesto.

No obstante las observaciones anteriores, un examen de las principales
premisas con base en las cuales se formula el presupuesto permiten decir
que definitivamente el Gobierno está derrotado por la inflación. Fijarse
como meta una tasa de inflación entre 20% y 22% equivale a decir que el
Ejecutivo renunció a seguir luchando contra el alza de precios y que se
conforma con que Venezuela siga teniendo la tasa de inflación más
elevada de América Latina y la segunda del mundo. Esto sugiere que la
inflación seguirá golpeando a los asalariados y será foco de tensión
social. Con un gasto que se supone aumentará 46% en 2012, es muy
probable que la tasa de inflación se quede corta y más bien se ubique en
valores similares a los de 2011.

FESTIVAL DE DEUDA En lo relativo al crecimiento de la economía, es
posible lograr que el Producto Interno Bruto (PIB) aumente 5,0% si se
toma en cuenta que por ser un año electoral el gasto va a aumentar
considerablemente y es también probable que se acelere la entrega de
divisas.

La estimación del precio petrolero en US$ 50 por barril es un descaro.
No existe ninguna referencia técnica o cálculo hecho por alguna agencia
especializada en petróleo que sitúe el precio petrolero en el entorno de
ese precio. Todo lo contrario, empresas solventes en materia de
hidrocarburos consideran que el precio petrolero rondará de nuevo los
US$ 100 por barril. Esa subestimación del precio del petróleo tiene un
claro fin: expoliarle los recursos a las gobernaciones y alcaldías para
que los ingresos que seguramente se generarán cuando el precio petrolero
exceda los US$ 50 por barril, se constituyan como ingresos
extraordinarios y puedan entonces ser gastado desde Miraflores sin que
las entidades federales perciban lo que en realidad les corresponde. Esa
política de esconder ingresos fiscales le ha hecho mucho daño a la
administración fiscal de Venezuela porque el gasto pasa a ejecutarse vía
créditos adicionales convirtiéndose la Asamblea Nacional en una máquina
de aprobación de esos créditos al presupuesto.

También se autoriza una ley de endeudamiento por US$ 15.000 millones
adicionales, con lo cual seguirá el festival de deuda que vive Venezuela
desde 2008. Nadie en su sano juicio puede explicar la situación de
aumento sostenido y acelerado de la deuda, en un contexto de alzas de
los precios petroleros. Los efectos de ese endeudamiento son terribles
para el país por la hipoteca que ello implica y el costo que causa en
términos de sacrificio del gasto social cuando se cancelan los intereses
y el capital de esa deuda. Así, para 2012, el renglón que más absorbe
recursos presupuestarios no será la educación ni la salud, sino el pago
de la deuda pública, tal como se observa en el gráfico. De esta manera
está repitiendo el gobierno del presidente Chávez las dolorosas
experiencias del pasado donde el pedir prestado de forma alegre e
irresponsable derivó en la acumulación de deudas que comenzaron a
presionar las finanzas públicas e hicieron inviable al país.

joguerra@gmail.com

http://www.analitica.com/va/economia/opinion/9217132.asp

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