11-Ene 06:44 am|Alejandro Hinds
Economistas afirman que los altos ingresos por exportaciones petroleras
evitan que los precios se desborden
El aumento de 27,6% que registró el índice nacional de precios al
consumidor en 2011, según el Banco Central, colocó otra vez a Venezuela
como el país con la inflación más elevada en América Latina y con una de
las más altas del mundo.
La tasa a la que aumentaron los precios el año pasado quintuplicó al
promedio de las principales economías de la región (5,4%) y cuadruplicó
la inflación esperada por el Fondo Monetario Internacional para los
países emergentes y en desarrollo (7,5%).
El Gobierno atribuye el problema inflacionario a la especulación del
sector privado como lo demuestra la implementación de la Ley de Costos y
Precios Justos, dirigida a ampliar la regulación vigente desde 2003 para
productos básicos hacia una gama más diversa de bienes y servicios.
Los economistas creen que hay otras razones: emisión de dinero
inorgánico, endeudamiento externo creciente, financiamiento monetario
del déficit fiscal. Advierten que Venezuela repite las prácticas que
hace tres décadas llevaron a Argentina, Bolivia, Brasil y Perú a tener
hiperinflación.
Sus argumentos provienen de las cifras oficiales. La liquidez creció
18,4% en términos reales en 2011. "Este desbordamiento monetario no lo
veíamos en Venezuela desde 1990, cuando hubo un alza de 19,5%", recuerda
el economista Francisco Faraco.
"Todos los economistas, desde principios del siglo XX, están de acuerdo
en que hay una relación directa entre el dinero en circulación y los
precios.
Sobre todo cuando la oferta de bienes y servicios no se incrementa al
mismo ritmo de la liquidez", agrega.
Financiando al Gobierno Lo más grave, apunta Faraco, es que el
crecimiento del dinero en circulación no se correspondió con un aumento
de las reservas internacionales. El saldo de 29,9 millardos de dólares
que había al 30 de diciembre representa una caída de 1,4% con respecto
al cierre de 2010.
Las reservas, además, equivalen a 128,6 millardos de bolívares
calculados al tipo de cambio oficial de 4,3 bolívares por dólar,
mientras que la liquidez estaba en 444,9 millardos de bolívares al
término de 2011, lo cual arroja una paridad muy superior.
El incremento del circulante tampoco estuvo relacionado con una
devaluación, como en 1990. "Es una emisión de dinero típicamente inorgánica.
Hay un financiamiento monetario del déficit fiscal, que pasa cuando el
Gobierno pierde todo mecanismo de contención del gasto".
Pedro Palma, presidente de la Academia Nacional de Ciencias Económicas,
coincide con Faraco. "El aumento de 53% que tuvo la base monetaria entre
la tercera semana de octubre y la segunda de diciembre se debió
principalmente a un incremento de las deudas de Pdvsa con el BCV".
Indica que el hecho de que la petrolera recurra al instituto emisor,
además de confirmar que el BCV financia el déficit fiscal, demuestra que
Pdvsa está en una situación financiera apretada por el saqueo al que la
somete el Gobierno.
"La compañía tiene que mandar más de 500.000 barriles diarios de crudo y
derivados a países como China y Cuba, sin recibir un centavo a cambio
porque se trata del pago de compromisos adquiridos. Sin embargo, el
Fisco le cobra regalías e impuestos por esos envíos", señala.
Cambios peligrosos La Constitución de 1999 prohibió que el BCV
financiara el déficit fiscal para evitar situaciones inflacionarias como
las ocurridas en otras naciones.
Pero las modificaciones de la ley del instituto emisor, impulsadas por
el Gobierno, van en la dirección contraria.
Efraín Velásquez, presidente del Consejo de Economía Nacional, asegura
que los cambios legales son los que han permitido que el BCV financie el
gasto gubernamental. El primero se produjo en 2002, cuando surgió el
concepto de utilidades cambiarias.
Luego vino la reforma de 2005, que eliminó la obligación de Pdvsa de
vender todas las divisas petroleras al Banco Central, creó el Fondo de
Desarrollo Nacional e introdujo los conceptos de reservas adecuadas y
excedentarias. "Básicamente estableció una estructura de financiamiento
paralelo", expresa Velásquez.
Palma dice que lo más grave de esta modificación son los aportes del BCV
al Fonden. Sobre todo porque ha sido costumbre que, en los últimos días
de cada año, el mecanismo venda divisas al instituto emisor para
aumentar las reservas y que, en enero, reciba el saldo excedentario sin
pagar compensación alguna.
El 30 de diciembre de 2011 las reservas subieron 2,5 millardos de
dólares y ahora bajarán casi 3 millardos porque el presidente Hugo
Chávez anunció que el nivel adecuado es 26,9 millardos de dólares. "Es
una forma descarada de crear dinero inorgánico", afirma.
Otro cambio, igual de grave, es el que se produjo en 2010 para permitir
que el BCV adquiera bonos de organismos públicos no centralizados.
Velásquez señala que esta modificación abrió las puertas para el
financiamiento no sólo de Pdvsa, sino también de Sidor, programas
agrícolas y proyectos de vivienda.
El factor petróleo Los economistas insisten en que Venezuela repite los
errores de otros países. "Estos esquemas de financiamiento al gasto
gubernamental implican aumentos de la liquidez y mantienen la inflación
alta", destaca Velásquez. "Son prácticas tremendamente peligrosas",
añade Palma.
Descartan, sin embargo, que se produzca un proceso de hiperinflación
como el experimentado en América Latina en el pasado reciente: las tasas
anualizadas de incrementos de precios llegaron a 2.700% en Brasil
(1993), 8.000% en Bolivia (1985) y Perú (1990) y 14.000% en Nicaragua
(1989).
"Esos países colapsaron porque no tenían divisas para afrontar el
problema. En Venezuela tenemos una vacuna que es el petróleo, que
garantiza recursos para las importaciones (sumaron 45 millardos de
dólares en 2011) y otorga una capacidad de endeudamiento importante",
refiere Faraco.
Palma está de acuerdo en que los ingresos petroleros funcionan como una
válvula de escape porque permiten elevar la oferta de bienes, con
productos importados, para atender el crecimiento de la demanda
provocado por la expansión monetaria.
Pero aclara que el factor petrolero sólo tiene un efecto parcial. "Puede
evitar incrementos de precios anuales de cuatro dígitos, pero no que
sigamos con una de las tasas más altas del mundo. Porque lo que el
Gobierno ha montado es una economía inflacionaria".
Faraco agrega que el problema es la insostenibilidad del modelo
económico. "Hasta cuándo podemos llegar con estos niveles de consumo. Lo
que estamos es despilfarrando los ingresos petroleros. Las consecuencias
las pagarán los venezolanos de mañana".
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