Enrique Pereira
Martes, 22 de noviembre de 2011
Cacerolas llovieron desde los balcones. La cadena televisiva tuviste que
cortarla en dos, para que los venezolanos no escucháramos el escándalo
metálico que te acompañaba. Esa es la verdadera encuesta Hugo, la del
pueblo en la calle
Las caravanas a Plaza Altamira, las visitas a Catia o las
concentraciones en plaza O'Leary. Ayer tus seguidores dieron pena. Se
acabó aquel fuelle electoral que llenaba la avenida Bolívar y
desparramaba a tus adeptos en cualquier lugar que los convocaran. A
duras penas hicieron algo de bulla y trafico, las caravanas –muy
escuálidas- que llegaron desde múltiples lugares de Caracas a la
tradicional plaza del este de Caraqueño. No llenar un espacio tan
pequeño como Plaza Altamira, debería hacerte reflexionar. No convences
Hugo, ya no te funciona.
La semana pasada –a punta de transportes- reuniste un puñito de personas
en la plaza O'Leary, eran muy pocas Hugo. Proyectadas sobre una calle
lateral, ese puñito que no llegaba a cinco mil rojitos, no llenaba las
cámaras de televisión. La carrera Nike en la autopista de Prados del
Este, concentró más personas, que pagaron con gusto para verse unidos
corriendo por su salud.
El sábado en Catia no la pasaste bien. Cacerolas llovieron desde los
balcones. La cadena televisiva tuviste que cortarla en dos, para que los
venezolanos no escucháramos el escándalo metálico que te acompañaba. Esa
es la verdadera encuesta Hugo, la del pueblo en la calle. Te sugiero que
escojas bien los escenarios donde apareces, pues hay mucha cacerola
esperando por ti. Henrique Capriles ha visitado los juegos de pelota y
llevó muchos aplausos. No se te ocurra asistir a un Caracas Magallanes,
pues no soportarás la andanada de pitas y rechiflas. No te funciona eso
de aparecer en público.
Triste pensar que entre los problemitas de salud y la poca capacidad
para arrastrar, tengas que hacer tu campaña a punta de cadenas
televisivas, aburridas y largas –como piropo de tartamudo- esta vez, sin
mostrarnos maquetas para la pre adjudicación de las pre viviendas que
nunca has entregado a los pre adjudicados. Te funcionó por un tiempo,
pero ya te dejó de funcionar.
En contraste, los actos de masas de los precandidatos están moviendo
gente. Hay un sentimiento, más que algo concreto, que se aloja en el
corazón de los venezolanos, que ya presiente una clara onda de cambio en
nuestra conductas electorales.
Has cometido los clásicos errores de un personaje que pretende tener
todas las verdades en su mano y no sabe cómo manejar un país. Esos
errores se han acumulado y has intentado taparlos con mentiras. Cuando
se comienza a mentir, ya no se puede para de mentir. Del millón
alfabetizados, pasaste al millón de operados por las misiones, a los
tres millones de barriles de producción petrolera y a los diez millones
de votos para finalmente llegar a los dos millones de viviendas en cinco
años.
Sabes… las mentiras ya no te funcionan Hugo.
No comments:
Post a Comment