Thursday, October 13, 2011

Cuba vendió el Esequibo

Cuba vendió el Esequibo
Jesús Antonio Petit da Costa
Jueves, 13 de octubre de 2011

Compatriotas: Así como España entregó a Inglaterra la isla de Trinidad,
que pertenecía a su colonia venezolana, Cuba ha vendido a Guyana el
Esequibo de su colonia venezolana. ¿Saben porqué? Se los diré.

Hace doscientos años había una colonia de España llamada Venezuela que
incluía en su territorio la isla de Trinidad, la cual, por su posición
estratégica, controla la navegación por el Orinoco. Como en toda
colonia, las relaciones internacionales eran manejadas directamente por
el Rey desde Madrid. Y sucedió que el Rey, en función de los intereses
de España, y no de Venezuela, cedió la isla de Trinidad a Inglaterra.
Era de suponerse lo que después ocurrió. Los ingleses usaron a Trinidad
como base de operaciones para adentrarse en el Esequibo, territorio
selvático que pertenecía a la provincia de Guayana, con cuya ocupación
cerrarían totalmente la salida de Venezuela al Atlántico. ¿Qué hay en el
Esequibo? Lo mismo que en Guayana: oro y toda clase de minerales valiosos.

Dice la historia sobre aquella época: "El comercio de Venezuela era muy
codiciado pues su cacao gozaba de la mejor reputación en los mercados
mundiales. Por su precio se colocó en el tercer lugar después del oro y
de la plata" (Arcila). Entonces el Rey de España decidió centralizar
este comercio y, al efecto, contrató a la Compañía Guipuzcoana, que le
pagaba los beneficios. Era la Guipuzcoana la que vendía el cacao en el
Caribe.

Doscientos años después Venezuela se hizo colonia de Cuba, con una
diferencia en la conquista: mientras los españoles debieron pelear para
vencer la resistencia indígena, los cubanos se apoderaron de la colonia
sin disparar un tiro. Contra los cubanos no hubo resistencia indígena.
¿Porqué? Porque las puertas se las abrieron unos cipayos, pertenecientes
a la tribu de los comunistas que estaba infiltrada esperando la señal
del invasor. Entonces el Rey Fidel asumió las relaciones internacionales
de la colonia. Trasladó la Cancillería a La Habana. A lo que quedó en
Caracas, por no tener función alguna, la convirtió en refugio de
damnificados. Para guardar las apariencias hay un ministro. Así en La
Habana está la Cancillería, que decide en función de los intereses de
Cuba, mientras en Caracas está el encargado de ejecutar estas
decisiones, por lo cual no importa que sea un ignorante en la materia. Y
hasta mejor es.

El Rey Fidel revivió la Guipuzcoana. Dijo: no es bueno que el petróleo
sea manejado por la colonia sin control de la metrópoli. Hagamos lo
siguiente: véndase directamente sólo a los gringos, y eso porque no
aceptan comprarlo a la metrópoli, pero ya se sabe que de esta venta debe
la colonia pagarnos tributo. Es un tributo llamado alcabala, porque en
cada oficina Cuba tiene montada una alcabala que vigila para que los
súbditos no le jueguen sucio. Agregó el Rey Fidel: del petróleo para el
Caribe me encargo yo. Constitúyase Petro-Caribe, mi Guipuzcoana.
Entrégueme la colonia su petróleo por esta vía, que yo me encargo de
venderlo como hacía España con el cacao, quedándome con la parte del león.

Astuto como es el Rey Fidel se habrá dicho: el pueblo de mi colonia
Venezuela fue en el pasado un "bravo pueblo", y aunque ahora se ha
vuelto un pueblo pendejo, debo tomar precauciones porque el Capitán
General se ha enfermado y como ni siquiera él sabe el tiempo que le
queda, y yo sí, puede ocurrir que, cuando falte, los venezolanos se
alcen echando a mis cubanos y sus cipayos. Entonces el Rey Fidel llamó a
los españoles de Repsol y les encargó buscar petróleo en el mar
territorial de Cuba, por los lados del Golfo de México. Fracasado el
primer intento, Repsol amenazó con no seguir. Cuba no tiene dinero, pero
sí a un Rey inteligente al que se le ocurrió una idea genial. Hay un mar
territorial que parece rico en petróleo. Es el mar del Esequibo. Díjole
el Rey a Repsol: yo te doy el mar del Esequibo y tú sigues perforando en
el de Cuba. Hecho el trato el Rey Fidel, en ejercicio de su poder
soberano sobre la colonia, y sin consultar con sus súbditos, decidió que
el Esequibo sea definitivamente de Guyana. Diabólico como es montó la
trampa: Guyana le envía una carta a mi colonia diciéndole que el mar
territorial del Esequibo es suyo, pero a esta carta la esconderemos para
que se interprete como aceptación. Y, a cambio, Guyana le da las
concesiones petroleras en este mar territorial a Repsol, como
efectivamente ha sucedido.

En este relato no aparecen los jefes militares porque estaban en otro
teatro echándoselas de machotes ante la oposición.

jpetitdacosta@hotmail.com

http://www.analitica.com/va/internacionales/opinion/7582522.asp

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