Juan Uslar Gathmann
Miércoles, 30 de noviembre de 2011
La semana pasada el INE actualizó las cifras que en materia de empleo
produce regularmente, y entre ellasdestaca el aumento del empleo "por
cuenta propia", donde se encuentra de manera predominante la economía
informal. Estas son cifras muy valiosas para entender el tipo de empleo
que existe en Venezuela y, como suelo insistir, el país para el cual se
legisla olvidando que buena parte del empleo que generamos es lo que la
OIT llama precario, y que por lo tanto es imposible comparar
directamente con las cifras del primer mundo.
En efecto, cuando observamos las cifras de "empleo precario" que reporta
la ONU en el mundo, este no pasa de 2% en el mundo desarrollado pero sin
embargo es más del 80% en el sur de Asia y también en el
ÁfricaSubsahariana. En América Latina como promedio se sitúa en 35%, que
es también aproximadamente el nuestro. O sea que nuestro
desempleo-subempleo para que sea comparable con el de Europa o el de los
EEUU tendría que reportarse en los alrededores del 42%, solo que
técnicamente como la gente que tiene empleo precario reporta en las
encuestas que trabajó algunas horas la semana pasada (que es la
definición oficial de empleo), en realidad está ocupada de acuerdo a
estándares internacionales. Solo que muy mal empleada.
El tema de interés aquí no es solo saber si cuando hablamos de 8% de
desempleo se dice la verdad: lo estécnicamente. Lo verdaderamente
importante en este tipo de países es diseñar políticas públicas que
incluyan a la economía informal y le den caminos de progreso a la gente
que se desempeña allí. Esto incluye en primer lugar entender realmente
el fenómeno desde sus vertientes sociológicas y económicas, y poder
disponer de cifras con las cuales fundamentar políticas efectivas. Por
ejemplo, las universidades deberían destinar una parte importante de sus
esfuerzos de investigación a este hecho notorio y estructural que nos
rodea y al menos 30% de las tesis de los estudiantes de sociología y
economía ser dirigidas al estudio del tema.
Lo cierto es que ni el gobierno ni la oposición tienen propuestas
concretas hacia ese sector que al menos le genera ocupación al 35% de
los venezolanos.
Simplemente pareciera que no existe, pero crece ante nuestros ojos como
producto de la imposibilidad del sector formal de darle cabida y de la
mala gobernanza que requiere, para cambiar, al menos de buena
información y sobre todo de voluntad política.
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