Exequíades Chirinos
Miércoles, 24 de agosto de 2011
Hace muy pocos meses, justo el 29 de marzo, "Mi Comandante - Presidente"
afirmó antes de partir a la Argentina que a su gobierno rojito,
comunistoide y bolivariano se lo estaba tragando la corrupción.
"Nos traga la corrupción de la política, nos destroza"
Y la intentó justificar con la misma receta fidelista de siempre:
(La corrupción producto de) "...esos viejos valores capitalistas que se
infiltraron por todos lados y siguen infiltrados dentro de nuestro
partido".
La gran verdad es que los viejos y nuevos valores del gobierno chavista
se concentran en una palabra: la corrupción, tragedia expresada en sus
mil formas, en esa cabeza de la hiedra que se expande por todos los
ámbitos del gobierno nacional y lo devora lentamente.
Chávez ese día zarandeó a sus dirigentes y militantes y los instó "a no
sucumbir ante la corrupción y recuperar la ética en la política".
Y les espetó en la cara:
"La política no es para obtener un cargo o para enriquecerse (...)
Tenemos que ganar esa batalla, una batalla estructural, moral y ética".
Pero solo fue de la "boca para afuera" porque el gobierno nacional se
niega a investigar la corrupción, verbigracia recientemente el Caso
Makled, el cual destila pus por todos lados y salpica a altos
funcionarios de la administración chavista, con militares incluidos.
Los principios éticos a los cuales se refirió "Mi Comandante -
Presidente" se estrellan con la directriz dada a los diputados del Psuv
en la Asamblea Nacional de negarse a investigar la corrupción por más
que los parlamentarios de la oposición lo planteen una y mil veces.
Tienen potestad constitucional para hacerlo y ante todo lo impone el
deber ciudadano de indagar sobre los desvíos de los fondos públicos,
pero prefieren actuar con complicidad y tratar de tapar los escándalos
promoviendo debates dirigidos contra las fuerzas de la oposición o
discusiones absurdas que en nada contribuyen al beneficio del país.
Esa es la conducta recurrente de los parlamentarios oficialistas de la
AN que repiten hasta el cansancio las excusas esgrimidas por el
Presidente para pretender tapar el mal gobierno que, en el fondo, es un
desgobierno porque desecha atender las necesidades del ciudadano para
privilegiar a los intereses de grupo, del entorno de Chávez, sus amigos
anclados en la denominada Boliburguesía.
De ahí que a este gobierno se lo traga la corrupción generada en su
propio seno y, además, auspiciada con los delitos sin resolverse
llamados Caso Antonini Wilson, Caso Pudreval, ...y ahora el Caso Makled.
No basta reconocer que la "contaminación y el veneno" que existía en el
MVR, llegó hasta el gabinete ministerial y se infiltró al Partido
Socialista" (Chávez dixit) sino en luchar verdaderamente contra este
flagelo mas allá de las palabras bonitas que caracterizan esos
interminables discursos.
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