Alexander Cambero
Lunes, 17 de octubre de 2011
¿Cuales son los traidores? Llaman a los demócratas con ese feo epíteto,
sin embargo, son ellos los que andan entregados a los inconfesables
intereses de una estado extranjero
La bandera cubana ondeando en un cuartel venezolano. La supremacía
antillana ya ni siquiera guarda las formas; es bochornoso lo que ocurre
en algunas guarniciones, en donde la gran mayoría se arrodilla ante los
intereses de un gobierno extranjero gerontocrático y parásito. El propio
vividor que derrocha las fortunas ajenas como antes lo hizo con: España,
Estados Unidos, URSS y ahora Venezuela. Son unos artistas para succionar
las riquezas de aquellos que creen en su revolución de corrompidos.
Lo grave de asunto es que hablan de soberanía. En sus discursos
manifiestan un nacionalismo que no se compadece con la realidad. La
verdad es que no existe órgano del poder que no sea controlado desde La
Habana, desde allá se crean políticas y se destituyen ministros. Han
fortalecido una poderosa red de financiamiento a proyectos dentro de la
isla, mientras que aquí el país se cae a pedazos. Todo el tendido
eléctrico de la capital cubana y en más de ocho de sus principales
ciudades tiene el servicio gracias a Venezuela, ni hablar del asfaltado
de sus carreteras, mientras nosotros vivimos cayendo en huecos a cada
rato. Ahora están construyendo viviendas y hospitales con una moderna
tecnología, que son de la envidia de nuestros destartalados centros de
salud.
Nos preguntamos: ¿Cuales son los traidores? Llaman a los demócratas con
ese feo epíteto, sin embargo, son ellos los que andan entregados a los
inconfesables intereses de una estado extranjero, que se cree con
derecho a inmiscuirse en los asuntos nacionales y hasta de tomar
decisiones como si se tratase de elementos que estén bajo su tutela.
Qué vergüenza sentirían nuestros héroes independentistas si observaran a
sus herederos de uniforme sirviéndoles de mandaderos a militares
totalitarios. Cargándoles hasta los carritos en los mercados.
Comprándoles licor y encargados de buscar a los más bellas para el
festín de ocasión. Pero si estos son una vergüenza, pero aún, son
aquellos que callan por miedo, complicidad o conveniencia. Seguramente
si aquí ocurriese una invasión terminarían sacándose fotos con sus
enemigos. Los odiados gringos tratados como vedette. Disparándoles con
los tiernos tiritos de la lisonja. ¡Qué podredumbre ¡
Es bueno tener principios y dignidad. ¿Por qué la bandera cubana tiene
que estar en guarniciones militares y los organismos públicos? Si
quieren tanto a la isla, ¿Por qué no se largan de una vez y les dejan la
nación a los venezolanos?
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