Trino Márquez
Sábado, 22 de octubre de 2011
Chávez se ensaña contra Globovisión, televisora que de manera valiente
asumió el enorme desafío de notificar y alertar sobre los hechos que
acontecían
El desconocimiento por parte del Gobierno del dictamen de la Corte
Interamericana de los Derechos Humanos en el que se restablecen
plenamente los derechos políticos de Leopoldo López y la multa
desproporcionada, injustificada e inconstitucional aplicada por Hugo
Chávez, a través de CONATEL, a Globovisión, son dos disparos a
quemarropa contra la oposición y el proceso electoral de 2012
La decisión de la Sala Constitucional del TSJ fue formulada en
términos tan ambiguos como los expresados por Aura Estella Moralwa, ex
profeso. La Presidenta del organismo se asesoró con Cantinflas. Queda
demostrada una vez más la subordinación del Poder Judicial (y la
Contraloría) a Chávez. El teniente coronel ya lo había advertido: al
acuerdo de la CIDH le hacía menos caso que a su corte de pelo. La orden
de desconocer el fallo había salido de Miraflores, pero era necesario
maquillarla y, sobre todo, formularla de modo lo suficientemente
ambivalente con el fin de enredar a la MUD.
A los doctores del TSJ solo les falto decir que si López gana
las elecciones de octubre de 2012 habrá que nombrarle un regente, tutor
que en la Corte Española se le nombraba al sucesor de la Corona cuando
era menor de edad o estaba incapacitado por alguna razón física para
ejercer el cargo. En Venezuela la figura del Regente no existe, por lo
tanto, si López llegase a obtener el triunfo no podría ejercer la
Presidencia, pues esta responsabilidad combina aspectos de naturaleza
política y componentes de carácter administrativo. El Presidente es,
nada más ni nada menos, que el jefe de la Hacienda Pública Nacional. La
mefistofélica medida le entierra un puñal al exalcalde, pero no hasta la
empuñadura, sino hasta la mitad de la hoja. Suficiente para crear
desconcierto, confusión y desesperanza en la oposición. Pero, la MUD no
pisó el peine.
López respondió correctamente: mantuvo su opción candidatural.
Ya veremos cómo reacciona ese abyecto Poder Judicial en el caso de que
el dirigente de Voluntad Popular gane por una apreciable mayoría en
2012. ¿Se atreverá a desafiar al pueblo soberano? ¿Desatará un conflicto
de poderes entre el TSJ y los ciudadanos votantes? Lo dudo. Ahora los
magistrados son valientes porque creen que Chávez encarna la mayoría. Si
se les demuestra lo contrario girarán hacia el nuevo centro de poder. No
tengo dudas. Los camaleones son así: se mimetizan.
A Globovisión el régimen no se ha atrevido a cerrarla. El
costo de tal desafuero sería demasiado elevado. El caudillo no olvida
las consecuencias de haberle bajado la santamaría a RCTV. El camino
escogido fue sancionarla cada cierto tiempo. Aplicarle multas desmedidas
y arbitrarias. En este caso de trata de una sanción por haber cumplido
con su compromiso de informarles al país y al mundo entero sobre los
graves sucesos que ocurrían en la cárcel El Rodeo. Este abuso representa
un nuevo atropello a los medios de comunicación privados, una violación
a la libertad de expresión y un irrespeto a la obligación que tienen
estos de informar de manera veraz y oportuna, tal como señala la
Constitución.
Con esta ilegal medida el Gobierno pretende continuar
atemorizando a los medios independientes y ocultar su responsabilidad en
los dramáticos acontecimientos que sucedieron en ese centro
penitenciario, donde hubo numerosos muertos producto del enfrentamiento
entre los cuerpos de seguridad del Estado y los reclusos. Chávez nunca
les ha explicado al país y a la opinión pública internacional cómo fue
que las armas de grueso calibre en manos de los presidiarios ingresaron
a ese establecimiento carcelario, y quiénes integran las redes de
corrupción que se lucran con el tráfico de armas en los centros
penitenciarios. Un régimen que, además, ha sido incapaz de resguardar la
vida de los presos, garantía señalada en la Carta Magna, ahora busca
silenciar al mensajero que informa.
Chávez se ensaña contra Globovisión, televisora que de manera
valiente asumió el enorme desafío de notificar y alertar sobre los
hechos que acontecían. Por su parte, todo el gigantesco aparato montado
por el Gobierno para garantizar la hegemonía comunicacional -que incluye
televisoras, radios, periódicos y redes sociales en todo el país- solo
sirvió para maquillar y tergiversar esos hechos de violencia inauditos,
pues sus protagonistas eran unas personas sometidas a cautiverio.
El Gobierno pareciera olvidar que Globovisión es patrimonio
de la Venezuela democrática. Del país que no se rinde ni claudica frente
al autoritarismo.
Ambos disparos a quemarropa pueden salirle por la culata.
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