Gustavo Coronel
Martes, 3 de enero de 2012
Estos y otros factores apuntan a la necesidad que siente Chávez de
montarse sobre un evento importante, de naturaleza geopolítica, que lo
haga o recuperar el terreno perdido o hundirse para siempre. Ese momento
del topo a todo le está llegando y dificilmente pueda aplazarse más allá
de los próximos meses
Un punto de estrangulamiento que puede llevar a la guerra
Escenarios son solo eso, lo que puede suceder. En teoría, son infinitos.
En la práctica hay unos más posibles o más probables que otros. En el
caso de Venezuela hay uno que me preocupa cada día más y tiene que ver
con la alianza que Hugo Chávez ha formado con el Irán de Ahmadinejad.
Pienso que hay bastantes probabilidades de que Irán se vea envuelto en
una guerra regional a corto plazo. Lo que está sucediendo actualmente es
indicativo de que este escenario se hace más y más probable. Irán está
llevando a cabo "maniobras" militares en el Estrecho de Ormuz, por el
cual pasan diariamente unos 18-20 millones de barriles de petróleo hacia
los países consumidores. Irán está amenazando con cerrar este estrecho,
como parte de su guerra psicológica con Occidente e Israél. La amenaza
es arma muy peligrosa porque no tiene sino dos alternativas: o es
concretada o quien la hace se desprestigia. En este momento Ahmadinejad
está caminando por el filo de esa navaja, empujado por las presiones
políticas internas que montan en su contra.
Todo esto solo tendría un efecto parcial sobre Venezuela si no fuera
porque Chávez está casado con Ahmadinejad y comparte su odio patológico
contra los Estados Unidos y sus aliados. Además, Chávez se encuentra en
una posición tan o más difícil que la de Ahmadinejad, en lo que se
refiere a la situación interna del país. La mál llamada "revolución
bolivariana" está en un proceso de deshilachamiento rápido, producto de
varios factores: (1), la enfermedad del déspota, la cual le ha quitado
fuelle a su actividad y lo hace ver como muy vulnerable, aun para sus
mismos seguidores; (2), la angustiosa situación financiera del país,
endeudado hasta el occipucio, lo cual lleva a una devaluación a muy
corto plazo y a una significativa pérdida de credibilidad internacional;
(3), la creciente fortaleza de la oposición, la cual ha permanecido
esencialmente unida; (4), la silenciosa pero apreciable desbandada que
se está produciendo en los sectores sindicales, políticos, empresariales
y militares que apoyan al régimen, al advertirse su creciente debilidad,
una desbandada que se asemeja a una corrida bancaria; (5), el
aislamiento de Chávez del resto de la comunidad latinnoamericana,
excepción hecha de sus más fieles seguidores Evo, Correa y Ortega.
Estos y otros factores apuntan a la necesidad que siente Chávez de
montarse sobre un evento importante, de naturaleza geopolítica, que lo
haga o recuperar el terreno perdido o hundirse para siempre. Ese momento
del topo a todo le está llegando y dificilmente pueda aplazarse más allá
de los próximos meses.
Si Irán va a una confrontación con Israél, USA y el resto de los países
de la OTAN, es casi seguro que Chávez y su régimen utilizen esta
confrontación para alinearse con Irán y, por lo tanto, se conviertan en
un objetivo militar de la coalición anti-Iraní.
Ello significaría el fin del régimen en pocas horas. No creo que el
ejército venezolano llegue a disparar un solo tiro debido a su falta de
compromiso real con el régimen y a su alto grado de desmoralización y
carencia de entrenamiento. Sin embargo, ello haría de Chávez un mártir.
Solo hay dos maneras de ser recordado por la historia: como victorioso o
como mártir. Ya a Chávez ha dejado de importarle cual de las dos:
Agarrando aunque sea fallo
No comments:
Post a Comment