Juan Antonio Muller
Martes, 3 de enero de 2012
El régimen ha iniciado una costosa campaña de propaganda tratando de
contrarrestar las promesas incumplidas. Al mismo tiempo vende la idea
que el presidente como candidato está sobrado y en ella está implícito
el mensaje que si Chávez es derrotado vendrá el caos y se eliminarán las
conquistas sociales.
Nuestros psicólogos afirman que el régimen ha intentado sembrar el miedo
y el conformismo entre la población. El miedo está presente en una
justicia que avala la prisión sin pruebas; en un poder legislativo
obediente; en una constitución que se irrespeta en todo momento; en una
sociedad angustiada en manos de delincuentes; en la zozobra que
representa la escasez y el desabastecimiento; en el acoso a la
propiedad, a los trabajadores y empresarios.
El régimen ha iniciado una costosa campaña de propaganda tratando de
contrarrestar las promesas incumplidas. Al mismo tiempo vende la idea
que el presidente como candidato está sobrado y en ella está implícito
el mensaje que si Chávez es derrotado vendrá el caos y se eliminarán las
conquistas sociales.
El caudillo muestra su propio miedo a perder el poder personal ejercido
por diez años. Deja evidencias que sigue mandando y que no hay
sucesores, pero su enfermedad lo limita. Trata de ridiculizar a sus
adversarios, pero con ello muestra su arraigado temor.
El pueblo en su fantasía puede aceptar un estado omnipresente que le
ofrece migajas. Pero ese mismo Juan Bimba, inconforme y respondón es
capaz de protestar y exigir sus derechos cuando el gobierno lo ignora:
las viviendas no entregadas a los damnificados, los beneficios negados a
los trabajadores públicos, el mal estado de las vías, el deterioro de
escuelas y hospitales, o el aumento de la pobreza extrema a pesar que
ahora Venezuela es de todos.
Este es un año singular. Por una lado el miedo visceral de la
revolución. Por otro el deseo de una cambio tal como lo reflejan los
estudios de opinión. Un régimen desgastado frente a una juventud pujante
identificada con la solución de los problemas. Un autócrata frente a una
nueva generación libertaria.
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