21-Nov 06:13 am|Maru Morales
Roberto Briceño advirtió que los nuevos grupos armados son peores que
los cabilleros de los años sesenta
A las 12:07 pm del sábado 12 de noviembre un hombre armado con una
pistola efectuó por lo menos 15 disparos en la redoma del Bloque 36 del
23 de Enero, donde María Corina Machado ofrecía unas declaraciones a la
prensa como parte del inicio de su campaña para las primarias
presidenciales de la oposición. 35 horas más tarde, a las 11:00 pm del
domingo 13, personas armadas tirotearon el vehículo en el que se
desplazaba la precandidata a las primarias de la Gobernación de Bolívar,
Nelly Frederick. Seis de las balas impactaron la carrocería.
Tanto la aspirante independiente a la Presidencia como la nominada de
Acción Democrática y Un Nuevo Tiempo a la contienda regional
respondieron con las mismas palabras: "Este ataque me da más fuerza. No
me van a amedrentar".
Machado y Frederick no son las únicas candidatas a medirse en las
primarias del 12 de febrero que han sido víctimas de hechos violentos,
pero sí las que han sido atacadas directamente a tiros. Desde agosto
hasta el presente se contabilizan nueve atentados de diferente
intensidad contra los dirigentes que adversan al chavismo, dos de ellos
contra la diputada.
Violento noviembre. El 27 de agosto Julio Borges se disponía a instalar
la sede del comando de campaña de Henrique Capriles Radonski en
Tinaquillo, Cojedes, cuando un nutrido grupo de personas vestidas de
rojo, con banderines del PSUV y afiches del Presidente lo insultaron y
empujaron hasta hacerlo abandonar el lugar.
El 16 de octubre los seguidores de Capriles se concentraban en El Valle,
Caracas, para acompañarlo en una caminata, cuando desconocidos les
lanzaron una bomba lacrimógena. El canal del Estado entrevistó a uno de
los habitantes del sector identificado con el oficialismo y este señaló
que la parroquia era un "territorio liberado" y que la oposición no
tenía nada que buscar allí. Ese día Machado y sus seguidores fueron
rodeados y golpeados por motorizados afectos al Gobierno en Turmero, Aragua.
Noviembre es el mes que más agresiones ha registrado en 2011 con un
total de 5. La primera víctima fue Richard Blanco, quien el día 5
denunció el secuestro de su madre en su casa en Lídice; aseguró que
hombres armados efectuaron 70 disparos en el mismo sector e impactaron
la camioneta de uno de sus acompañantes.
El 9, Pablo Pérez se reunía con estudiantes de Medicina en la Escuela
Vargas de la UCV y supuestos seguidores del Presidente activaron una
bomba lacrimógena fuera del auditorio.
El 12 y el 13 de noviembre se registraron los ataques descritos al
comienzo de esta nota. El 14, el precandidato a las primarias por la
Gobernación de Barinas, el ex diputado Wilmer Azuaje, reclamó a
funcionarios de la Alcaldía de Barinas por el retiro de su propaganda y
fue golpeado. El sábado 19 dos bombas lacrimógenas fueron lanzadas en la
avenida Victoria, Caracas, en una caminata encabezada por Pablo Pérez.
Amarga tentación. Mercedes Pulido, socióloga y ex ministra de Familia,
opina que tales agresiones tienen dos objetivos: reforzar el clima de
imposición de ideas e intimidar a los que votarán en las primarias.
Esa lectura es compartida por el sociólogo y director del Observatorio
Venezolano de Violencia, Roberto Briceño León, quien agregó que se busca
transformar la competencia electoral en una guerra destinada a la
destrucción del otro por la fuerza efectiva o por la amenaza. Aunque
Briceño explicó que usualmente la violencia entra en la dinámica de la
lucha por el poder, lo ocurrido desde agosto tiene otra dimensión: "Creo
que el riesgo del partido de Gobierno de perder las elecciones abre la
tentación de la violencia para muchos de sus líderes".
Freddy Bernal, diputado del PSUV, justificó el más reciente ataque
contra Machado con el argumento de que ella no debió ir al 23 de Enero.
La postura fue rechazada el jueves por el cardenal Jorge Urosa, quien
fue tajante al afirmar que en Venezuela "no puede haber territorios
vedados a ningún candidato" y exhortó a las autoridades y a dirigentes
políticos a garantizar el respeto mutuo.
Guetos del siglo XXI
Las bandas armadas no son actores nuevos en la política venezolana. Los
denominados cabilleros adecos, surgidos a finales de los años cuarenta y
vigentes hasta los ochenta, se caracterizaron por sus agresiones contra
adversarios sindicales.
Sin justificar esos actos, Briceño aclaró que aquellos se circunscribían
al ámbito político, a diferencia de los nuevos grupos armados, que han
adquirido otras características. "Los tupamaros son algo distinto, e
incluso peor porque definen la violencia como un elemento central de su
actuación".
Pulido añadió otra consideración: "Grupos como La Piedrita, Tupamaro,
Alexis Vive, que reclaman una territorialidad exclusiva, se imponen para
controlar zonas poblacionales de alta densidad, en cierta forma bajo la
protección o vinculados al narcotráfico".
¿Cómo llega una ciudad como Caracas, en pleno siglo XXI, a tener guetos
o espacios prohibidos para cierto grupo de personas? Pulido afirmó que
la incertidumbre del chavismo sobre si su líder acudirá a las
presidenciales los lleva reaccionar así. "Las declaraciones de Bernal
ponen en evidencia la hegemonía que se pretende imponer, pero que al
parecer no han logrado", dijo.
Briceño considera que la existencia de zonas cerradas es inaceptable:
"Eso es un retroceso. En el fondo lo que parece es que tienen miedo a
que el pueblo escuche otros mensajes y otras voces".
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