Eliécer Calzadilla/Correo del Caroni
Martes, 4 de octubre de 2011
Los restos de Carlos Andrés Pérez, fallecido en Miami el pasado 25 de
diciembre, serán repatriados esta semana de octubre que comienza. Al
parecer será velado durante dos días en la sede del partido Acción
Democrática en Caracas y el entierro será el 6 de los corrientes. El
cadáver de CAP llega a Venezuela a casi 20 años de distancia de las
asonadas golpistas que intentaron derrocarlo, a 18 años de su
destitución de la Presidencia de la República, a 14 años de su expulsión
del partido Acción Democrática y después de 12 años de régimen de Hugo
Chávez. Muchos opinan que las mejores páginas en defensa de CAP las
escribió y las sigue escribiendo, con su desgobierno y ruina, el régimen
chavista. De otro lado, ya existe suficiente documentación sobre los
factores políticos y los personajes que urdieron el complot para
destituir a Pérez de la presidencia, enjuiciarlo por malversación y
condenarlo, en la creencia de que ellos tendrían el usufructo del poder.
Tontos útiles, trabajaron para Chávez.
De la repatriación del cadáver de CAP, de que va ser velado en la casa
de AD y del probable uso político de su cadáver para confrontar al
régimen, me interesan varios aspectos que intentaré resumir de seguidas:
sostengo que a los venezolanos nos encanta rehabilitar a la gente que
hemos vilipendiado y sacrificado. Que nos cuesta reconocer los méritos
de la gente mientras vive y que hay una buena dosis de necrofilia con
los destacados personajes públicos olvidados o escarnecidos, que tal vez
derive de nuestro invencible provincianismo cultural y de cierta aldeana
arrogancia, que nos hace intrigantes y envidiosos. Con CAP hay mucho de
todo eso: el partido AD, su partido, cuyos jefes estuvieron en el
complot y votaron por su enjuiciamiento cuando poco faltaba para que
terminara su periodo de gobierno, no ha dicho ni una sola vez siquiera
que fue un grave error su enjuiciamiento y destitución; tampoco lo han
dicho los llamados "notables" ni otros oportunistas que jugaron a que
Chávez era un monigote que se iba a dejar mandar.
Sin pretender en absoluto comparar personajes y tiempos, sino solo para
ilustrar nuestras intrigas y nuestra necrofilia, me permito unos
ejemplos: cuando Bolívar muere "exiliado" en Santa Marta, los
venezolanos y los neogranadinos estaban obstinados de él, de su
gobierno, de su autoritarismo, de su personalismo, de su dictadura, de
su permanencia en el poder. No habían transcurrido 15 años de su muerte
cuando Páez ordena su repatriación. Comienza así no solo su
rehabilitación histórica sino su elevación a categoría de semidiós, que
han usado otros históricos rehabilitados: la usó el autócrata y gran
ladrón que fue Guzmán Blanco (muerto exiliado en París y ahora, gracias
a Chávez, en el panteón); sirvió al bárbaro, payaso y tirano de Cipriano
Castro (también muere exiliado y ahora en el panteón por gracia de
Chávez); al tirano cruel y gran amasador de fortuna desde su cargo que
fue Juan Vicente Gómez, y ha servido Bolívar para amparar al militarismo
mezclado con la zurrapa del marxismo-leninismo mundial que manda en
Venezuela y en la africanizada (por la miseria) isla de Cuba (que nadie
se extrañe si antes de 100 años Chávez entra al panteón).
A CAP no se le puede juzgar ni por la vileza de quienes lo defenestraron
ni comparándolo con la destrucción y ruina que ha causado este régimen.
Si a ver vamos, hay cosas comunes en Chávez y CAP que no son, hay que
reconocerlo, de sus exclusivas pertenencias, pero los caracterizan: el
populismo; la tendencia a liderar a Latinoamérica y parte del mundo; el
mal uso de la bonanza petrolera venezolana para "emancipar" países
vecinos; la ambición de poder; un indeseable carácter de líderes
mesiánicos que les dieron sus adulantes y ellos asumieron gustosos…
Sostengo que durante el primer gobierno de CAP a gran parte de los
venezolanos se les trastocó un componente ético que tiene ver con la
conducta del nuevorriquismo: con el dinero fácil y mal habido, con los
negociados con el gobierno como la gran única fuente de enriquecimiento,
con el "ta' barato dame dos", con Miami (el "mall" y el "shopping") como
capital "cultural" de la clase media venezolana y lo que más grave, ese
dinero fácil de unos cuantos orilló en la exclusión social, el desajuste
y el resentimiento a gruesos contingentes de venezolanos.
El chavismo ha vendido la ilusión de que los pobres son importantes en
medio del despilfarro y latrocinio más grande de nuestra historia, y del
intento por consolidar un típico militarismo tropical, mezclado con las
peregrinas ideas políticas que han hecho de Cuba un museo de harapos y
miserias.
Usar al cadáver de Carlos Andrés Pérez, y a su gestión de gobierno, para
enfrentar a Chávez, es otro desatino que en nada contribuye al cambio.
CAP es el pasado, muchos errores y el recuerdo de traiciones de sus
amigos, compañeros y subalternos. Chávez, por distintas causas
convergentes, ya comenzó también a ser pasado.
Venezuela necesita, de una buena vez, ver hacia el futuro.
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