JORDY ENRIQUE MONCADA CARTAYA | EL UNIVERSAL
viernes 14 de octubre de 2011 09:38 AM
Llegado el momento para que el Estado venezolano aceptara o rechazara
las recomendaciones recibidas por los diversos estados miembros no hubo
sorpresas. Manteniendo su práctica habitual el gobierno venezolano apoya
únicamente aquello que no cuestiona directamente su forma de actuar con
respecto a los derechos humanos y rechaza cualquier crítica a
violaciones a derechos humanos o a incumplimientos de obligaciones
internacionales.
De las recomendaciones aceptadas, Venezuela en un acto cuando menos de
soberbia indicó que la inmensa mayoría ya estaban adoptadas o en
ejecución, pero llama mucho la atención la aceptación de medidas
referidas al sistema penitenciario, en donde el Estado se comprometió
entre otras cosas a:
- Aumentar el número de prisiones en todo el país (Turquía).
- Aplicar las normas constitucionales que regulan el sistema
penitenciario, utilizando con gran eficacia los recursos disponibles en
el sistema penal (Rusia).
- Fortalecer el esfuerzo de coordinación con el Consejo Superior de
Prisiones a fin de mejorar el estado de las prisiones, en particular los
problemas de hacinamiento y violencia (Malasia).
- Asegurar que todos los centros de detección cumplan con la normativa
mínima de las Naciones Unidas para el tratamiento de los presos (Reino
Unido).
-
Esto sumado a la aceptación de la recomendación hecha por Noruega y
Reino Unido referida al emprendimiento de un proceso participativo e
incluyente con todas las organizaciones de la sociedad civil en
Venezuela interesados en la aplicación de las recomendaciones del EPU,
muestra una señal positiva dentro de lo aceptado por el Estado.
Ahora bien, es preciso destacar que el Estado difirió la aceptación de
recomendaciones de especial trascendencia para marzo de 2012, tales como
adoptar la invitación permanente a los procedimientos temáticos
especiales de organismos internacionales y regionales de derechos
humanos y permitir esas visitas a Venezuela, así como la adopción de un
plan nacional de derechos humanos de conformidad con la declaración de
Viena.
Lo rechazado no fue sorpresa, son los temas tabú para el Estado
venezolano, nada de libertad de expresión, nada de independencia del
Poder Judicial, nada de acatamiento de decisiones de órganos
internacionales de protección de derechos humanos, nada de despenalizar
el desacato, nada de protección al derecho a la vida, nada de garantizar
procesos independientes de selección de jueces.
Así pues, la experiencia es medianamente positiva, sin sorpresas, pero
con una herramienta más para monitorear y exigir el respeto a los
derechos humanos, en un gobierno que los respeta y promueve a su entera
conveniencia y con un criterio ideológico que evidencia el
desconocimiento profundo de la historia de los derechos humanos, en
donde se ven plasmados los aportes de corrientes opuestas como lo son el
liberalismo y el socialismo.
Venezuela sigue estando en mora en materia de derechos humanos y en una
sociedad en donde no se respetan los mismos, no existe ni puede existir
Estado de Derecho ni democracia.
http://www.eluniversal.com/opinion/111014/en-onu-no-hubo-sorpresas
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