Eduardo Casanova
Miércoles, 30 de noviembre de 2011
Miguel Ángel Rodríguez y otros personeros del sector democrático han
denunciado, con pruebas irrefutables en la mano, las terribles
irregularidades del convenio entre el Gobierno y China, además de la
intención del Ejecutivo de hipotecar a Venezuela en un plan de
financiamiento por 116 mil millones de dólares en diez años.
Entre esas pruebas figura un Memorándum, fechado el 14 de noviembre de
2011, firmado por la consultora jurídica del Minpopo de Relaciones
Exteriores venezolano, Esquía Rubin de Celis Núñez, en el que se propone
la "vía rápida" de asumir los ciclos de mayor deuda con China y se
precisa con más rigor la carga con la que comprometen a PDVSA con el
pago de petróleo.
Denunció también Rodríguez que "Antes era un negoción por cuatro mil
millones de dólares, ahora quieren 116 mil millones, lo cual es una
prueba irrefutable de que pretenden hipotecar el país, e incluso a
futuras generaciones sin importarles que están al margen de la legalidad
al canjear nuestro petróleo por adquisición de deudas".
Y a sus denuncias agregó el hecho verificable de que se "extraviaron" no
menos de seis millones de dólares en la ejecución del convenio leonino
mediante el cual Chávez y los suyos han obligado a doblegarse a
Venezuela ante China. Los chinos son negociadores implacables. Siempre
proponen algo que sólo tiene ventajas para ellos y deja a los otros en
la peor de las situaciones. Si la otra parte cae, allá la otra parte.
Los chinos siempre insistirán en sus posiciones canibalinas, hasta que
se convencen de que no pudieron devorar al otro. En Venezuela se dice
que todos los días sale un pendejo a la calle, y el que lo encuentre "es
de él". China aplica ese principio sin el más mínimo vestigio de piedad.
Si se encuentra un pendejo en la calle, se lo coge. Y eso fue lo que
hizo con Chávez y sus incompetentes ministros: se los cogió.
Se los comió, se los tragó sin siquiera eructar. Y eso es lo que
pretenden los cogidos, Chávez y los co-chinos, hacer con el pueblo de
Venezuela: doblegarlo, obligarlo a arruinarse para que los chinos se
enriquezcan. Si el pueblo venezolano es tan idiota como para permitir
que se lo cojan esos bárbaros, cogidos a su vez por los chinos, bien
cogido quedará. En las próximas elecciones, las del 2012, lo veremos. De
lo que haga el pueblo depende, no el futuro, sino la mera existencia de
Venezuela.
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