Capriles Radonski hizo su lanzamiento definitivo a las primarias de 2012
Henrique Capriles Radonski ofreció un discurso de 36 minutos ante unas
cinco mil personas en el "Papá Carrillo" ENIO PERDOMO
ELVIA GÓMEZ | EL UNIVERSAL
jueves 13 de octubre de 2011 12:00 AM
Soñar, progresar, confiar. En esos tres verbos sostuvo mayormente
Henrique Capriles Radonski (PJ), gobernador de Miranda y precandidato a
las primarias presidenciales de la Mesa de la Unidad Democrática (MUD),
el discurso en su lanzamiento definitivo a la contienda, que se realizó
ayer al mediodía en el gimnasio "Papá Carrillo", mejor conocido como
Parque Miranda.
Este fue el cuarto evento realizado por Capriles en las últimas semanas
para aceptar la postulación a las elecciones que la alianza de oposición
convocó para el 12 de febrero de 2012. Antes lo hizo con Podemos,
Vanguardia Popular y Primero Justicia. Siempre en recintos cerrados.
Ayer, el local en el que caben cinco mil personas, estaba con el aforo
lleno. Pantallas gigantes permitieron seguir detalles del acto -diseñado
para la televisión- a quienes ocupaban las filas bajas.
Consecuente con el discurso del aspirante, quien dice querer ser el
abanderado más allá de los partidos políticos, los dirigentes de las
organizaciones políticas que le respaldan -incluyendo los de Primero
Justicia- fueron ubicados en las gradas, al frente de la tarima desde
donde Capriles dirigió un discurso de 36 minutos. Detrás de él, vestidos
con franelas que recordaban el tricolor nacional, una barra de jóvenes,
al estilo de los partidos europeos.
Entre los dirigentes políticos presentes, Roberto Enríquez, presidente
de Copei, y otros miembros de esa dirección que aún no fija posición
oficial sobre a quién respaldarán, tras la declinación el martes del
gobernador César Pérez Vivas.
¡Sí podemos!
Capriles Radonski -así, recobrado su apellido materno en las pancartas
que le anuncian como el próximo Presidente- hizo una exposición que
resultó totalmente familiar, basada en "el camino" que encontró Miranda
bajo su administración y que ahora él ofrece a Venezuela. La invitación
a subirse al "autobús del progreso", su sueño con "empleos de calidad",
un país donde "nadie tenga que ponerse la franela de un color" para
obtener servicios a los que tiene derecho y que tiene "más futuro que
pasado".
El gobernador no ha hablado en los actos similares más de 25 minutos.
Ayer, quizás por una intervención más prolongada y por lo grande del
espacio, su garganta dio muestras de resentirse y se hizo muy notorio a
la media hora. Apeló varias veces a la versión criolla del lema de
Obama: "Yes, we can". "¡Sí podemos!", dijo y muchas veces el público,
generoso en aplausos, le ovacionó. La aclamación fue especialmente
alborozada cuando dijo: "Ningún empleado público puede sentir
incertidumbre. Todos los empleados públicos son parte del progreso".
Sobre la renta petrolera, Capriles dijo que debe usarse "como una gran
palanca para dejar de depender del petróleo". Sobre la Fuerza Armada,
señaló que su aspiración es devolverle a esa institución el respeto por
el mérito para que sirva a todos los venezolanos.
No dejó de lado la necesidad de que en Venezuela se restituya la
justicia plena y aprovechó para recordar su capítulo personal, que le
valió la detención por varios meses. Al relatar ese episodio, fue el
único momento en el que Capriles habló en primera persona. También se
refirió el gobernador al deseo legítimo de todos de ser propietarios de
lo que se ganen con su esfuerzo. "No hace falta para que brille nuestra
luz, apagar la luz del otro. No hace falta quitarle nada a nadie para
que Venezuela progrese".
La clave de Capriles para gobernar al país es el progreso y dejar atrás
el odio y la confrontación. "Donde hay progreso hay salud, educación,
vivienda, seguridad". A los jóvenes que han abandonado el país "les
vamos a ofrecer razones para que vuelvan".
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