Tuesday, January 3, 2012

Cáncer bolivariano

Opinión

Cáncer bolivariano
Bertrand de la Grange
Madrid 03-01-2012 - 8:00 am.

Chávez intenta hacer de su enfermedad un instrumento de propaganda. El
objetivo: impedir una victoria de la oposición en las próximas elecciones.

El año pasado, Hugo Chávez acusó a Washington de haber provocado el
terremoto que asoló Haití en enero de 2010 y acabó con la vida de unas
300 mil personas. Su fuente era un supuesto informe de la marina rusa
que vinculaba el sismo a una prueba militar estadounidense. Ahora, el
presidente venezolano deja caer que "el imperio yanqui" podría estar
inoculando el cáncer a sus enemigos políticos en América Latina,
empezando por él. Entre las víctimas figurarían también los brasileños
Dilma Rousseff y Lula da Silva, el presidente paraguayo Fernando Lugo y
su vecina argentina, Cristina Kirchner, todos de izquierda y aliados de
la revolución bolivariana. Y todos con cáncer.

"¿Sería extraño que hubieran desarrollado una tecnología para inducir el
cáncer y nadie lo sepa hasta ahora y se descubra esto dentro de 50
años?", se preguntó Chávez en el transcurso de una ceremonia militar
transmitida por televisión. "Yo no quiero lanzar ninguna acusación
temeraria. […] En todo caso yo no estoy acusando a nadie, solo estoy
haciendo uso de mi libertad para reflexionar y emitir comentarios ante
hechos muy extraños y difíciles de explicar". Como era de esperarse, sus
partidarios hacen suyas las insinuaciones de Chávez y no parecen dudar
de la existencia de una conspiración para acabar con la vida de los
dirigentes "revolucionarios" del continente.

Las webs bolivarianas se han llenado de artículos de dudosa seriedad
sobre la "guerra biológica" y "las investigaciones ultra secretas en
laboratorios de la CIA y del Departamento de la Defensa para desarrollar
un programa especial de virus del cáncer". A partir de hechos reales
—los experimentos con guatemaltecos a los que un equipo médico de EE UU
inoculó la sífilis en los años 40—, el aparato de propaganda bolivariano
responsabiliza ahora a Washington de haber provocado la muerte de
"líderes revolucionarios y progresistas" en varias partes del mundo,
desde el expresidente argentino Néstor Kirchner hasta el palestino
Yasser Arafat, que habría sido envenenado.

"Nos dicen a veces paranoicos, pero tenemos motivos, no somos locos",
decía hace unos días un periodista de TeleSur cuando presentaba un
programa sobre "los métodos del imperio decadente" para deshacerse de
sus enemigos sin dejar huellas. Tiene razón: no son locos, solo
fantasiosos. Y sus intenciones son muy claras: se trata de movilizar
como sea a los ciudadanos indecisos en previsión de las elecciones de
octubre de 2012, que se anuncian complicadas para Chávez. El enemigo
exterior es un recurso clásico para cerrar filas, pero insuficiente para
frenar a la oposición. Había que descalificarla y el propio caudillo se
encarga de la tarea: "No vamos a permitir que el imperio yanqui y sus
lacayos aquí desestabilicen a Venezuela".

La amenaza va en serio, y los líderes opositores tendrán que armarse de
valor para no dejarse intimidar. Hay múltiples indicios de que Chávez y
sus jefes cubanos harán todo lo posible para impedir una victoria de la
oposición, con sus inevitables consecuencias: el final de la revolución
bolivariana y la suspensión de la enorme ayuda de Caracas a La Habana.
Los chavistas tienen la gran ventaja de estar en el poder y de disponer
de los gigantescos recursos del petróleo, pero la enfermedad del líder
es un motivo de preocupación. ¿Aguantará hasta las elecciones?

Chávez intenta hacer de su cáncer un instrumento de propaganda. Asegura
que ya está curado tras una operación en junio pasado y varias sesiones
de quimioterapia, todo ello en Cuba (la comunidad médica internacional
es muy escéptica y asegura que este tipo de enfermedad no se cura en
unos meses). O sea, los médicos cubanos, que casi matan a Fidel Castro,
habrían salvado al venezolano de un cáncer presuntamente inoculado por
el enemigo común, Estados Unidos. En términos simbólicos, es la victoria
de David sobre Goliat.

Es, en cierto modo, una adaptación de la propaganda que usó la
revolución cubana para crear la imagen de un Fidel Castro invencible. En
sus cincuenta años en el poder el Líder Máximo ha esquivado
supuestamente 638 intentos de asesinato por parte de la CIA y de la
contrarrevolución cubana (según un exescolta de Castro, que prepara un
libro sobre el tema, nunca hubo un intento serio de matar a su jefe).
Los yanquis deben de ser realmente muy torpes. Y, por lo visto, lo
siguen siendo: los cinco presidentes enfermos de cáncer han sobrevivido
felizmente, incluyendo el propio Chávez.

http://www.diariodecuba.com/internacional/8879-cancer-bolivariano

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