Lucy Gómez
Lunes, 3 de octubre de 2011
Por lo visto la crisis española y europea es una y la nuestra otra,
una costra fétida que dura toda la vida, gobierne quién gobierne, porque
este gobierno y que es socialista y la cosa sigue igualita o peor. ¿ Con
que cara Chávez habla de la crisis del capitalismo? Esa crisis desde
aquí parece una maravilla
Cuando conocí a Emilio, pensé que era otro mal empleado público. De
esos insoportables que gritan a la gente, llegan tarde, trabajan tres
horas y están pensando todo el tiempo en hacer lo mínimo. Pero no sólo
abrió la puerta de inmediato después que le toqué el timbre, sino que
su oficina estaba bien arreglada y limpia, todo en su sitio y me
atendió atentamente. ¿Usted es el trabajador social? Le pregunté.
Resultó que no está graduado ni estudia Trabajo Social, simplemente "
trabaja en eso".
En su puerta hay un cartel que avisa que atiende al público lunes y
martes y que el resto de la semana hace visitas domiciliarias. Pero en
esa oficina, que atiende a media Caracas no hay secretaria, no hay
carro ni presupuesto. Si usted necesita que el IVSS constate cualquier
situación familiar, pago de pensión, enfermedad, asistencia para el
pago de algún derecho o el cupo en cualquier institución de asistencia,
tiene que pagar usted mismo el taxi ida y vuelta para Emilio o alguno
de sus compañeros, o llevarlos en su carro, porque no hay presupuesto.
Si usted quiere llevar a su familiar a esa oficina , tiene que subir la
silla de ruedas o hacer caminar a la persona por un ascensor que
funciona, pero que está técnicamente clausurado por una reparación de
aguas negras en el sótano. Así que usted tiene que apartar el tubo , de
unos doce centímetros de diámetro con las manos, y meterse en el charco
con el enfermo , hasta que llegue a la oficina de Emilio, que
amablemente toma las huellas. Lo malo es que ahora sale de vacaciones
y no tiene sustituto. Así que durante un mes, ni siquiera el servicio
que presta existirá.
"Mejor va ahora a hacer la cola , reparten los números a las doce. (
Eran las 9.45 am) Me trae el número y yo le doy un comprobante que le
va a entregar al médico que la va a ver. "Pero si yo no estoy enferma,
le dije. Sí, pero el informe de su mamá tiene que hacerlo el médico
de Medicina General". Después entendí. La espera dura horas. Todos nos
sentamos en esas sillas de plástico blanco, frente a una taquilla
enrejada y vacía. Enfermos y sanos: una señora con insuficiencia
cardíaca, un hombre con la pierna adolorida por un ataque úrico,
madres con sus niños afiebrados, una señora a la que le era imposible
sentarse y caminaba para arriba y para abajo llena de nervios. Y yo, que
me preguntaba porqué diablos no me había traído un libro , una revista,
algo, para pasar desde las diez hasta las doce aquel infierno.
Pasaron vendedores de café y chocolate, enfermeras, enfermos, médicos.
Llegaron las doce y las doce y media, cuando se presentó una enfermera,
que a gritos empezó a dar números previa presentación de un papelero,
casi el mismo que le llevé a Emilio. Se quejaba de trabajar sin aire y
que nosotros gritábamos y hablábamos mucho. Cada dos por tres , nos
mandaba a callar a gritos. Después, a esperar a la doctora. Llegó dos
horas mas tarde. La señora de la insuficiencia, había llegado a las
ocho y la atendieron a las tres de la tarde. No había comido nada. Al
señor de la pierna, lo devolvieron por otro documento mas o menos a la
misma hora. Y a mí, me atendieron a las tres y media. Ese día no
terminó la cosa. A pesar de que me dieron el informe, reboté por
otras tres oficinas en el resto de la ciudad, durante una semana mas
hasta la autorización final.
El sistema es viejo, sucio y remendado. Odia a los niños enfermos, a
los ancianos , a quiénes hace arrastrarse y pedir ayuda para subir los
escalones que llevan a las consultas, a los trabajadores que esperan
durante todo el día para que le autoricen un reposo, aunque la tensión
y el continuo devolver de documentos, la viajadera de oficina en
oficina es exactamente lo contrario de la palabra.
El mismo día que recibí uno de los comprobantes pedidos , que caduca
en 6 meses ( habrá que calarse esto dos veces al año) , me enteré al
revisar internet, de los graves problemas que tienen los jubilados
españoles por la crisis económica que está metiéndole tijeretazos al
estado de bienestar .L os recortes son allá noticia de primera página.
Como la historia de Pedro, un jubilado de 77 años que está en crisis
en Andalucía. Su cuidadora está en huelga. Es uno de los 51.000
beneficiarios de un servicio de ayuda a domicilio gratis. Como tiene una
enfermedad degenerativa y su esposa es muy mayor, una cuidadora llamada
Andrea va a su casa desde hace tres años y le ayuda a levantarse, al
aseo personal y lo saca de paseo. El ayuntamiento y la empresa donde
trabaja Andrea tienen un conflicto por falta de pago y Pedro se queja
amargamente porque hace tres días que no pasea, ni lo lava Andrea.
Otra es la historia de Nieves Martín, que aparece en la foto de El País,
muy oronda con lentes y un perrito pelo largo en la falda, sentada en
un butacón. Ella tiene 87 años y es asmática. "Su casa debe permanecer
impoluta, el polvo la asfixia. Durante dos décadas ha recibido con
puntualidad la visita de una asistenta social que le echaba una mano con
la limpieza de su casa de Las Palmas, donde vive sola. Primero fueron
dos horas, luego cuatro. Hace una semana recibió una llamada del
Ayuntamiento. Le anunciaron que le cortaban el servicio a partir de
septiembre. "No hay derecho, toda la vida pagando y ahora esto", dice
Nieves, indignada. El caso de Nieves se suma al de 1.000 personas que
dejarán de recibir la asistencia domiciliaria en la capital grancanaria.
Se trata, principalmente, de mujeres de más de 65 años y con escasos
recursos".
¿Que tal?, Enfermera a domicilio, servicio doméstico pagado por el
estado por 20 años. Pero lo que me dio verdadera envidia fue la tarjeta
rosa catalana. No hay derecho. Digo, no hay derecho a que nosotros
pasemos tanto trabajo. Una tarjeta que se pide por internet,
WWW.targetarosa.com – no corrijan, que está en catalán- da derecho a
servicio de entrega a domicilio de la compra en los mercados y no en
uno ni dos sino 10, prácticamente en toda la ciudad, entrada libre a
15 museos, al jardín botánico, 20 a 25% de descuento en teatros,15% en
tiendas, peluquerías y barberías, viajes gratis por el Mediterráneo y
países vecinos, subvención de aparatos para oir y lentes. Por lo visto
la crisis española y europea es una y la nuestra otra, una costra
fétida que dura toda la vida, gobierne quién gobierne, porque este
gobierno y que es socialista y la cosa sigue igualita o peor. ¿ Con que
cara Chávez habla de la crisis del capitalismo? Esa crisis desde aquí
parece una maravilla.
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