Tuesday, October 4, 2011

Economía de mercado con acento social

Economía de mercado con acento social
Romulo E. Lander Hoffmann
Martes, 4 de octubre de 2011

A los países ricos, como el nuestro o a los francamente pobres, como el
nuestro, hay que prevenirles para que sopesen los costos a largo plazo
del proteccionismo que sin duda favorece exclusivamente a intereses
especiales muy concretos - en nuestro caso, la nueva oligarquía
revolucionaria. Dueña de las empresas que producen o importan
substitutos de los bienes de consumo - que lejos de generar crecimiento
con desarrollo, dada su ineficiencia y su dependencia del Nuevo
stablishment, perjudican a la mayoría de consumidores; ricos o pobres.

En nuestra nueva Oligarquía empresarial "revolucionaria" existe un
cúmulo de intereses que son alimentados intencionalmente y que son
diversos y sobre todo contradictorios. Esta nueva y miope(?) clase en
vez de percibir lo que es evidente, es decir la necesidad de insertarse
global y adecuadamente en el comercio internacional de manera que
beneficie sobre todo y en primer lugar a los ciudadanos más pobres, se
ata a economías más atrasadas y dependientes que la nuestra. Con
excepción de la de china que viniendo del comunismo más atroz hoy actúa
como nuevo imperio en busca de colonias comerciales.

Claro ejemplo de ello es nuestra DEPENDENCIA funcional de la Republica
de Cuba que en todos los aspectos económicos y sociales es bastante más
atrasada que Venezuela, pero que a pesar de ello triangula una gran
cantidad de rubros que hasta no hace mucho producíamos pero que ahora
importamos. Por supuesto que en beneficio propio y de la nueva
Oligarquía "revolucionaria" pero en perjuicio de todos nuestros
conciudadanos.

Suponiendo (Supuesto negado para este gobierno) que el comercio
internacional produzca ganancias para un país, es decir para las
empresas residentes en él, es deber del estado ver cómo se redistribuyen
los beneficios que por la vía impositiva se obtienen y de cuyo monto
una parte debería estar destinada a la reinversión productiva que es la
verdadera manera de devolver a ciudadanos y empresarios sus impuestos y
no solo a gastos improductivos del Estado de la naturaleza que fueren. .

En la Venezuela actual se culpa al comercio de la pobreza del país,
cuando es evidente que el comercio en el pasado, así nos empeñemos en
desconocerlo, ha generado junto con las inversiones del Estado riqueza
suficiente para mejorar substancialmente el nivel de vida de todos los
ciudadanos desde aquel pequeño país rural de hace apenas 50 años a lo
que con todo y sus defecto llegamos a ser antes de este deslave.
Desconocerlo no es solo insensato, sino supino.

Otra cosa que pesa mucho sobre la posibilidad de desarrollo del país es
la estructura feudal de la tenencia de la tierra. Estructura- en la cual
es el estado el más grande feudalista- y el uso obsceno del poder, los
beneficios innegables del comercio internacional en el área agrícola se
concentran ahora injustamente en manos del Estado. La responsabilidad de
esto si bien es un mal ancestral que arrastramos desde la colonia, la
tienen indudablemente los gobiernos y la estructura social del país, no
el comercio internacional.

Para poder insertarnos adecuadamente en el concierto comercial global y
romper el estigma de que el comercio internacional no es una fuente o
factor de desarrollo, debemos primero preparar a nuestro país. Esa es
parte de la labor del nuevo gobierno después del 2012.

La inversión, la innovación, la estabilidad política, el buen gobierno,
instituciones adecuadas, la reforma social, la inclusión, la educación,
la salud etc. serán parte del nuevo proyecto de país de manera que a
través de la globalización logremos los cambios necesarios en nuestro
aparato productivo que al crecer hacia fuera nos permitirá también
crecer hacia adentro para así producir los cambios que hacen falta para
despegar en la vía del desarrollo sostenido y sustentable.

Nuestro éxito dependerá en gran medida de la forma como nuestra economía
se inserte y se integre a la economía mundial y para ello es importante
contar con ciertas defensas, estableciendo sistemas de monitoreo y de
evaluación y control de los flujos internos y externos de bienes y
capitales. En consecuencia, es imprescindible que existan mecanismos
expeditos, probos e imparciales que vigilen y sancionen comportamientos
antisociales de individuos, estado y empresas.

Esta bastante documentado que a volúmenes iguales de comercio exterior
en una economía sin controles, mal gobernado, corrupto y en manos de
poderes arbitrarios tendrá un efecto diferente a los de una economía
bien regulada, vigilada, respetuosa de las leyes de las normas y de la
democrática. Con seguridad en la primera el comercio exterior sólo
aumentara la corrupción, el atropello y el caos, en la otra contribuirá
al desarrollo del país.

Indudablemente que en una economía abierta hace falta una regulación más
estricta del mercado y una mayor transparencia en los negocios, ese es
parte de nuestro reto como país y como sociedad. Todos debemos de asumir
el rol que nos corresponde y poner el país por delante de nuestras
individualidades.

Economía con acento social no es economía socialista. Ese es el reto.

Amanecera y veremos.

http://www.romulolander.com

rlander48@yahoo.com

http://www.analitica.com/va/economia/opinion/3179366.asp

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