Saturday, January 7, 2012

La reguladera de precios

La reguladera de precios
El camarada-líder-redentor pasó de la regaladera de cachivaches chinos a
la reguladera de precios
MIGUEL SANMARTÍN | EL UNIVERSAL
sábado 7 de enero de 2012 12:00 AM

Se puso intensamente creativo y ahora le dio por ahí: meterse con los
costos de los bienes y servicios. Lo hace (azoradito, caracha) porque
dejaron de funcionarle (no le suman ni un piche votico más, que es lo
que él pretende) las "misiones sociales" prodigiosas (grotesco chantaje
electorero) recomendadas por el mismísimo Fidel Castro. Por eso el
camarada-líder-redentor vernáculo pasó de la regaladera de cachivaches
chinos a la reguladera de precios. ¡Las primarias de la oposición lo
tienen loco!

El efecto perverso que tendrá esa oportunista "política" de control de
precios sobre la ya maltrecha economía nacional le regocija. ¡Sí, aunque
usted no lo crea, amigo lector! Él celebra como "éxitos estratégicos"
cada zarpazo suyo que dañe a empresarios y comerciantes. Porque los
debilita económicamente mientras él, claro está, para su mediática
(cadenas a toda hora) campaña reeleccionista sigue haciendo uso
abusivo-ilimitado-inmoral de todos los recursos y bienes del Estado. A
esto añádale el control-manipulación que ejerce sobre los Poderes
Públicos, especialmente el CNE.

Pero estos no son todos los daños que el régimen comunistoide ha
infligido a los productores privados que generan puestos de trabajo,
bienes de consumo y servicios, impulsan el desarrollo y crean riqueza.
Incorpórese a este "plan" de guerra electorera el impacto de los
sucesivos paraimpuestos, el control de cambio, las importaciones, las
multas arbitrarias (impuestas por cualquier organismo público) y la
sistemática persecución de la alcaldía de Libertador (desalojos
forzosos, sanciones, etc.) contra propietarios de pequeños talleres y
comercios. Entre otras consecuencias (los empresarios y comerciantes
apátridas-pitiyanquis, como los estigmatiza el régimen autocrático)
verán mermada la capacidad económica de sus negocios. Por tanto
limitadas sus posibilidades de hacer nuevas inversiones, ampliar nóminas
y aumentar la producción y las ventas. Bajará la recaudación de
tributos, habrá más escasez e inflación. Tampoco podrían (si fuese su
legítima voluntad) sufragar en época de elecciones las lícitas
actividades de partidos y candidatos de su preferencia. Es decir, el
único con plata y medios para hacer proselitismo será él. ¡Vaya sectarismo!

No pretende esta nueva arremetida roja-rojita contra el sector
productivo privado mejorar la calidad de vida de los venezolanos. Este
objetivo tampoco se logró, porque no era el fin, con las expropiaciones
y nacionalizaciones previas. En ambos casos el afán es estrictamente
electorero. El debilitado caudillo busca votos creando en la gente una
falsa sensación: que la injerencia y controles del gobierno aumentan la
oferta de bienes y servicios y bajan los precios. ¡Ni de chiripa!

msanmartin@eluniversal.com

http://www.eluniversal.com/opinion/120107/la-reguladera-de-precios

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