Alberto Franceschi G
Martes, 3 de enero de 2012
Las cuatro tendencias que aparecerán, acto seguido al paso de "la
pelona" no son difíciles de pronosticar.
Habrá una derecha roja que buscará entenderse con nuestra oposición
conciliadora,
Nunca deja de existir un centro que abogue por el statu quo
inviable, pretendiendo mantener equilibrios en el poder, que aspiran
conservarse en ausencia del líder,
Una izquierda fascistoide que pretenderá sostenerse, radicalizando
aun mas el proceso populista y estatista, creyendo que Chávez debió ir
mas a fondo y no conciliar tanto , porque perdió un tiempo precioso que
la derecha aprovechó: el eterno cuento de las segundas partes de
managers de tribuna y
Una extrema izquierda fascista que arrancará por el franco camino
de la subversión armada, pretendiendo imponer un gobierno de facto,
apoyado en factores lumpenes armados, en connivencia con las FARC y
que costará por lo menos 3 o 4 años liquidarles físicamente.
Frente a ese irrefrenable escenario, presente en 100 de cada 100 casos
de crisis política, como la que sobrevendrá por el derrumbe del actual
régimen político y es de eso de lo que se trata y no de un florido
camino electoral, por supuesto que de este lado de la talanquera,
habrá también preparativos. Solo que todo está como encandilado por
un globo luminoso que no termina de elevarse hacia el infinito del
tiempo, donde todo termina por diluirse o desdibujarse.
Si el análisis y propuestas de Diego Arria fuesen minoría electoral
en Primarias de la MUD, eso para nada indica que no sean estas tesis
las que terminen imponiéndose por la lógica, fuerza y dinámica de los
hechos, en la hora de la transición fatal.
Y la razón para hacer este pronostico, es que quienes pensamos de esta
manera, tenemos respuestas para cuando el juego termine y ante cada una
de estas alternativas, que unan o dividan al chavismo, o que pueden ser
tratadas por separadas o juntas, así se presenten en un solo bloque
político, o cada cual buscando su inviable primacía, en los nuevos
escenarios de la lucha por el poder.
Pero en la hora presente, la hora de los anunciantes, del marketing, la
hora del vocecita, ahora magnate de Datanalisis, o del apóstol del
Chávez como figura religiosa que oficia desde Hinterlaces, la hora de
las cuñas publicitarias de millones y millones de dólares,
sustraídos de bolsillos muy generosos y muy desinteresados, o de arcas
descuidadas que no atendieron necesidades publicas, henos todavía en
este punto incierto, mientras el globo luminoso intenta ganar altura,
desatándose de sus amarras terrenales, hasta perderse en el espacio
tiempo.
Por eso es que resulta como surrealista cuando oímos a los
chamo-candidatos visualizar un camino de rosas, para verse
fotografiados con su banda tricolor terciada al pecho y el país
convertido en un gran conciliábulo de intereses de clientelas, que
deberán repartirse mejor la torta, esta vez sin exclusiones mayores.
Y uno no puede menos que encogerse de hombros y preguntarse: "Y donde
aprendieron estos que la política es este torneo de frivolidades, de
poner en evidencia esa asombrosa capacidad de gusto por el mensaje
neutro, obvio, del lugar común, de la frasecita hecha: ¿Creerán que
vamos a un gran encuentro entre panas? ¿Se imaginan acaso una especie de
gran verbena, de festival roquero Woodstock?
Porque vale la pena preguntarse una vez más: ¿vivimos en el mismo país?
¿Vivimos acaso en ese mundo feliz de la MUD, donde siempre se gana
porque se obvia que el árbitro y el ring pertenecen al contendor?
Si el globo se eleva y se pierde, veremos mas claro, porque las
sombras siniestras aparecerán dando forma a las verdaderas figuras
que estaban hasta entonces disimuladas.
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