Thursday, November 24, 2011

Balance 2011

Balance 2011
Jaime Requena
Jueves, 24 de noviembre de 2011

La reforma de LOCTI no hizo otra cosa sino cavar más la fosa en que se
encuentra nuestro país. Profundizó, hasta el más hondo de los abismos,
la brecha que distancia a quienes producen nuestros bienes y servicios
­a los industriales venezolanos­ de quienes pueden mejorar sus procesos
haciéndolos más eficientes por la vía de la ciencia y de la técnica ­los
investigadores

Este año comenzó con una nueva Ley Orgánica de Ciencia, Tecnología e
Innovación. Lo de diciembre del 2010 no fue una simple reforma sino la
puesta en marcha ­para el sector­ de una estructura administrativa y
operacional radicalmente diferente a lo que solíamos tener. A partir de
este año, la investigación científica y la innovación tecnológica
venezolanas son rojas rojitas y, por añadidura, completamente diferente
a como el resto de la humanidad planea, hace y se apropia del conocimiento.

La reforma de LOCTI no hizo otra cosa sino cavar más la fosa en
que se encuentra nuestro país. Profundizó, hasta el más hondo de los
abismos, la brecha que distancia a quienes producen nuestros bienes y
servicios ­a los industriales venezolanos­ de quienes pueden mejorar sus
procesos haciéndolos más eficientes por la vía de la ciencia y de la
técnica ­los investigadores.

La nueva LOCTI enterró al PPI para introducir un mal conformado
clon, el PEII. En vez de casi siete mil investigadores que el PPI llegó
a contabilizar en el 2008/2009; ahora, en el 2011, tenemos 7.722. De un
60% de ellos puede dar fe el PPI, del resto, me imagino que lo podrán
hacer los registros de personal de los Consejos Comunales. A partir del
1º de enero del 2012 lo que dejemos de hacer en producción y uso de
conocimiento es, y será, de la entera responsabilidad del Gobierno.
El Gobierno le sigue dando vueltas al torniquete financiero de
las Universidades Nacionales, tradicionalmente responsables del 80% de
la investigación que se hace en el país. El resultado de ese
estrangulamiento progresivo es evidente: mientras que para el año 2009,
el país registró unos mil doscientos trabajos originales en cualquier
área del conocimiento, para el año pasado, los registros apuntan a unos
mil cien, mientras que, para este año, el 2011, se están proyectando un
mil publicaciones producidas desde el país y publicadas en revistas
periódicas especializadas nacionales o extranjeras.

El hecho de que hemos dejado de publicar o de producir patentes
es la indeseable consecuencia de una política pública que pretende
comprar conciencias por la vía de ofrecer financiamiento a quienes se
plieguen al régimen. Los proyectos de investigación no surgen por
generación espontánea ni son el fruto del totumear de magos, shamanes o
iluminados. Son el resultado del quehacer de profesionales con
entrenamiento y experiencia; de hombres y mujeres que sobre todo
aprecian y valoran la libertad de pensamiento.

En cualquier caso, 2011 es otro año más sin que lleguen los
reales a los laboratorios. Los proyectos ordinarios o extraordinarios
del PPE terminaron siendo una broma de mal gusto. Empero, el Gobierno
sigue sosteniendo que estamos invirtiendo más del 3% PIB en ciencia y
tecnología. Esta es una astronómica cantidad de dinero, tres veces lo
que el país invierte en Educación Superior. Los hechos, evidentes como
son, invocan aquel llamado electoral: ¿dónde están los reales?

conciencia.talcual@gmail.com

http://www.analitica.com/va/sociedad/articulos/4731277.asp

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