Filipp Rodríguez Loginova
Viernes, 25 de noviembre de 2011
Sin ánimos de cercenar la esencia de la política nacional, deberíamos
ensayar la dignidad al exigir por lo menos un poco de seriedad a
aquellos que aseguran representarnos. Esto no sólo a propósito de la
actual crisis de representación en Venezuela sino también, y en términos
generales, concerniente a la posibilidad de corresponder finalmente el
verdadero interés nacional con el discurso político. Esta vez, es el
Partido Comunista de Venezuela que protagoniza al Cándido de Voltaire.
Las declaraciones hechas por Jerónimo Carrera a Noticias24 dejan mucho
sobre que discutir, aunque sin descuidar las dimensiones partidistas que
siempre están involucradas, sea por bien o por mal.
¡Cuadro sobrecogedor! Los comunistas horrorizados, han descubierto que
el chavismo, lejos de alinearse con su marco idealista, encarna una
voraz antítesis que devora todo lo que no se encuentre bajo su ala. Así,
la manipulación chavista junto a la pura y dura racionalidad humana se
ha ido sumando aduladores, diezmando a la par las filas del comunismo en
Venezuela, y por qué no, las de otros partidos aunque no necesariamente
de forma tan proporcional.
Ya el ultimátum al PCV se había proyectado con la "propuesta" de fusión
al PSUV de los partidos aliados y con intereses afines en el año 2006,
declarando con sutileza, pero de forma enérgica, que en Venezuela no
existen espacios para la diversificación política, y mucho menos
tratándose del oficialismo. De esta manera, ese "te adhieres o te
mueres" ha dejado a los comunistas desamparados una vez más en los
anales de la historia política nacional.
Bajo la sombra de la nula industrialización nacional, Carrero pronuncia
solemne que en Venezuela no se dan las condiciones que requiere el
socialismo. ¿Y entonces? Vendiéndose siempre como los estudiosos
dogmáticos de la sociedad y el Estado ¿Les tomó trece años entender que
el socialismo del siglo XXI no es más que una farsa propagandística? Les
tomo menos, en este sentido, a Luis Miquelena, Ismael García y a Raúl
Baduel.
Ingenuos?... No, no!
El asunto es que la dirigencia comunista tiene menos dignidad que todos
los arriba mencionados, pues son, hasta el momento, los que más tiempo
habían permanecido a los pies del presidente esperando a que se les
considerara con alguna prerrogativa especial. Sin alcanzar su objetivo
se decidió el humillante retiro. No queda sino observar la siguiente
reacción política del PCV, aunque por experiencia ya puede vislumbrarse
un prolongado anonimato, dejando a la deriva a sus partidarios.
Por desgracia la hipocresía es un recurso renovable que cobra victimas.
Recuerdo bien que con entusiasmo, un miembro del PCV expresaba en prensa
escrita La Nación en marzo del 2009 que: Cesar Pérez Vivas a tres meses
de haber sido electo gobernador del Estado Táchira no había hecho nada,
olvidándose o haciendo la vista gorda ante los diez años de decadencia y
pusilanimidad con Hugo Chávez al poder. Saludos cordiales de mi parte
señor Parra.
Es el precio por desviar las miradas, camaradas! ¿No les habrá dolido
que recientemente les fuera secuestrado su icono político cultural Alí
Primera por la Asamblea Nacional PSUVista? O es que era imperativo
anticiparse a la comprensión colectiva del sentido de las verdades
cantadas por Alí, que por cierto, afectan fatalmente al chavismo.
Saludos también a usted señora Musset, brilló bastante su desvergüenza
en el hemiciclo.
Centro de Investigaciones de Política Comparada, ULA – Mérida
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