Wednesday, August 24, 2011

Ser pinchador de teléfonos

Ser pinchador de teléfonos
Max Römer Pieretti
Miércoles, 24 de agosto de 2011

El gobierno de Chávez hace malabares para seguir a sus opositores. Dan
pena y hasta risa las formas de opresión política. Como todos nos
sabemos seguidos, escuchados y hasta observados las 24 horas

Debe ser muy aburrido trabajar de pinchador de teléfonos. Una
actividad más o menos así.
En un enorme tablero conmutador, ve que se levanta el auricular de un
candidato de la oposición y habla con su casa: - Mi vida, dice la
esposa, cuando vengas pasa por la panadería. – Sí mi amor, contesta el
político. O también, -Señor Fulano, lo llamamos para decirle que su
carro está listo. Muy bien, paso luego a buscarlo.

El gobierno de Chávez hace malabares para seguir a sus opositores. Dan
pena y hasta risa las formas de opresión política. Como todos nos
sabemos seguidos, escuchados y hasta observados las 24 horas, las
conversaciones se hacen en supuestas claves, algo así como: "acompáñate
del producto de la molienda del trigo".

O, "su vestimenta de metal y vidrio está presta para ser abordada". De
esa forma, curiosa y divertida, se tratan de sortear las grabaciones.
Claro, las que valen el esfuerzo, van y se difunden por el canal de
televisión del estado, violentando todo principio constitucional y con
todos los malabares para darle supuesta verosimilitud y manejo político
adecuado, eso sí, usando todas las argucias del caso, como haberlas
colgado primero en Youtube. El caso es que hasta Human Right Watch se
pronuncia al respecto, tema que con toda falta de respeto es tomado por
el gobierno del presidente Chávez y sus secuaces, y que engrosa la lista
de delitos cometidos por el régimen. Lo más lamentable es ser el último
eslabón de la cadena, el pinchador de teléfonos.

Van y le dicen que quieren escuchar a toda la lista del difunto Luis
Tascón, unos 7 millones de venezolanos, para enterarse de qué dicen del
comandante y su enfermedad. Menudo trabajo. Si siguen a 7 millones,
tienen tarea y ardua. Conversaciones simples como cambio de pañales,
alimentaciones del perro, compra de pan, abultan los terabytes de los
MP3 que usarán para hacer estas grabaciones. Los escuchantes de estas
conversaciones intentan descifrar esos mensajes, esos códigos especiales
contra el chavismo. Que si dicen rojo, cuidado que son de la oposición.
Que si dicen azul, que también son opositores.

Que si el niño está amarillo, no es ictericia, se trata de que también
son de la oposición por aquello de sumar otros colores. Nada fácil ser
pinchador del régimen del comandante colorado. Aburridos es que deben
estar. Un director de pinchazos debe distribuir su tarea así: los 400
escuchantes que están a la derecha, escuchen todo lo que digan los
precandidatos de la oposición, sus asesores, sus esposas y novias.

Los 300 escuchantes de la izquierda, oigan bien a los periodistas,
blogueros, políticos de medio pelo y diputados de la oposición. Los 200
del frente, que se pongan a escuchar a las amas de casa que ven con
fruición Globovisión. Los 250 de la espalda, a todo aquel que hable por
teléfono. Una central telefónica de lo más fastidiosa, sobre todo si se
toma en cuenta que no hacen más que decir sandeces por aquello de las
escuchas. ¿Se imagina usted, señor lector, que no se hubiese privatizado
la compañía nacional teléfonos de Venezuela? El trabajo de pinchador de
teléfonos sería horrible. -

Perdone señora, diría el pinchador, - ¿esa es la familia Urdaneta que
vive en la calle Bermúdez? - ¡No mijo! Esta es la familia González que
vive en la Medina… Y así. Con el desastre en materia de
telecomunicaciones que se vivía en tiempos de Pérez II. Chávez debe
agradecerle a Carlos Andrés Pérez el habérsele ocurrido la idea de
incluir en las políticas de su gobierno, el paquete económico del
neoliberalismo privatizador. Ese que tanto ha beneficiado al gobierno de
Chávez en materia telefónica. ¿O no?

romer.max@gmail.com

http://www.analitica.com/va/politica/opinion/9677109.asp

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