Thursday, April 3, 2014

María Corina y la derrota del castrismo

María Corina y la derrota del castrismo
JUAN CLAUDIO LECHÍN | Nueva York | 2 Abr 2014 - 7:35 pm.

María Corina Machado puede operar con legitimidad internacional una
ofensiva diplomática y propagandística contra el castrismo.

En su artículo "El crimen de María Corina Machado", publicado en este
diario, Elizabeth Burgos dice: "el castrismo ya es parte de la
estructura mental del comportamiento político del latinoamericano, de
allí el milagro que significa el surgimiento en Venezuela de una
generación de jóvenes libres de esta tara congénita".

Este es un punto fundador en la política continental, pues incluso la
derecha vivió respondiendo las iniciativas de sus operadores locales (la
mal llamada izquierda). Mas aún, Castro logró insertarse en la
familiaridad del continente, y esto terminó por convertirse en una
memoria afectiva.

María Corina Machado personifica esta ruptura no por vía de la
oposición, que sería otra forma de vincularse, sino por superación. En
la carta que le envía a Castro (2012) no vemos la queja de la víctima ni
está condicionada por sus redes psicológicas —cosmovisión, sentimiento y
lenguaje con que atrapó afectos y opiniones. En esa carta, ella
simplemente lo revela; no lo insulta. Hoy los jóvenes venezolanos salen
a las calles también a revelar al castrismo, no a insultarlo, y es así
que, por primera vez, el mundo ve su horrendo cuerpo desnudo, su
naturaleza miserable y ruin, su abusivo colonialismo, que hasta ahora
mantuvo escondido detrás de una máscara de rebelión, juventud, esperanza
y pueblo.

María Corina tiene las características del caballero andante: es
valerosa, hermosa, inteligente y generosa. Pero un estadista, que es el
rol que a ella le toca jugar hoy en la historia, debe ser además frío en
su cirugía. No habrá liberación de Venezuela sin la derrota completa del
castrismo. Y esto significa no solo combatirlo localmente sino
asfixiarlo globalmente: quitarle los cínicos salvavidas de la Unión
Europea (UE), la validación política que todavía tiene en el mundo y en
las tontas-ingenuas universidades y fundaciones norteamericanas.

Solo María Corina puede hoy operar, con legitimidad internacional, esta
ofensiva final que es diplomática y propagandística. Si no apuntamos a
las entrañas del verdadero monstruo, los jóvenes venezolanos perderán la
calle y con ello el país. Ojalá ella sea el frío Bolívar que deja
Venezuela para triunfar y no el soñador Miranda que va para ser derrotado.

http://www.diariodecuba.com/internacional/1396436892_7937.html

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