Thursday, August 16, 2012

Modelo Económico de Chávez: distorsionante, destructivo, antipatriota e insostenible

Modelo Económico de Chávez: distorsionante, destructivo, antipatriota e
insostenible
Rafael González
Jueves, 16 de agosto de 2012

Los resultados del modelo oficialista saltan a la vista: destrucción del
aparato productivo –crecimiento prácticamente nulo a lo largo de los
últimos 13 años.

El modelo económico que pretende instaurar el presidente Chávez en
Venezuela, aun cuando violatorio de la Constitución, ha ido avanzando,
basado fundamentalmente en: 1) desdibujar, reducir y conculcar los
derechos y libertades económicas, no solo en lo referido a la propiedad
privada –ampliamente entendida- pasando por derechos sobre los medios
productivos, sino igualmente el acervo patrimonial y de activos, así
como la soberanía del consumidor; 2) sustituir el sistema democrático y
descentralizado no solo en lo político, territorial y civil sino
igualmente en lo económico, desdeñando del mercado como espacio
democrático donde oferentes compiten por satisfacer de la mejor manera
posible y en los términos que el intervencionismo oficialista les
permita, los gustos y preferencias de los consumidores; 3) sustituir,
desplazar y finalmente eliminar en la medida de lo posible la iniciativa
privada y la actividad económica privada por una pública central y
burocráticamente administrada; 4) sustituir los gustos preferencias y la
soberanía del consumidor, por la imposición de patrones de consumos que
los altos funcionarios públicos entienden "morales" y "correctos"; y 5)
el perfeccionamiento de una competencia desleal por parte de un Estado
discriminatorio, ineficiente e intervencionista –inflación regulatoria-,
con la intención de consolidar un Capitalismo de Estado donde el
soberano no es ya el ciudadano que ejerce sus derechos y libertades,
sino el alto Ejecutivo Nacional.

Los resultados del modelo oficialista saltan a la vista: destrucción del
aparato productivo –crecimiento prácticamente nulo a lo largo de los
últimos 13 años-; crecimiento del consumo no basado en el incremento de
la productividad, producción, generación de valor agregado ni riqueza
interna, sino por medio de la importación gubernamental destructiva,
subsidios indiscriminados sin eficiencia ni focalizados y un enorme
endeudamiento externo –cerrando la deuda externa para 2012 alrededor de
180.000 millones de dólares-; y un exceso de regulaciones y controles de
precios distorsionantes y desincentivadores de la actividad económica y
la oferta.

Las declaraciones ofrecidas por altos representantes del Ejecutivo
nacional, dan cuenta del perfeccionamiento de una política pública
populista de "redistribución" de corto plazo insostenible, ineficiente e
irresponsable vía controles de precios únicos –con su consecuente
destrucción de oferta y desaparición de variedad y alternativas-,
complementada con importaciones y comercialización subsidiada del
gobierno –destruyendo y sustituyendo actividad económica doméstica- y
creando un sistema de racionamiento ante el desabastecimiento de bienes
y servicios. Resulta un suicidio económico que se condene en el mediano
y largo plazo el objetivo de eficiencia, la productividad y la
generación doméstica de riqueza por un objetivo no excluyente como la
equidad y la redistribución de corto plazo. De hecho, hacerlo de esta
manera termina agotando la posibilidad de transferencias, porque al
destruirse el aparato productivo y generador de riqueza, lo que queda es
distribuir pobreza –o una renta petrolera vía importaciones ya
insuficiente desde los años 70s-; estancándose la actividad económica no
tradicional potencial generadora de divisas para poder complementar la
generación de bienes internos vía importaciones.

Cuando se observa el uso de divisas en la compra externa de bienes que
anteriormente eran abastecidos internamente, y se fomenta la actividad
de no transables, especialmente el comercio –entre otras a través de
exacerbadas importaciones de alimentos, entre otros bienes de consumo
final-; conceptos como soberanía, seguridad alimentaria y potencia
productiva resultan producto del peor de los cinismos.

Respecto a la inflación, lejos de actuarse sobre sus causas –exceso de
dinero en términos relativos a la oferta de bienes, la baja
productividad y la reducida producción y oferta interna de bienes y
servicios-, se pretende actuar sobre sus consecuencias; exacerbando el
desabastecimiento y las distorsiones en el consumo.

Por otra parte, cuando la SUNDECOP asegura que la inflación se está
controlando y el consumo se está expandiendo producto de los controles
de precios, lo que realmente está ocurriendo es que desaparece la oferta
doméstica y privada de los productos sujetos a regulación, se importan y
subsidian sin siquiera garantizar que lo que se corrige es pérdida de
peso muerto –el problema de acceso a bienes y servicios por pérdida del
poder adquisitivo, desempleo, subempleo o mala remuneración por baja
productividad, no se corrige vía controles de precios-. Debe entenderse
que no posee asidero ni microfundamentos la aseveración realizada por la
SUNDECOP por medio de la cual asegura que los controles de precios
consiguen mayor consumo por expansión de la oferta –lo que se está
expandiendo es un ritmo de importaciones insostenible y lesionando el
potencial generador de valor agregado doméstico-.

Economista. Master in Competition and Market Regulation. Master in
Industrial Organization and Markets. Especialización en Economía de los
Sectores Telecomunicaciones, Energía, Farmacéutico, Transporte, Agua y
Banca. Programa Avanzado en Política de Competencia. Profesor
universitario de Regulación Económica y Regulación de Competencia.



enriquergp@yahoo.es

http://www.analitica.com/va/economia/opinion/5832262.asp

No comments:

Post a Comment