Castroterapia
Bertrand de la Grange
Madrid 02-11-2011 - 7:50 pm.
Chávez entre el cáncer y la recuperación, entre Caracas y La Habana.
Hugo Chávez, el pasado 11 de octubre en Caracas. (REUTERS)
Hugo Chávez asegura que ya está curado del cáncer que casi lo mató hace
cuatro meses, cuando fue operado de emergencia en La Habana. El
presidente venezolano tiene mucha suerte —él habla de "milagro"— o sus
amigos cubanos lo están engañando sobre su estado de salud. "Estoy libre
de enfermedad, salí de la cueva", explicó la semana pasada a su regreso
a Caracas, después de someterse en la Isla a una cuarta sesión de
quimioterapia y a una batería de pruebas que "permitieron verificar
científicamente que no hay células malignas activas en este cuerpo".
No es necesario ser médico para notar que algo no cuadra entre las
declaraciones triunfalistas del enfermo y la agresividad del supuesto
tratamiento, que siguió a la extirpación, en junio, de un tumor del
tamaño de una pelota de béisbol en la pelvis. O bien ese cáncer
misterioso —no se ha dicho aún qué órgano está afectado— fue exagerado
al inicio, lo que permite alardear de una supuesta superioridad de la
medicina cubana, o bien se está minimizando ahora la gravedad del caso,
con el objetivo de ganar tiempo para buscar un sucesor a Chávez y salvar
la revolución bolivariana.
Hay muchos motivos para sospechar de una manipulación de los hermanos
Castro en ese culebrón plagado de incongruencias. El régimen de La
Habana hará lo imposible para salvarle la vida a Chávez porque necesita
el petróleo y la enorme ayuda financiera que Venezuela le entrega
generosamente desde hace una década. Para que todo siga igual, es clave
que el caudillo bolivariano aguante hasta las elecciones del 7 de
octubre de 2012 y gane un cuarto mandato presidencial. Por las buenas
—su popularidad se mantiene alrededor del 50%— o por las malas, si la
oposición presenta un candidato único pero no logra finalmente defender
su victoria ante un posible fraude o un golpe.
Todo cambia si Chávez muere antes de tiempo o si su salud le impide
seguir en el cargo. Semejante desenlace llevaría muy probablemente a un
triunfo de la oposición y a la ruptura del matrimonio entre los dos
países, con sus consecuencias benéficas para los venezolanos y
desastrosas para La Habana, que debería además repatriar a unos 60.000
cooperantes. Para evitarlo, Chávez y sus asesores cubanos se emplean a
fondo con medidas represivas para desalentar a la oposición y a los
medios críticos. La cadena Globovisión acaba de ser condenada a una
multa "impagable" por "apología del delito" en el transcurso de su
cobertura de una revuelta en una cárcel. Y uno de los principales
precandidatos de la Mesa de la Unidad Democrática (MUD), la alianza que
aglutina a una treintena de partidos antichavistas, no podrá presentarse
a las elecciones presidenciales a raíz de una extraña decisión del
Tribunal Supremo de Justicia. Se trata de Leopoldo López, que fue un
alcalde muy exitoso en Chacao (Caracas) durante ocho años y es
descendiente de la hermana de Simón Bolívar, algo intolerable para
Chávez, que se ha apoderado de la herencia política del Libertador.
Además, las elecciones han sido adelantadas dos meses, quizá en función
de los pronósticos de vida manejados por los médicos cubanos del
presidente (en total congruencia con su nueva situación, Chávez ha
ordenado el cambio del lema oficial: ahora se dice "Viviremos y
Venceremos" en lugar de "Patria Socialista o Muerte"). Las declaraciones
intempestivas de un galeno venezolano, el doctor Salvador Navarrete,
sobre una "expectativa de vida de hasta dos años", provocó un cambio
repentino en la estrategia de comunicación manejada desde La Habana: de
un día para otro, Chávez ya no tenía cáncer. Previamente al anuncio, el
presidente se reunió durante cuatro horas con Fidel Castro, su "padre
político" y "médico superior", como suele llamarle desde que le ha
entregado la responsabilidad de salvarle la vida. Después de la
quimioterapia, una sesión de castroterapia.
No sé si, como lo afirma a la revista Milenio Semanal, el doctor
Navarrete fue realmente médico de Chávez y de su familia —el presidente
lo ha desmentido—, pero tiene un discurso muy articulado y parece
manejar datos serios. "La información que yo tengo de la familia es que
él tiene un sarcoma, un tumor [de la pelvis] muy agresivo de muy mal
pronóstico y estoy casi seguro que ésa es la realidad. Por eso le están
aplicando una quimioterapia tan agresiva". Al doctor Navarrete, que fue
militante chavista, se le puede reprochar haber violado el secreto
médico, pero le creo más que a los hermanos Castro.
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