Antonio Cova Maduro
Jueves, 12 de enero de 2012
Con la fama de flojo que trae a cuestas el señor Diosdedo seguro habrá
de agradecer a Soto Rojas tal innovación: esa vacatio perpetua le dejará
tiempo de sobra para lo único que le importa: sus negocios. Dicho todo
lo anterior, lo que sí tiene sentido es preguntarse ¿qué busca Chávez
con ese nombramiento? ¿Inmovilizarlo en un momento crucial para su
permanencia en el poder? ¿Alejarlo del segundo puesto de a bordo: la
Vicepresidencia Ejecutiva?
La usual modorra de los primeros días del año se ha visto alborotada por
dos noticias que vale la pena comentar. La primera es el segundo ascenso
del hombre de los "ojitos lindos", como hace años lo singularizara el
mismísimo Hugo Chávez: Diosdado -Diosdedo para Rayma- Cabello acaba de
ser elegido para presidir este período de sesiones de la Asamblea
Nacional. Recordemos que hace poco había logrado su primer ascenso:
vicepresidente de eso que llaman el PSUV, justo por debajo de Chávez en
esa fantasmagórica jerarquía.
No se habían terminado de contar los votos cuando ya el alboroto estaba
armado. Más de uno, en efecto, veía en su nueva posición una
confirmación de que es el hombre "en ascenso" dentro de ese nido de
grillos que es el chavismo en estos tiempos. Y aquí comienzan las
preguntas que vale la pena hacerse... ¡y contestarse!
En efecto, ¿de cuándo a dónde la súbita importancia concedida a
semejante cargo? Hasta donde recordemos lo más "brillante" que ha pasado
por allí fue el fallecido Willian Lara; por ello, ¿tiene sentido
asignarle papel destacado a semejante cargo, que todos sabemos quién lo
impone?
Recordemos: otra joya que allí "se destacó" fue el tal Ameliach, que
probó que eso puede marchar solo, sin que jamás se aparezca por allí su
Presidente. Luego pasó por allí la despótica Cilia Flores, que hizo de
ese ámbito un jardín: lo llenó de Flores en cuanto puesto había.
Cuando la oposición volvió a ella, con más títulos que el atajo de focas
que por allí se pasean, el chavismo utilizó su mayoría espuria para
imponer a un señor que sus antiguos camaradas de guerrillas conocían de
antaño. Nadie más. Quizás lo más destacado de su escaso año al frente de
la Asamblea fuera el que en la práctica eliminó las sesiones. Un Cuerpo
para legislar que no se reúne: otra memorable innovación del chavismo.
Con la fama de flojo que trae a cuestas el señor Diosdedo seguro habrá
de agradecer a Soto Rojas tal innovación: esa vacatio perpetua le dejará
tiempo de sobra para lo único que le importa: sus negocios. Dicho todo
lo anterior, lo que sí tiene sentido es preguntarse ¿qué busca Chávez
con ese nombramiento? ¿Inmovilizarlo en un momento crucial para su
permanencia en el poder? ¿Alejarlo del segundo puesto de a bordo: la
Vicepresidencia Ejecutiva?
Como ya Milagros Socorro dibujó un maravilloso perfil del personaje en
El Nacional del domingo pasado no tiene mucho sentido seguir dándole
tinta al individuo. Sí lo tiene verlo como una pieza importante en un
ajedrez: ¿será que se pretende conformar una dupla con Rangel Silva en
Defensa? ¿Y para cuál propósito y momento? Pero, ¿le conviene a Diosdado
aparecer al lado de un hombre con visa negada por Estados Unidos por
razones non sanctas?
Para entender el "papel pretendido" de Diosdado habrá que esperar un
poco. Los avatares de la salud de Chávez y lo que suceda a partir del 13
de febrero mostrarán a las claras qué es lo que Chávez tuvo en mente al
nombrarlo; y si el hombre está "a la altura" de las verdaderas y ocultas
responsabilidades que ese nombramiento conlleva. Vale la pena recordar
aquí el viejo dicho castellano: "Una cosa piensa el burro y otra el que
lo está enjalmando". ¿Un nuevo López Contreras en camino?
El otro asunto que ha creado un alboroto allende nuestras fronteras -más
incluso que en nuestro propio país- es el aterrizaje del Ahmadinejad.
Sin duda una visita incómoda y hasta peligrosa. En cualquier caso una
que provoca la rápida pregunta: ¿y qué viene a buscar aquí? Me van a
permitir separarme del resto de los analistas en la respuesta. Viene a
buscar una cosa por encima de cualquier otra: oxígeno. El señor
Ahmadinejad está entre dos fuegos en el orden interno, y en la mira de
la comunidad internacional. Necesita, pues, oxígeno; y en cantidad.
En Irán se le vienen encima unas elecciones presidenciales, justo en
momentos en los que el verdadero poder -el Guía Supremo Ayatolá Jamenei-
desespera por apartarlo del cargo que le ayudó a conseguir. Ahmadinejad
ha cometido el grave error de meterse en asuntos exclusivos de la
teología shíita. Tuvo incluso la ocurrencia de construir un Santuario
para el retorno espectacular del 12° Imam, oculto desde el siglo X de
nuestra era.
Del otro lado está la Guardia Revolucionaria, cuerpo paramilitar que
actúa a sus anchas en el Medio Oriente y que, seguramente, está detrás
de la amenaza de cerrar el vital Golfo Pérsico, convirtiéndolo en un
polvorín. Por eso necesita desesperadamente el oxígeno que escasea en
Teherán.
No comments:
Post a Comment