El acuerdo
Oswaldo Páez-Pumar
Martes, 28 de agosto de 2012
El gobierno que tiene por credo electoral la fórmula de Castro según la
cual "revolución no pierde elecciones", lo que significa el
desconocimiento a priori de la voluntad popular, le imputa a la
oposición que va a comportarse exactamente como ellos lo hacen, es
decir, que va a adoptar su credo proclamándose ganadora y en
consecuencia, va a desconocer el resultado.
Mediante acuerdo publicado en la G. O. número 39.986 del 15 de agosto
alerta la Asamblea Nacional al pueblo venezolano y al mundo sobre "los
evidentes planes de la derecha reaccionaria... para... anunciar
resultados anticipados de las elecciones... en abierto desconocimiento a
la voluntad popular... y su autoridad constitucional". Repite lo que
viene diciendo el saliente "que la oposición declarará fraudulento el
resultado que anuncie su instrumento electoral, el CNE". Nótese que el
pecado está en "la anticipación de resultados" que en todas partes del
mundo preceden a las cifras oficiales, menos en los regímenes seudo
democráticos que usan las formas de ésta para acabar con ella.
Es así como se descubre el propósito del saliente, "desconocer la
voluntad popular" y sustituirla por su voluntad, incluso recurriendo al
fraude. Porque tanto el saliente, como "su asamblea" saben ya cual será
el resultado y por lo tanto lo que dirá el CNE, que paradójicamente,
quizá a pesar de la función que le corresponde como "autoridad
constitucional" hasta ignora que será lo que tiene que decir. Se trata
como ya lo hemos visto muchas veces en estos catorce años de la
formación de una matriz de opinión, orientada a que sea desoído en el
país y en el mundo una denuncia de fraude "porque ya lo habíamos advertido".
El gobierno que tiene por credo electoral la fórmula de Castro según la
cual "revolución no pierde elecciones", lo que significa el
desconocimiento a priori de la voluntad popular, le imputa a la
oposición que va a comportarse exactamente como ellos lo hacen, es
decir, que va a adoptar su credo proclamándose ganadora y en
consecuencia, va a desconocer el resultado que proclamará su
instrumento, que por supuesto tanto el saliente como su asamblea lo
conocen desde ya y por eso están seguros que les favorecerá. Son profetas.
Resulta curioso observar este comportamiento en el cual el denunciante,
sea la asamblea o el saliente, en su afán por construir frente a la
oposición que tiene por delante una trinchera a través de la matriz de
opinión que le sirva de contención a una posible denuncia de fraude,
pone al descubierto la retaguardia, haciendo evidente que el gobierno se
sabe sin el respaldo mayoritario, pues cuando este existe no hay
denuncia de fraude que prospere.
opaezpumar@menpa.com
http://www.analitica.com/va/politica/opinion/5492641.asp
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